Relaciones Internacionales Actividad #2

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El gobierno presumía los programas que tenía planeados poner en marcha para apoyar a los mexicanos, inclusive algunos en el puerto de Acapulco que traería grandes beneficios siendo en aquel entonces un concurrido sitio turístico.

Ya encontrándose casi al final de su sexenio, Miguel Alemán contaba con la idea de una posible reelección, a la cual los ex presidentes Lázaro Cárdenas y Ávila Camacho se opusieron rotundamente, dejándole como única opción que comenzara a pensar en un “sucesor”, este resultó ser Adolfo Ruiz Cortines. Quien sería reconocido como candidato oficial del PRI en octubre de 1951.

Se presentaron como candidatos oficiales: Adolfo Ruiz Cortines, por el PRI; Henríquez Guzmán por parte de la Federación de Partidos del Pueblo, Efraín González Luna por el PAN y Vicente Lombardo Toledano por el Partido Popular.

Henríquez Guzmán contaba con el apoyo de Lázaro Cárdenas aunque él nunca lo confirmó públicamente, por lo que el PRI encontró una amenaza al notar que Henríquez contaba con el apoyo de estudiantes y parte del pueblo. Las elecciones las ganó Ruiz Cortines pero los Henriquistas proclamaron que había existido un fraude electoral y proclamaron a Henríquez como legítimo yéndose a celebrar a la alameda central realizando un mitin que sería reprimido con la mano dura de Alemán Valdés.

Durante el gobierno de Miguél Alemán Valdés la entrada de empresas extranjeras y la influencia de Estados Unidos comenzaron a crecer exponencialmente. Cabe destacar que a pesar de los intentos desesperados por evitar la devaluación del peso, los impuestos no aumentaron; la población obrera estaba obteniendo ayuda del mismo gobierno por lo que los empresarios incluso mostraron su descontento.

Bastan hacer un rápido análisis de todo lo que en este sexenio se modificó o creó para darnos cuenta de que también se trajo cosas buenas para el país, eso sin tomar en cuenta que, como menciona José Agustín “El anticomunismo (…) llegó para quedarse y se convirtió en bandera de todo aquel que quisiese figurar en el gobierno”[2] (Ramírez, 2016, 81)

La economía no fue el fuerte de Alemán Valdés pero podemos rescatar proyectos, como las carreteras, la creación de escuelas primarias, el Conservatorio Nacional de Música y el crecimiento turístico de Acapulco entre otras que más tarde apoyarían al desarrollo del país.

El título “La mano dura” sin duda, hace referencia a la firmeza de sus acciones. En determinadas ocasiones tuvo que reprimir manifestaciones como Nueva Rosita y a los henriquistas, entre otros, principalmente por el bajo salario.

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