Novela noche en vela
Enviado por Eric • 27 de Diciembre de 2018 • 2.532 Palabras (11 Páginas) • 374 Visitas
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Había tanto que Luisa no comprendía, el no tener a una madre. Con Ofelia no se podían hablar muchas cosas y con la tía Leo, todo era pecado.
Ofelia se separó de un buen mozo porque eran muy distintos, a cambio, la tía Leo la lleno de insultos. Desde entonces, Ofelia apagó su la única luz que había en la casa de alegría para Luisa.
Cuando caía la noche, y las luces estaban ya apagadas, con la cabeza en la almohada, Luisa comenzaba a sentirse fuerte, pues desde muy adentro Luisa buscaba las palabras para decirle en la cara a la tía de todo lo que es culpable. Pero cuando amanecía tenía miedo. Una vez tenía ganas de vengarse porque estaba harta, de pasar hambre, de ver como la alegría de Ofelia desaparecía y su salud se quebraba.
Un día a solas, Ofelia le contó a Luisa que se iría porque estaba harta. Se marcharía con alguien que la quiere.
Ofelia le dijo a Luisa que ella iba a ser monja, pero Luisa más bien dio que estaba en busca de la fe.
Capitulo número 6
Ofelia y Luisa, arman un plan para rebelarse con la tía Leo y llamaron a Eduardo, pero en lo que sucedió él se negó porque después de todo era la hermana de su madre.
María llegó a donde Luisa y la acostó, Luisa le dijo que descansara.
Esa noche, Luisa tuvo una pesadilla donde se encontraba ella con Ofelia, y su tía sacaba muñecas de trapo, las cuáles eran ellas y estaban llenas de alfileres. Luisa despertó con miedo.
Luisa rezaba en silencio, a veces quería tener amnesia y olvidar todo su dolor. Esa noche fue interminable, llena de pesadillas. Esa misma noche, Luisa recordó a Felipe y sus libros.
María había despertado diciendo cosas incoherentes, enredadas, hablaba de una araña. Al final, Luisa terminó teniendo pesadillas con la araña.
Luisa, por la mañana se levantó y fue a donde la tía Leo a decirle cosas inició metiéndole el tema de María para luego introducir el tema del dinero.
Dijo que María necesitaba tratamiento porque parecía estar loca.
La tía Leo contestó que no tenían dinero y esa la hacía sufrir.
Entonces Luisa contesto “¿Y el dinero que la he visto contar tan amorosamente, en las noches, cunado todos duermen?”
La tía exaltada niega y dice que Luisa está loca.
Luisa estaba muy confusa. Ya no sabía si realmente había visto todo eso. Pero la tía Leo puso en la puerta de su cuarto unas campanitas para que cada vez que alguien entre, suenen (como una especie de alarma, porque la tía sabía que si tenía dinero).
Capitulo número 7
Luisa, no sabe lo que le sucede, estaba empezando a recordar todo. Su mente se fue al puro inicio del cómo y cuándo iniciaron esas cosas.
Recuerda que cuando murió su madre, todos estaban tristes, pero aún les quedaba su padre.
Un día padre llegó a casa con la tía Leo, la cual prometió cuidarlos y darles cariño cuando les faltara su madre.
Pasando los días, le pego a Ofelia y cuando llegó su padre, le mintió diciendo sobre que se había peleado con un niño. Y su padre se enojó mucho. Otro día mintió en unas facturas y le mintió la culpa a Eduardo.
Fue introduciéndose en sus vidas como una plaga, y como su padre le empezó a crear a la tía, ellos no podían hacer nada. Empezaron a comer mal y pasar hambre, aguantar mentiras, gritos y golpes.
María, en este periodo empezó a sumergirse en un mundo de tinieblas, hasta un día querer suicidarse. La llevaron a una clínica y para sonrisas de Luisa, había regresaba como la misma María, llena de cuentos y muchas alegrías.
Así fue iniciándose su triste historia, una niebla oscura desde que llegó la tía. Cuando sol era su madre, que ahora sólo en sus recuerdos vive.
Capitulo número 8
Luisa comienza a irse en su memoria a los días de su infancia.
Ella trepaba árboles, y aunque su padre se lo prohibía porque dice que una dama no puede andar de árbol en árbol como un mono; Luisa se subía a escondidas a disfrutar de lo prohibido.
Le gustaba atrapar mariposas y colocarlas en un cartón con alfileres.
En aquellos días Luisa se preguntaba que era la felicidad. No sabía si ella era feliz. Tenia envidia de ver a otros niños jugar llenos de sonrisas, en cambio ella no tenía amigos y siempre estaba encerrada.
Su padre al poco tiempo enfermó gravemente y murió. Una nube negra los cubrió a todos. Luisa se encerró en su cuarto a llorar desconsoladamente. Se perdió en sí misma.
Un día Mario comenzó a regalar todo, tal vez por lo que había pasado, María se enamoró, pero al terminar la relación, no lloró ni dijo nada. Luisa lloraba su dolor porque desde pequeñita era quien la ayudó a dar sus primeros pasos y llevarle la cuchara en la boca; porque esos días esta sui madre enferma. Cuando tía Leo la encerraba en el cuarto, María en silencio iba, le cantaba nanos y cuantos hasta por fin hacerla dormir.
Capitulo número 9
Luisa escuchaba en vela los grillos cantar. “Los grillos cantan a la muerte” decía la madre Luisa. Fue entonces que recordó aquel día. Vestía a María porque había perdido basta el interés de cuidarse.
Llevaba días en hablar y hablar sola. Mientras la vestía, le dio un puñetazo en la cabeza y salió corriendo a pagar gritos con los grillos.
Para Luisa, María fue siempre dulce, mansa, amorosa y con sus labios llenos de palabras acariciadoras; ahora era una fiera enemiga que la rechazaba y la atacaba.
Esto lleno de mucha más soledad a Luisa y más sufrimiento. Era tanta su necesidad que se acordó de Dios, y aunque no existente, ella misma lo hubiese creado. Empezó a intentar recordar el padre nuestro, le hizo preguntas a Dios, y continuó rezando.
Capitulo número 10
Mientras rezaban el rosario en la vida, Luisa escuchó una voz, era su tío Leo Hamóndola (imaginación), recordó que una vez la llamaba igual, diciéndole groserías. Como María estaba en el jardín lanzando piedras, la tía agarro un cinturón y fue a pegarle a María
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