Las Fábulas Originales de Concepción Arenal El género de la fábula
Enviado por Helena • 18 de Julio de 2018 • 4.439 Palabras (18 Páginas) • 338 Visitas
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La importancia del periodismo en el siglo XIX, ella va a colaborar en presa.
Fue conocido en toda Europa, pionera en la defensa de los derechos de la mujer. Ella le daba mucha importancia a la educación. Las constantes en la vida y obra de Concepción Arenal fueron: en primer lugar, encontramos la importancia que ella le daba a la justicia social: las cuestiones penitenciarias. Ella tuvo un lema que decía “odia al delito, compadece al delincuente”. Eso tuvo tanto éxito que en muchísimas cárceles se encontraba inscrito en la pared ese lema. Concepción va a defender en sus trabajos que, en efecto, el delincuente es una víctima de la sociedad y que las instituciones no tienen que castigar, sino inserta en la sociedad. Para ello, propone dos vías: la educación y el trabajo, conseguir que esas personas puedan desempeñar un trabajo y no tengan que recurrir a la delincuencia. Esta situación de personas que se ven avocadas al delito, había sido tratada ya por autores del siglo XIX como Víctor Hugo en su obra Los miserables (1862), donde nos presenta al joven Jean Valjean que comete un delito para alimentar a sus sobrinos hambrientos y roba pan. En prisión intenta escapar y por cada nuevo intento de fuga se le añaden años de condena. La novela plantea la redención y la reinserción social.
Algunas obras de Concepción Arenal:
-Cartas a los delincuentes.
-Sobre reforma de los establecimientos penitenciarios.
Aparte de estas obras, Concepción Arenal va a ejercer a lo largo de su vida va a ser miembro de una comisión que reforma el código penal y, también fue nombrada visitadora de las prisiones de mujeres como una especie de inspectora de esas prisiones. Además, aunque se centra en este tema de las prisiones, también se centra en otras instituciones sociales como hospicios, asilos y va a denunciar la mala situación y la miseria que se encontraban en esos lugares.
Concepción Arena se va a centrar en la educación y va a creer en la importancia de la educación y en su misión regeneradora. Y, en ese aspecto se va a centrar en sectores que quedaban al margen de la educación y destacaban textos como la instrucción al pueblo o la instrucción del obrero. Aquí es donde vemos esa preocupación que ella tiene. Y, por supuesto, obviamente, Concepción se va a preocupar por la necesidad de extender la educación, se conciencia de las carencias que tenía la mujer en el siglo XIX. Ella es consciente de cómo la mujer recibe una educación muy deficiente y destacan publicaciones suyas como La educación de la mujer, El trabajo de las mujeres. Ella defiende la capacidad de las mujeres para ejercer cualquier profesión: otro libro sería La mujer del porvenir, donde se dedica a rebatir todas esas teorías dominantes acerca del menor volumen del cerebro de la mujer y su incapacidad intelectual. Así, por ejemplo, ella argumentaba que, si la inteligencia estuviese ligada al tamaño del cerebro, en ese caso, implicaría que el elefante sería más inteligente que el ser humano y como, es eso no es así, el tamaño no implica mayor inteligencia. Era un error hacer creer a la mujer que su única misión era la maternidad.
La mujer del porvenir es un artículo sobre las conferencias dominicales para la educación de la mujer: “Observemos lo que saben y lo que hacen un farmacéutico, un abogado, un médico, un notario, un catedrático, un sacerdote, un empleado, vulgares, de la talla común; observemos bien, sin preocupación, en conciencia, y digamos si no puede una mujer aprender lo que ellos saben y hacer lo que ellos hacen.”
La otra constante en la vida y obra de Concepción es su preocupación por la esclavitud. En occidente durante el siglo XIX era totalmente legal y estaba vigente la esclavitud. En el seno de la Ilustración empezaron a surgir movimientos que luchaban por abolir la esclavitud y, reivindican acabar con esa práctica. De esta manera surgen esos movimientos abolicionistas que empezaron en Londres a finales del siglo XVIII y, desde ahí, se extiende por todas partes. En el caso de España, en la Península era muy extraño ver esclavos, pero en los territorios coloniales de las plantaciones de café y algodón había mano de obra esclava. Entonces, España va a ser uno de los últimos países donde se deroga la esclavitud que será en 1986. Se realizaron una serie de actividades que promovían esta abolición y autores como Julio Vizcarrondo y Antonio Carrasco. Se convocó un premio literario al cual se presentó Concepción Arenal con su poema La esclavitud de los negros, que fue el ganador. Es un poema muy extenso (de unos 500 versos) donde defiende a esos esclavos y emplea el lema de la Revolución Francesa: todos los hombres son libres, iguales y, por lo tanto, hermanos. Asimismo, acusa al país de tierra cruel que no quiere abolir esa esclavitud.
Además de este poema ella va a escribir también un ensayo significativo titulado A quien aprovecha la esclavitud que se va a publicar en la revista “El abolicionista” y, en ese ensayo ella denuncia que existen una serie de intereses que utilizan mano de obra esclava y, que por culpa de esos poderosos el gobierno no cede a la presión de tantos impulsos cívicos. Si nos vamos el terreno más puramente literario, dentro del género poético nos vamos a centrar en un volumen titulado Fábulas en verso originales (1851). De este título, destacamos la palabra originales.
- La situación de la mujer en el siglo XIX
La mujer en España, y en buena parte de Europa, dependía a todos los efectos de un hombre: del padre o hermano hasta que contraía matrimonio y pasa a depender del marido. La mujer, de hecho, perdía su nacionalidad y adquiría la de su marido, si tenía alguna herencia pasada al hombre. Hay que decir que la mujer dependía de es custodia masculina y las leyes protegía al varón por encima de la mujer.
Se trata de una situación muy injusta que se daba en el código penal que es lo que va a denunciar Carmen de Burgos en su “Artículo 438”, artículo donde se legislaba lo referente al adulterio, según el cual si un hombre sorprendía a su mujer con un amante y lo mataba la pena era el destierro de la ciudad donde hubiese cometido el crimen e incluso llegaba a heredar los bienes de la esposa (si la mataba a ella). SI fuese al revés, el hombre es quien comete el adulterio, ni siquiera se contempla esa posibilidad en el código penal porque con la doble moral existente en la época, era habitual que el hombre tuviese amantes y tan sólo se alude a la posibilidad de que la esposa pida la separación cuando éste le obligue
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