LA MEMORIA HISTORICA COMO DISCURSO PEDAGOGICO

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“Mi palabra establece un nexo más próximo con la palabra ajena sin fundirse con ella al mismo tiempo y sin disolver en si su significado, es decir conservando plenamente su independencia es tanto que la palabra, únicamente gracias a una orientación dialógica interior” [1]

Es ahí cuando el dialogo es fundamental para que la existencia humana sea posible y perdure el humanismo porque cuando se dialoga se crea ambientes de encuentros y aperturas, que fue lo que se deslegitimo en el movimiento de la OLA, el cual apartaba la palabra propia por un idealismo ficticio de una sociedad más fuerte que les brindo a sus frágiles mentes un estado de éxtasis, seguridad y de identidad desdibujada en la uniformidad de una sola voz autoritaria pero con gran poder de palabra y convencimiento, aplastando todo lo que fuera diferente, libre y propio, limitando la palabra a un solo nivel, el nivel de su poder. Como nos muestra Freire en un apartado de la “Pedagogía del Oprimido”:

“Esta es la razón que hace imposible el dialogo entre aquellas que quieren pronunciar el mundo y lo que no quieren hacerlo, entre los que niegan a los demás a pronunciar el mundo, y los que no lo quieren, entre lo niegan a los demás el derecho decir la palabra y aquellos a quienes se les ha negado ese derecho.” Freire (1970)

En este punto hablamos de la manipulación del discurso para controlar espacios y en este caso de la película, controlar la situación y demostrar que puede existir con mucha facilidad una dictadura, produciendo en si una satisfacción de poder y de control que obtuvo el profesor por eso se le hizo tan difícil darse cuenta de el daño que estaba causando, apartando a los que no estaban de acuerdo con las normas y reglas exclusionista, unificadoras y de la uniformidad del las personalidades, es así como los débiles se sentían protegidos y por eso se sentían que había llegado su salvador con palabras de redención y por fin tendrían el respeto que siempre soñaron : “ Como acto de valentía no puede ser identificado con sentimentalismos ingenuos; como acto de libertad, no puede ser pretexto para la manipulación, sino que debe generar otros actos libertad. Si no es así no es amor” (Freire, pedagogía del oprimido dialogicidad en la educación). Esta falsa libertad y seguridad los hizo presos de una dictadura disfrazada de unidad y fraternidad, pero esta solo entre ellos, por eso no era verdadera porque ya solo existía el “nosotros” en total contraposición y agresión “a los otros”.

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