Discurso de ascensor
Enviado por Sandra75 • 15 de Mayo de 2018 • 793 Palabras (4 Páginas) • 444 Visitas
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idea de negocio y convencer a inversores o clientes en menos de cinco minutos, tanto como dura un viaje en ascensor. Los expertos brindan las claves y los emprendedores cuentan su experiencia. El elevator pitch es un discurso muy breve, pero bien estructurado, cuyo fin es describir una idea comercial o empresarial precisa de forma atractiva con el fin de conseguir fondos para financiarla.
Es importante que mantengas la calma si tu interlocutor te interpela tras tu discurso. Tienes que tener previstas las posibles preguntas, y las consecuentes respuestas en cada caso. No te pongas a la defensiva aunque se muestre agresivo. No pasa nada si tienes que admitir que todavía tienes que aprender sobre una determinada área. Y nunca digas que no hay rivales ya que si no existen posiblemente sea porque tampoco hay mercado. Los competidores no son una debilidad si tú eres mejor. Ah, y si tienes un equipo de trabajo detrás, destácalo. Y no olvides que son los mejores.
Varios consejos a la hora de preparar tu “elevator pitch” entre los que se destacan:
Ensaya repetidamente tu discurso.
Cuenta lo obvio: quién eres, qué haces, qué necesitas y qué posibilidades tiene tu.
Mercado.
Sé muy breve.
No trates de vender nada, sólo capta la atención de tu interlocutor.
No entres en detalles de cifras.
Aprende a parar, propón un encuentro posterior pero no insistas.
Demuestra pasión, deja claro que tu vida es esa empresa.
Genera la oportunidad si fuera necesario pero tienes que tener claro a quién abordar y dónde.
Por último, y muy importante, no alargues el encuentro. Incluso aunque sea tu interlocutor el que se muestre interesado y te pida más detalles. Ese seguramente no sea el sitio ni el lugar. Recuerda tu objetivo: tienes que cerrar una entrevista posterior para presentarle todo tu plan de negocio.
Al final, un buen “elevator pitch” ha de ser como las buenas canciones, tiene que quedarse en la cabeza del interlocutor y traerle buenos recuerdos. Adapta tu discurso, la escenografía y el vestuario a cada ocasión. Y ten siempre muy presente a quién te diriges en cada momento y qué puede interesarle.
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