Puntos Críticos y Alternativas

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Desde la antigüedad la evaluación ha existido y evolucionado. En sus inicios se hacía uso de referentes implícitos sin teoría explicita que diera sustento para la selección de altos funcionarios.

Durante la edad media se recurre a la utilización de exámenes de carácter universitario, estos eran orales y públicos en presencia de tribunales, pero no es hasta el siglo XIX cuando se realiza la primera investigación evaluativa que permitió utilizar las puntuaciones como criterio.

“Testing” es una actividad evaluativa marcada a principios del siglo XX donde solo hablaba de medición; se centraba en el análisis de puntuaciones diferenciales para determinar la posición relativa del sujeto dentro de la norma general, parece increíble que casi un siglo después aún se recurra a este tipo de prácticas en casi todos los niveles educativos. El papel del evaluador era de técnico y proveedor de instrumentos de medición, cabe preguntarnos ¿esto ha evolucionado? idealizadoramente los docentes se encargan de promover en los alumnos la construcción de conocimientos; en la formación inicial se promueve un modelo de docencia donde el docente en formación logre lo anteriormente mencionado, sin embargo en mi experiencia como observadora en el ámbito de la evaluación aún se conservan este tipo de prácticas, resultaría conveniente que el docente lograra modificarlas mediante el análisis crítico y reflexivo de su propia práctica, que en ocasiones resulta una tarea complicada.

En resumen la evaluación educativa es un ejercicio que requiere de fundamentos teóricos que sustenten lo que se está realizando, ya no es posible regresar a las practicas retrogradas donde la medición de puntuaciones era el principal actividad evaluativa. En definitiva, la finalidad general de la evaluación es tomar decisiones de cambio y mejora a lo largo del proceso de enseñanza con el objetivo de llevar al alumno a lo ideal en la medida de sus capacidades individuales; la planeación, el diseño de estrategias y situaciones de aprendizaje, las adecuaciones curriculares dirigidas a las necesidades de aprendizaje de los alumnos será herramienta para ello.

Finalmente reitero mi preocupación por la importancia de conocer el significado que entraña el concepto de evaluación para llevar al aula lo que realmente este ejercicio conlleva evitando pruebas estandarizadas que obstaculizan y tergiversan los resultados de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Alternativas

La evaluación forma parte importante de la evaluación educativa actual en México, sin embargo una parcialidad de los casos se trata de un proceso que no es aplicado con los fundamentos y ética que se requiere. Considero que para que la evaluación realmente cumpla con su objetivo, será necesario replantearse y analizar los procesos educativos que se están llevando en las aulas pero ¿Cómo es posible transformar esta práctica?

Bustamante (2000) señala: “La propuesta del aprendizaje significativo representado por la teoría de Vigotsky podría servir de fundamento para la elaboración de una concepción sobre el aprendizaje y desarrollo intelectual del niño o niña que pudiera ser central para la evaluación de los aprendizajes” como docentes en formación debemos ser conscientes que el proceso de evaluar consiste en un proceso complejo, y este permitirá mejorar la calidad de la educación y para ello es necesario contextualizar cual es el trasfondo que viven los alumnos fuera de la aula de clases ya que la estimulación que pudiera recibir se ve reflejada en su desempeño escolar. ¿Por qué evaluar a sujetos que son diferentes y que viven diferentes condiciones, con una prueba estandarizada? La evaluación implica que se analicen estas distintas perspectivas y tomar en cuenta todas aquellas áreas de oportunidad que permitirán transformar nuestra práctica, dejar de puntar la evaluación de aquellos aspectos del currículo que no sabe el alumno, y rescatar las potencialidades de las cuales se puede echar mano.

Referencias

Escudero Escorza, T. (2003). Desde los tests hasta la investigación evaluativa actual. Un siglo, el XX, de inteso desarrollo de la evaluación en educación. RELIEVE:,v.9,n.1, p. 11-43. http://www.uv.es/RELIEVE/v9n1/RELIEVEv9n1_1.htm

García Ramos, J. M. (1989): Bases pedagógicas de la evaluación. Rialp. Madrid.

Santos, M. A. (1988). Patología general de la evaluación educativa. Infancia y aprendizaje, 41,143-158. Recuperado de: http://search.babylon.com/?q=Patolog%C3%ADa+general+de+la++evaluaci%C3%B3n+educativa.+Infancia+y+Aprendizaje%2C+41%2C143-158&s=web&babsrc=HP_ss

Bustamante Pereira, E. (2000). La evaluación. Apuntes epistemológicos. Mérida: Consejo de Publicaciones de la Universidad de Los Andes.