UN ENSAYO LAS TRES CORRUPCIONES

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El informe contiene algunas cifras alarmantes: muestran un promedio del 20 por ciento de la gente de la región dice que un policía o algún otro funcionario público le ha pedido un soborno en los últimos doce meses, comparado con un 5 por ciento en Estados Unidos, y un 3 por ciento en Canadá.

Tomando como referencia el resultado arrojado por el estudio, en donde se destacan los tres países más corruptos en Latinoamérica, se puede decir que nada tiene que ver el tamaño del país, con el grado de corrupción que lleva a cabo cada uno, pues Haití-uno de los países pequeños de América latina- aparece como uno de los más corruptos.

El estudio también indicó que esos tres campeones regionales de la corrupción están seguidos bastante de cerca por México, Perú y Honduras, donde el porcentaje de personas que dicen que algún policía o empleado público les ha pedido un soborno es del 31 por ciento, el 28 por ciento y el 26 por ciento respectivamente, según la encuesta realizada a 40.000 personas en 26 países.

Por otro lado, expertos afirman, que el soborno no es el único acto de corrupción más repetido a nivel mundial, lo es también un fenómeno muy conocido en América Latina: el favoritismo

El investigador sueco Bo Rothstein, director del Instituto de Calidad Gubernamental de la Universidad de Gotenburgo, explicó que el favoritismo es un fenómeno recurrente en muchos países, y consiste en las acciones implementadas por infinidad de servidores públicos que benefician a sus familiares, amigos y conocidos mediante licitaciones amañadas, actos de nepotismo, contratos a modo y tramitaciones burocráticas exprés.

De lo anterior se puede decir que la cultura de la legalidad y la presencia del crimen organizado en países de América Latina generan ambientes que hacen difícil el combate del fenómeno de la corrupción.

En la medida que continué inculcándose en la mentalidad de los niños y jóvenes el deseo de hacer “dinero fácil” y de la “cultura del atajo”, es decir sin importar el medio para llegar a tal fin, será mucho más difícil abatir el fenómeno de la corrupción que se ha convertido en uno de los cuellos de botella más importantes para alcanzar mayores niveles de equidad, igualdad y justicia.

Si un gobierno no piensa en los ciudadanos que hicieron posible gobernar, sino en su propio bienestar y conveniencia, sin importar las herramientas que utilice para conseguir los objetivos deseados, nunca dejara de existir la pobreza, ya que esta no solo se manifiesta en las personas que carecen de cosas materiales, y no poseen una estabilidad económica para satisfacer sus necesidades básicas, sino que también se manifiesta en la carencia de principios, y de valores como la honestidad, en las personas , que si “ lo tienen todo” .

Además de que la corrupción es un síntoma de deshonestidad, también es un fenómeno que limita el crecimiento de un país o gobierno, por tanto, en lugar de avanzar, irá siempre en retroceso y nunca se dará la equidad.

El reto se encuentra en crear un pensamiento en donde no exista la corrupción a los futuros adultos y ciudadanos, para que estos tengan la oportunidad de sacar realmente adelante un país , colocando en práctica valores y principios que se le deben inculcar, para que realicen un buen papel.