PRIMERA CRÓNICA GENERAL DE ESPAÑA
Enviado por Mikki • 27 de Febrero de 2018 • 1.342 Palabras (6 Páginas) • 305 Visitas
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En algunos casos la a no se ha mantenido por diversas razones como sucede en el caso de assentose, ya que se produce la aféresis de la vocal atona que más tarde dará lugar al verbo sentar (se) entendida como ‘Acomodar(se) en un lugar’. Aún hoy se mantiene la forma asentar(se) pero con el significado de ‘Situar, fundar un pueblo o un edificio’, aún hay gente que lo emplea con la misma acepción que sentarse pero se considera popularmente vulgar.
En el caso de la e tónica procedente de la e y la i latinas, aparece como inicial procedente de palabras con –s liquida en latín o procedentes de sufijos ex, de-, a veces confundidos: estades.
Se conserva toda serie velar latina como –o: todos
Es muy frecuente encontrar adverbio de negación que tiene su origen en el latín non, usado con el indicativo en la llamada negación objetiva, representativa. La copulativa negativa ni que procede de latín nec presenta también en muchas de estas obras la variante analógica nin.
La forma ninguno resulta ser una formación romance a partir del latín nec unus, que significa ‘ni uno’ usado desde los orígenes también con valor negativo. Aparece en la segunda mitad del siglo X como neguno por la sonorización de la oclusiva sorda /k/. Sobre la –n de niN-(guno) según Menéndez Pidal es un cambio que sufre la conjunción niN por extensión con la –n del adverbio negativo non.
Por lo tanto hay una paragoge de NON (no) adición de la n al final y NIN (ni) adición de la n al final.
Por otra parte, las grafías y eran alógrafos en el período medieval usándose indistintamente para valor vocálico o consonántico. La decisión de destinar el signo angular para la consonante y el signo para la vocal es obra de la Real Academia Española en el prólogo al Diccionario de Autoridades publicado en 1726. Se trata por tanto de una asimilación. Caualleros es uno de los ejemplos más notorios que podemos encontrar en el texto.
Siguiendo con la consonantes, el fonema velar oclusivo sordo puede conservarse como tal o sufrir algunas transformaciones en el modo de articulación, en el lugar de articulación o el cambio en la sonoridad. k- > k Ante /a/, /o/, /u/ el fonema velar no se altera: contra, cauallero
El fonema labiodental fricativo sordo /f/ que en latín arcaico y después en determinadas zonas era, para algunos autores, bilabial /φ/ fue objeto de dos tratamientos distintos: conservación o aspiración y pérdida posterior. Disimilación de la f inicial que pasa a ser h: fiziere
Los grupos de dos nasales (-MN-), al igual que los de nasal y vibrante, desarrollan una consonante epentética, pero previamente truecan la segunda nasal por la líquida /r/. HŎMĬNE > om ( )ne > omne (med.) > ombre > hombre
Encontramos también el texto la influencia de la yod muy común en los textos que datan de esta época. Con el sustantivo infançones estaríamos en presencia de un caso de yod primera ya que la palatalización del grupo latino tj evoluciona a ç que por retracción del punto de articulación acabará dando la consonante oclusiva sorda /t/. Encontramos –z- que procede de tj: razonado, razon. Dixere es ejemplo de yod 4ª procedente de –X- [-ks-], que tendrá como solución, también en la Edad Media, la fricativa palatal sorda.
Añadir sibilantes ¡!!
Otros cambios significativos son la presencia de metátesis ya evolucionadas como: palabra
CONLUSIÓN
BIBLIOGRAFÍA
GARCÍA SOLALINDE, Antonio. Antología de Alfonso X El Sabio. Colección Austral número 169.
COROMINAS, J. y PASCUAL, J. A. (1980-1991): Diccionario crítico- etimológico castellano e hispánico. Madrid, Gredos, 1980-1991.
LATHROP, T. A.; GUTIÉRREZ CUADRADO, J. (1995) (1984). Curso de gramática histórica española. Barcelona: Ariel.
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