“La lectura hace al hombre completo; la conversación, ágil y el escribir, preciso”
Enviado por Rimma • 15 de Abril de 2018 • 2.448 Palabras (10 Páginas) • 1.118 Visitas
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Obras
- Angola y otros cuentos
- En busca del hueso perdido
- Voces del olimpo I
- El cangrejo inmortal
- La hondita impaciente
- Voces del olimpo II
- Regino
- Anti plomo
- Paciencia de Celestino Leiva, etc.
Premios
- Gano “el lector “a la mejor obra literaria de 1984 por Angola y otros cuentos.
- Segundo premio en el concurso Internacional de cuentos del Diario “Mayoría “de Buenos Aires, año 1975, por el cuento Regino.
- Mención especial del premio nacional de literatura, del Paraguay, 1999, por Anti plomo.
- Mención especial del premio nacional de literatura del Paraguay, 2005, por la Paciencia de Celestino Leiva, etc.
Entresaca palabras desconocidas y busca su significado en el diccionario (mínimo 10)
- Motuda: Que tiene el cabello con motas.
- Candombe: Baile propio del folklore rioplacente que se ejecuta al compás de tamboriles.
- Cabalísticos: Que es misterioso o que tiene un sentido enigmático.
- Olorum: Es una de las manifestaciones del dios supremo de la región yoruba.
- Angola: Es un país ubicada al sur de África.
- Horcajadas: Manera de sentarse, con una pierna cada lado de un animal.
- Calcinado: Quemar o destruir mediante el fuego.
- Estrepito: Ruido fuerte y ensordecedor.
- Comadrona: Persona que tiene por oficio asistir a la mujer en el parto.
- Umbanda: Proviene de una unión de términos orientales antiguos.
Extrae del cuento 5 palabras luego escribe al lado su sinónimo contextual.
- Indio: Indígena.
- Calcinado: Quemar.
- Sitio: Lugar.
- Refugio: Casa.
- Estrepito: Ruido fuerte.
Cinco palabras luego escriben al lado su antónimo contextual
- Noche: Día.
- Gallos: Gallinas.
- Media noche: Medio día
- Blanco: Negro.
- Buena: Mala.
Escribe el argumento del texto leído (cuento)
Angola, negra Motuda, piel de carbón. Hija de madre puta y de padre desconocido. Nieta de sementales negros. Angola, cela consideraba mujer loca cubo de aguardiente. Ceremonias de iniciación en los yuyales del arroyo bobo. Gritos apasionados, fatigando siestas a horcajadas de muchachones que acuden de los barrios más lejanos. Por lo menos es lo que dicen. Lo que repiten de oreja a oreja, con maligno placer pobre pajarillo ya no habrá cintarazos sobre el cuerpo de alquitrán. Ni billetes fáciles para el gasto de los sábados se acabó la vida regalada de hamaca pendular y terere con hielo un ataúd de poco precio le separa del almuerzo gratuito y las camisas almidonadas con amor, ya se sabe que fueron los soldados de la alianza que ocuparon villa rica. La piel blanca de la niña Juana embetunándose entre uniformes verdes y blancos. Sobre la piel negra, enfundada en verde, ríe una dentadura blanca como un teclado de piano. Aquí las cosas son oscuras. Solamente trascienden los detalles obvios de la violación. Lo demás es completado por la imaginación o la malignidad de los vecinos. Esto ocurre después de 1970, en un país calcinado por la guerra. Pocos sonidos concretos llegaban del frente de batalla. Por eso el ultraje a la niña Juana fue seguido de un arduo y repasado comentario. Cuando el suceso comenzaba a ser olvidado, nació una niña el color de piel fue la confirmación: era el fruto de aquel episodio. La niña Juana con una hija. Que no haya dudas: la madre blanca como la leche; y la hija negra como los malos sueños. Pobre niña Juana, murió una noche de aguaceros y de alaridos de parto. Al irse, borro su vergüenza. Pero dejo a su hija el signo fatídico de la mala suerte. La señal del enojo del cielo. La niña creció casi escondida de las miradas de los vecinos. Pecado, maldición divina que debía esconderse. Hija natural, Angola no tiene del padre nombre ni memoria. No la quiso reconocer y le mezquinó el apellido. Angola se afirma sobre la tierra en un mundo cerrado y puntilloso, guarnecido por una puerta canal. Angola llorando en los rincones de la casa. Arde la piel en los sitios marcados con los golpes del tejuruguai. Angola, rabia masticada, ladrando imprecaciones, llega a Asunción en vagón de segunda clase. Asunción te abre sus calles ruidosas, su antiguo perfil de casas achatadas y ladrillos rojos, de tejados mohosos. Angola atrapada en la revolución, en su rancho de kurekuá. Angola vuelve a villa rica, esta vez con aire de ciudadano. Pronuncia las elles al estilo porteño. I hasta se ha conseguido un hombre. Pajarillo, fuente de amor, insolvente y haragán. No hubo curas ni alianzas de oro. Ahora te has muerto, Angola. Tu risa se cortó de tardecita, cuando hervía el verano de febrero. Pajarillo, abrazándote enloquecido, pudo clavarte ocho veces. Angola, enfriándose en un cajón barato, de madera sin lustrar. Alguien recorre con voz neutra los quince misterios del rosario. Bajo el ataúd, un vaso de agua para saciar su sed acumulada. Esta vez nada detendrá tu camino. Distingue
- Personajes: Angola, Madre, Abuela, y la prima Francisca, la tía Marta, Luisa y Beatriz.
- Personaje principal: Angola.
- Personaje secundario: Madre, Abuela, y la prima Francisca, la Tía Luisa y Beatriz.
- Ambiente donde ocurre el hecho: Aproximadamente en la guerra del chaco- Paraguay.
- Cuando ocurre el hecho (tiempo): Aproximadamente en el año 1870.
- Posición del narrador: Tercera
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