Vasili Grossman" Vida y destino"

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Depuraciones en la intelectualidad sospechosa de nacionalismo diezmó las elites urbanas. En la sociedad ucraniana existieron fusilamientos masivos, como el de Katyn contra la élite polaca. Con el acuerdo de Hitler con Stalin de 1939 que supuso la anexión de parte de Polonia a la Ucrania soviética, se ejecutaron a miles de polacos y exterminaron a ucranianos formados.

Y después de Stalin se sucedieron cuarenta años de dictadura y silencio. Nadie podía esperar en Europa, en América o Rusia, que tras veinte años de independencia, los ucranianos ahora se resignaran a volver al redil de Moscú. No sin actos de desesperación y por encima de mucho cadáver. Que confirman al mundo que los planes de incorporar a Ucrania al proyecto de Eurasia de Putin, solo podrían lograrse con métodos muy similares a los aplicados por el Kremlin en los años treinta. Y eso hoy, queremos creer, es totalmente imposible.

No está muy claro la postura de Stalin hacia el semitismo. Algunos tratan de mostrarlo como antisemita y otros como un gran defensor del pueblo judío. Lo cierto es que en 1947 la URSS fue uno de los primeros países en reconocer el Estado de Israel. En 1953, a través del periódico Pravda se acusa a un grupo de médicos de querer asesinar a varios líderes rusos con tratamientos inadecuados. Siete de estos once acusados eran judíos. Tras esta publicación varios médicos de ascendencia judía fueron arrestados, (entre los que se encontraba el médico personal de Stalin) junto con otros miembros del personal sanitario, farmacéuticos y judíos soviéticos con ocupaciones varias. La NKVD (Servicio Secreto del Ministerio de Asuntos Internos investigó a fondo este posible complot. Con los juicios, aparecieron opiniones antisemitas en los medios de comunicación soviéticos, se cerraron escuelas, teatros y museos judíos, muchos judíos fueron apartados de puestos importantes en la administración, universidades…

Entre agosto de 1937 y diciembre de 1938, unas diez mil personas fueron asesinadas en Bielorrusia. En la noche del 29 al 30 de octubre de ese mismo año murieron más de cien personas por el NKVD.

En vista de que no era posible convencer por las buenas a lo alemanes que cesaran en sus labores de exterminio, en varios guetos en Polonia, Lituania, Bielorrusia o Ucrania, surgieron organizaciones clandestinas cuyo objetivo era la lucha armada, la rebelión o la huída.

El levantamiento de judíos que logró mayor resonancia en el mundo fue el del Gueto de Varsovia (del 19 de abril al 8 de mayo de 1943). Se creó la “Organización Judía Combatiente” que llevó a cabo acciones de combate. Adquirieron armas a través de organizaciones clandestinas polacas, incluso fabricaron bombas incendiarias e impulsaron la rebelión armada conjunta con otros guetos. El 19 de abril entraron al gueto un gran número de tropas alemanas y se encontraron con una resistencia muy bien organizada viéndose obligadas a retirarse. El 10 de mayo logró un amplio grupo salió del gueto a través de las cloacas e intentar continuar la lucha desde el exterior. También hubo revueltas en otros guetos.

Los habitantes del gueto tenían una relativa libertad de movimiento aunque dentro de una zona cerrada, pero en los campos de concentración la posibilidad de libertad de movimiento o de comunicación se reducía al barracón o al lugar de trabajo, y allí el prisionero se hallaba bajo una vigilancia constante. El tipo de resistencia variaba en las condiciones de vida de cada tipo de campo erigido por los alemanes: podían ser campos de exterminio, campos de concentración, campos de trabajo forzado y campos de prisioneros. El mayor obstáculo para la organización de la resistencia era el terror al que estaban sometidos los prisioneros. Carecían de cualquier posibilidad de defensa, y su destino estaba en manos de los que dirigían los centros: al prisionero se le podía torturar o asesinar por la cosa más insignificante, o sin causa alguna. Los reclusos sufrían de hambre crónica y sus fuerzas estaban muy mermadas, Otro factor que dificultaba la iniciativa a la resistencia era el principio de responsabilidad colectiva: por cada fracaso pagaban con sus vidas tanto los participantes como otros prisioneros. Incluso a la población civil que habitaba en los alrededores del campamento, se les aplicaba la pena de muerte por ayudar a un prisionero fugado, lo que hacía sumamente difícil el establecimiento de vínculos con el exterior. Existían torres de vigilancia, una fuerte iluminación para tener una buena visibilidad del campo y sus alrededores, ametralladoras con el fin de evitar las fugas. A pesar de todas estas dificultades en algunos campos, los prisioneros lograron organizar rebeliones o llevar a cabo fugas organizadas Las más conocidas fueron las de tres campos de exterminio: Auschwitz-Birkenau II, Treblinka y Sobibor.

Los Brenner y los Scharführer son organizaciones que entierran y dirigen los fusilamientos de los judíos.

Los francotiradores rusos, entre los que se encuentra el célebre Vasili Záitsev (la película y novela “Enemy at the Gates” se basan en su vida), abaten a muchos alemanes. En la acería Octubre Rojo, junto a la colina Mamáev Kurgán tienen instalados los rusos los puestos de mando. Un tanque alemán seguido de unas ametralladoras abren fuego y tienen que trasladarse. En la casa 6/1 es un enclave estratégico desde la que puede desbaratar la estrategia alemana. Por la noche los alemanes logran avanzar un corto trecho. Los soviéticos abren un paso subterráneo hasta la fábrica de tractores.

Pável Andréyevich trabaja de vigilante en una central eléctrica de Stalingrado y vive con su hija Vera. Recibe una carta de su nuera que le comunica que su mujer ha muerto de pulmonía. Contempla el paisaje en ruinas y le recuerda su vida: su mujer era mucho para él. Vera tiene la convicción que volverá a ver a Víktorov.

a un grupo de físicos de la Academia de Ciencias y sus familias. Víktor Pávlovich Shtrum, que sin duda presenta rasgos autobiográficos y en el que se han querido ver también otros del gran físico Lev Landáu, es aquí el protagonista principal. Narrando la vida y el trabajo de estos hombres, Grossman logra una convincente recreación del ambiente intelectual de la URSS en aquel tiempo. Conocemos en estos episodios los privilegios que los científicos siempre tuvieron allí y asistimos a sus conversaciones, donde se mezclan comentarios sobre economía y sobre historia, sobre Chéjov y Dostoievski y también sobre la realidad de cada día. La vida es dura también para ellos, y cuando el autoritarismo hace estragos, vemos diferenciarse los grupos de los críticos y los sumisos frente al poder, con sus fronteras difusas y atormentadas,