Los derechos planetarios.

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El autor hace desde mi punto de vista, una propuesta utópica, basada en el supuesto de existencia de una buena voluntad colectiva del ser humano, voluntad que se encuentra ausente incluso en los antes mencionados círculos virtuosos, también corruptos, explotados ahora para fines personales. Y he ahí la respuesta del porque tales propuestas no funcionarán, los fines personales, a pesar de vivir en comunidad y de formar relaciones con otros seres humanos, las personas usualmente actuarán de acuerdo a lo que sea más provechoso para ellos mismos que para la comunidad. Si se duda de esta afirmación, bastará revisar la historia de la humanidad.

El ser humano como menciona el autor, es un esclavo del placer y de sus instintos; por lo tanto, la situación actual es un reflejo de la conducta del mismo. Las personas se esclavizan a sí mismas y no lo saben, han preferido mantener su propia comodidad (no felicidad) que afrontar las consecuencias de buscar el verdadero bien común en base al interés general. Así seguirá sucediendo, porque las anulaciones o inhibiciones de aquellos males sociales no son suficientes, considerando el tiempo que llevamos en el planeta y el tiempo que le queda al planeta, para corregir errores milenarios.

Se quiere una verdadera solución, se tiene que identificar el verdadero problema, y este no son solamente aquellas corporaciones, estados e ideologías que corrompen al ser humano sino también a quienes estos han esclavizado, y estos son las personas comunes. Observan pero nada aprenden, escuchan pero nada entienden, hablan pero nada dicen, viven pero nada hacen. No son sino esclavos de sí mismos, de otros seres y de uno que otro objeto. La cuestión aquí sería el cómo liberarlos si no saben lo que son, porque como todo esclavo que desconoce ser esclavo, defenderá a su amo hasta que se descubra esclavo.

El problema entonces recae en la sociedad en general, una sociedad que dudo tenga el tiempo suficiente para darse cuenta en qué se ha convertido; y también dudo que la situación sobre el planeta pueda mantenerse estable durante unas décadas más. La sociedad se ha mantenido, se ha desarrollado y ha evolucionado hasta este punto gracias a aquellos que creyeron posible un mundo mejor y que lucharon por ello, desafortunadamente incluso ellos han caído esclavos de sus propias ideas y no serán capaces de cambiar el rumbo de esta historia a tiempo. Es momento de tomar acciones más radicales, debemos entender que los derechos planetarios no son respetados porque no todos admiten su existencia.

Estos afirman el derecho a una igualdad jurídica, pero de donde se origina la idea de esta si ni siquiera la naturaleza reconoce la igualdad. El mundo ha sido conquistado siempre por el más fuerte y no por quienes se cree defienden las buenas intenciones. Se quiere el bienestar general adelante, aunque sea una tarea casi imposible desde mi punto de vista; pero si en verdad se busca… Se necesita ser fuerte y la fortaleza se adquiere mediante distintos medios y se manifiesta mediante distintas normas; la pregunta no es: ¿Quién tiene las mejores intenciones?, sino ¿Quién tiene la fuerza suficiente para imponer su voluntad?