Magallanes" Stefan Sweig"

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Magallanes al ofrecer servicio al extranjero en este caso a España, pone en riesgo a abandonar su patria y a juzgarlo como traidor a la patria

Pone en la balanza sus garantías personales y decide que no son de suficiente peso. Sabe que sólo entrará con buen pie en la "Casa de Contratación si otros le preparan antes el terreno. El haber viajado siete años por Oriente y luchado a las órdenes de Almeida y Alburquerque no significa gran cosa en una ciudad de aventurados y desesperados, y donde viven todavía los capitanes que navegaron al lado de Colón, de Corterreal y de Cabot. La Casa de Contratación no depositará en él, ninguna confianza; por eso Magallanes no traspone el umbral. Le basta su experiencia para saber lo que hace falta en un caso semejante Ante todo, como los proyectistas y proponentes en general, necesita "relaciones" y "recomendaciones"

Más tarde, la "Casa de Contratación" abrió un proceso contra Juan de Aranda por su participación financiera en él. Magallanes no tiene más salida que uncir a su empresa lo que pueda sacar adelante la carreta, y confía probablemente en Juan de Aranda, del común “secreto

Antes de poner dinero e influencia en el arriesgado negocio con uno a quien no conoce por lo que mandan a investigar a Magallanes el cual es un hombre experto, según mencionan, un navegante puesto a prueba

Son aceptadas las condiciones de Magallanes junto con de Ruy Faleiro en su totalidad con una prisa la cual aquél pasa delante de todos. Y en 22 de marzo de 1518 Carlos V en nombre de su madre Juana -incapacitada por su locura- y con el solemne "Yo el Rey", firma de su puño y letra la "Capitulación" o sea el compromiso con Magallanes y Ruy Faleiro. Con esto garantiza a Magallanes y a Ruy Faleiro llevar a cabo la gran expedición marítima, ya que nadie puede revocar un documento escrito por el rey.

Capítulo V

La incomparable energía de Magallanes pero fue aún mayor la intensa grandeza cuando aún se trataba de obtener una flota y de llevar adelante su armamento. El sobresaliente y heroico soldado desconocido, se encuentra frente a frente a un grandísimo relato ya que es algo totalmente nuevo y único lo que ha de llevar a cabo. La flota ha de estar bien equipada, en previsión de todo lo imaginable: hielo ártico y calor tropical, tormenta.

Portugal como país enemigo es el primero en intervenir en el plan de Magallanes ya que el rey Manuel va a hacer todo lo posible para impedir la tan maravillosa expedición.

Muy aparte de las trabas puestas por los portugueses, el tesorero declara que no hay dinero en las arcas de la "Casa de Contratación" y parece que la empresa va a ser suspendida por tiempo indeterminado. Magallanes sabe cómo vencer esta dificultad: convence a la corte para que asocie en el negocio a ciudadanos de manifiesta solvencia, dos millones quedan cubiertos rápidamente gracias a Cristóbal de Haro y adquiere el privilegio de participación con la misma cuota en las expediciones sucesivas.

Ya que fue solucionado el aspecto financiero, empiezan a poner las naves en las mejores condiciones para el viaje y proveerlas de todo lo necesario pero resulta que los barcos son muy viejos y remendados, así lo comunicó Portugal el espía Alvares a Portugal. Pero Magallanes como experto de navegación lo tiene contemplado, ya que es mejor uno viejo a uno por conocer.

Faleiro dedujo que no volvería del viaje y se retiró voluntariamente, por lo que Faleiro traspasa a Magallanes sus mapas y cuadros astronómicos. Ahora todo recae sobre él la responsabilidad y el peligro, es decir, ser responsable únicamente de sí mismo y de la realización del hecho que el mismo ha elegido.

Capítulo Vl

En esta peligrosa expedición llevada a cabo por Magallanes, el mismo se ponía al servicio de otro rey, Carlos de España y no Manuel de Portugal. Antes de la tan peligrosa expedición Magallanes procura conocer los cinco barcos con la misma exactitud que su propio cuerpo. Los barcos por su pesadez pueden arrostrar las más crudas tormentas según la decisión de algunos expertos.

Magallanes les confiere a los tripulantes los barcos, que por su voluntad, elige para cada uno, el mayor entre esa familia de buques reunidos es el San Antonio, con sus ciento veinte toneladas., Magallanes lo confía al mando de Juan de Cartagena, y elige para sí el Trinidad, que será la nave capitana, a pesar de sus diez toneladas menos. Por orden de magnitud siguen luego el Concepción, con noventa toneladas, al mando de Gaspar Quesada, el Victoria, que hará honor a su nombre, capitaneado por Luis de Mendoza, con ochenta y cinco toneladas: el Santiago, de setenta y cinco, al mando de João Serrão. Magallanes quiso esa variedad de tipos, porque necesitaba los pequeños, como embarcaciones de reconocimiento y, a los de avanzada para mantener reunida constantemente en mar abierto una escuadrilla de hermanos desiguales entre sí.

La lista de provisiones de Magallanes, constituye el barco: veintiún mil trescientas ochenta libras ha mandado cargar que cuestan trescientos setenta y dos mil quinientos diez maravedíes, hasta donde llegue la humana previsión, este colosal racionamiento puede durar dos años.

Antes de su partida, Magallanes deja un breve testamento a la madre y al hijo, de igual forma otorgarle la libertad a su esclavo, ya que era de religión católica. Citando el libro de Stefan Zweig “Es un martes, 20 de septiembre de 1519, fecha memorable en la Historia del mundo- retiñen las áncoras, trepidan las velas y retruenan los cañones, mientras la tierra se va perdiendo de vista: el más extenso viaje de descubrimiento, la aventura más atrevida en la Historia de la Humanidad, ha empezado”; menciona el libro.

Capítulo Vll

Barbosa, antes de su partida, previene a su yerno Magallanes de que tiene informes de un plan secreto de los capitanes españoles que lleva a bordo, los cuales intentan negar la obediencia a Magallanes durante la travesía, la conjuración es Juan de Cartagena. Magallanes no tiene ningún motivo para dudar de la honradez y exactitud de esta alarma, que viene a confirmar la encubierta amenaza del espía Alvares al decirle que "había otros a quienes eran encomendadas órdenes contrarias a las suyas, pero que él no lo sabría hasta más adelante, cuando ya sería tarde para su honor". Así empieza el capítulo séptimo, ya que Magallanes pertenece al reino de Portugal

Ya que es difícil mantener un orden entre las embarcaciones Magallanes