La Historia de la Contabilidad.

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En nuestro país, nuestros antepasados tambien aunque no conocían la contabilidad con un término, la utilizaban, ya que llevaban un conteo de todas sus transacciones mercantiles, es decir, de los tributos que imponían y los que recogían

Los aztecas, mayas e incas no es diferente el caso, y parte de lo que conocemos se debe a códices que representaban parte de registros contables. Hace unos años el contador Eduardo M. Creel revisó el códice Mendocino para demostrar que no era otra cosa sino un estado financiero de los tributos que debían pagar al imperio azteca sus 371 pueblos vasallos.

En la otra parte del códice es donde se llamaba una matrícula de tributos, mismos que les habían asignado Moctezuma y sus antecesores. El mismo Bernal Díaz del Castillo señaló que pudo ver los libros de la renta de Moctezuma de dónde le traían los tributos de oro y de dónde había minas, cacao y mantas. No se sabe si el documento del cronista era el códice Mendocino u otro parecido, ya que los estados debían ser actualizados constantemente y debieron haber existido muchos, elaborados en diferentes fechas. Al igual que los egipcios que consignaron en papiro sus textos, los aztecas y los mayas recurrieron a diversos tipos de papel; en el códice Mendocino usaron papel amate, por ejemplo. Trata de una lista de personas o pueblos deudores y de la deuda correspondiente en especie, escrito con jeroglíficos, 16 páginas lo componen y cada una está destinada a una región o provincia tributaria.

Esto cambio cuando llego la época de la conquista y se fundó el Ayuntamiento de Veracruz en 1522, el rey Carlos V quiso consolidar la conquista y nombro un nuevo puesto llamado Contador real y este poseía una cedula con la cual se dedicó a la elaboración de los reglamentos de contabilidad de la Nueva España.

En relación con este documento el rey lo solicito no con fines culturales o históricos, sino para revisar las tasas que se cobraban a los indígenas y ver por un reglamento nuevo y justo en la época prehispánica para intentar dar fin a las injusticias cometidas por conquistadores y encomenderos. Todo esto se reflejó en las Leyes Nuevas de 1542 y 1543, en las que se insistió en basar cualquier tributo en los códices anteriores a los españoles y, a su falta, en el consenso de los indígenas principales que hubieran colaborado en su elaboración o que al menos los conocieran.

Cuando llego el tiempo del apogeo mercantilista, se conformaron los grandes emporios como: el holandés, el francés y el inglés, por ellos tenía que empezar a ponerse en práctica la supervisión y el registro de las operaciones de los negocios, aquí surgen los contadores independientes.

La revolución de la contabilidad como se conocía hasta esa fecha ocurrió en 1795 por Edmond Legrange, con su publicación en Paris, un tratado que trata de la teneduría de libros, en la cual recomendaba el uso del libro Diario-Mayor en columnas.

La primera escuela de comercio donde que se impartió la materia de contabilidad como una técnica fue en la Universidad de Pennyslvania en Estados Unidos, tambien en este país hubo importantes inventos realizados por grandes investigadores como McCormick, Robert Fulton , Morse , entre otros . Años después ahí mismo nació la primera agrupación profesional llamada “American Association of Public Accountans, tiempo después lo inversionistas comenzaron a vigilar más se cerca sus cuentas e inversiones así que comenzaron a especializar gente en auditoria y con esto se concretaron las primeras firmas reconocidas.

En 1845, el tribunal de Comercio de la Ciudad de México estableció “La Escuela Mercantil “, pero no cumplía las expectativas y cerró sus puertas, afortunadamente la idea de una escuela de comercio siguió cuando volvió a reanudarse la actividad docente en la Escuela Superior de Comercio y Administración, y específicamente en 1905 se abrió la carrera de contador de comercio, siendo Fernando Diez Barroso el primer egresado.

Posteriormente en 1917, se fundó la Asociación de Contadores Públicos titulados, y en esta misma fecha se crea tambien el Instituto Americano de Contadores Públicos en Estados Unidos. A partir de esto en 1925 se promulgo la ley de impuesto sobre la renta y en 1929 se creó la Facultad de Comercio de la Universidad Autónoma de México, y la Escuela Superior de Comercio y Administración pasas a depender directamente del Instituto Politécnico Nacional

Finalmente en México se estipulo la ley reglamentaria que indica que para poder ejercer la profesión de contador público se requiere un titulo

En 1955 se cambia el nombre por el actual Instituto Mexicano de Contadores Públicos extendiéndose su organización a todo el país con publicaciones y la formalización de su ejercicio. En 1959 se crea la Junta de Principios de la Contabilidad. Para 1970, se decide quitar la expresión “titulado” y dejar sólo el nombre de contador público.

Fue en 2004 cuando la Junta de Principios de la Contabilidad deja de emitir boletines, dando surgimiento al Consejo Mexicano para la Investigación y Desarrollo de Normas de Información Financiera (CINIF).

Más recientemente, el ITESM cambia la denominación por la de licenciado en contaduría pública y finanzas; la Universidad Panamericana y otras universidades hacen ligeras modificaciones al nombre. Algunos autores se refieren al contador público como alguien que se preocupa por la definición, adquisición, análisis y uso de la información (financiera y no financiera, interna y externa) necesaria para operar efectivamente, evaluar y administrar una organización y sus actividades

Ahora podemos entender y verificar lo que la contabilidad es hoy en día, una materia dinámica y versátil, ya que ha ido y está evolucionando, evidentemente así seguirá.

Conclusión

Bibliografía

- Suárez Hernández, A. and Araiza Arredondo, J. (1985). Contabilidad general. México: McGraw-Hill.

- Guerrero Reyes, J. and Galindo Alvarado, J. (2004). Contabilidad. México : Grupo Editorial Patria