La mujer que cambió su destino

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Como Agua Para Chocolate:                                       La mujer que cambió su destino

Daniela Belmar Leal

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Si hacemos un paso por nuestra historia podemos ver que en reiteradas ocasiones las mujeres debieron  “rebelarse” y  actuar tal forma que fueron sumamente criticadas, lo que las llevó a generar enormes cambios en varios ámbitos de nuestra sociedad.  

Como Agua Para Chocolate, una novela que está llena de picardía, amores, desamores y también recetas de cocina, está protagonizada por una joven que decidió cambiar su destino pasando por sobre todas las exigencias y tradiciones que la obligaban a seguir costumbres que ella consideraba absurdas y no la hacían sentir cómoda y feliz como mujer sin importar el qué dirán,  cabe destacar que en la época del libro el machismo estaba más que nunca a flor de piel. Esto me lleva a pensar que; ¿La mujer debe estar luchando siempre para sobresalir en nuestra sociedad o generar un cambio? ¿Es Tita un ejemplo para los jóvenes al romper con los estereotipos que nos entrega la sociedad?

Para hablar de Tita y su “rebeldía” por salir de su tormentosa vida, primero debemos conocer el lugar de la historia, una época difícil, que se desarrolla en el norte de México en plena revolución Mexicana, la cual tiene un papel importante en esta historia ya que se desarrollan algunos hechos que marcan un antes y un después en la novela, como por ejemplo cuando Gertrudis es tomada prisionera por un “villista”, un revolucionario perteneciente al bando izquierdista en ese entonces. También se puede identificar de la novela cuando ese mismo grupo de villistas llega al rancho donde se encontraba Mamá Elena a tomar todo lo que fuera posible e incluso a violar a uno de sus personajes.

En segundo lugar, Tita se encuentra bajo la crianza de Mamá Elena, una mujer de un carácter muy fuerte, autoritario y por sobre todo machista, donde una vez viuda se vio en la obligación de hacerse cargo de sus tres hijas y también del rancho. Tita vivía constantemente presionada por las exigentes tareas que le ordenaba Mamá Elena, algo que ella detestaba y que también fue uno de los motivos que la llevó a desatar su furia contra ella después de enamorarse de Pedro, un joven que quería pedir su mano, pero la tradición que le imponía su madre, no la ayudaba con ese deseo, el cual decía que por ser  la más pequeña de sus hermanas debía cuidar a su madre hasta que esta muera, tal cual como se menciona en el libro. (“…Sabes muy bien que por ser la más chica de las mujeres a ti te corresponde cuidarme hasta el día de mi muerte.”)Laura Esquivel. (1989). Como agua para chocolate. México: Debolsillo. Esto dejaba a Tita muy intranquila y más aún cuando se enteró que su madre había ofrecido a una de sus hermanas para casarse con su enamorado. Una tradición que a mi parecer es egoísta, ya que lo único que busca es no dejar vivir tranquila a una persona que está enamorada y más allá de eso también tiene sueños y planes a futuro.