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La industria de la moda en Venezuela

Enviado por   •  2 de Diciembre de 2018  •  2.150 Palabras (9 Páginas)  •  401 Visitas

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Ser diseñador de moda en Venezuela resulta un desafío. La buena noticia es que abundan las personas deseosas de encararlo. De hecho, las hay con tiendas propias a pie de calle y en centros comerciales, con tiradas de productos para exportar y con equipos de mercadeo centrados en dar a los milénicos lo que quieren, organizar eventos para clientes y potenciales aliados, y publicitarse en los pocos medios de moda, lujo y estilo de vida que quedan en el país.

Vale la pena destacar la labor que hacen las denominadas tiendas «multimarcas», en cuanto a promoción y ventas en todo el país. Funcionan como espacios que dan visibilidad a diseñadores emergentes y establecidos. Constituyen un punto de referencia de lo alcanzado en el país; de hecho, gracias a su apelación nacionalista han conseguido éxito y se han erigido en un motor importante dentro de la industria. En este aspecto se destacan Beco y Aprilis.

La venta en línea también ha sido un canal que han sabido aprovechar muchas marcas para expandir sus negocios: una opción menos costosa y con más alcance. Sin embargo, las plataformas dedicadas a la distribución y venta de productos en la red han visto afectadas sus operaciones, por la disminución de las ventas y la diáspora de las marcas.

Aunque la crisis se agudiza la industria sigue. Si bien muchos diseñadores se han ido del país, lo cierto es que muchos otros perseveran; bien por razones personales, bien por causas comerciales, afincadas en el convencimiento de que el venezolano se resiste a abandonar su tendencia al consumo. Hay un amplio consenso en que las grandes marcas extranjeras solo esperan una ligera recuperación del mercado venezolano para volver a invertir.

Las marcas más visibles ―no tanto las que más venden― concentran sus propuestas estéticas en trajes de fiesta y celebración. En los segmentos más casuales imperan las piezas con la etiqueta «Made in China». En sentido estricto, no puede hablarse de innovaciones en aspectos de diseño o silueta. Varias firmas nacionales tienen excelente calidad en cuanto a materiales empleados y confección, pero ninguna logra diferenciarse tajantemente en términos de diseño.

Medios y mercadeo

En el área de promoción y comunicación, los canales se han visto cada vez más reducidos. En la moda el vehículo principal de promoción siempre ha sido la fotografía, que sirve para apuntalar campañas o complementar editoriales, reportajes, artículos o folletos de moda. En años recientes, las publicaciones impresas dedicadas a la moda han disminuido en Venezuela. La falta de papel, el alto costo de producir y, en algunos casos, las líneas editoriales impuestas han sido factores de decaimiento y, finalmente, de cierre.

La tecnología ha permitido a muchas publicaciones «migrar» sus contenidos a la red y ofrecer a los lectores y suscriptores el disfrute de una versión más económica, con el añadido de poder ser revisada en diferentes plataformas tecnológicas. Las redes sociales son empleadas como uno de los canales principales de promoción en el mundo; una circunstancia que ha ayudado a las marcas a mantenerse vigentes y en la mente de los consumidores. Instagram es la red más importante para las marcas venezolanas, por ser la fotografía y la imagen el mejor medio para promocionar diseños y propuestas estéticas.

Pero, a pesar de la multiplicación de páginas de internet relacionadas con la moda, la desaparición de revistas tradicionales ha tenido como efecto la pérdida del gran público. Para revisar contenidos en el ciberespacio se requieren soporte tecnológico, conexión a internet y plan de datos, lo cual limita el acceso a muchas personas. Con la merma de publicaciones ocurre también la disminución de columnas y secciones especializadas. Cada vez hay menos voces que respalden la calidad o el talento de un diseñador.

La moda necesita ser editada. No basta con tener los recursos para producir una pieza de vestir y venderla. Se necesitan ojos y voces expertas que señalen lo bueno y descarten lo malo. En medios impresos tales voces son cada vez menos. La crítica se ha desplazado a las redes sociales, los blogs y los medios digitales: espacios de comunicación donde todavía se escribe más por hobby que por criterio profesional. Esta nueva realidad traerá, sin duda, un cambio en los hábitos de los aficionados a la moda.

La buena noticia es que las marcas producen y venden, a pesar de las adversidades. Los diseñadores jóvenes emprenden y la gente compra. Pero el logro de la supervivencia no puede ocultar la dura realidad: cada día se hace más difícil acceder a las divisas necesarias para mantener operativa una marca en el país.

Es difícil hablar con precisión acerca de las ventas de cada marca, y mucho más precisar cuánto dinero mueve la industria de la moda en el país. Son datos complicados de obtener de boca de los diseñadores; y no hay estadísticas de carácter oficial.

Las mejoras y los avances vendrán a medida que se abra el acceso a las divisas. Ello permitirá que se reactiven los sectores que conforman la moda en el país. Las marcas hacen lo mejor que pueden con lo que tienen. Afortunadamente, se han beneficiado de las posibilidades de los medios digitales y la disminución de mercancías importadas ha favorecido el crecimiento de marcas venezolanas, las cuales han empezado a cultivar su clientela.

La moda es una industria en la que vale la pena invertir y una de las que se perfilan con mayores posibilidades de crecimiento en poco tiempo, si las condiciones económicas, políticas y sociales mejoran. La infraestructura existe y el perfil del consumidor venezolano en esencia se mantiene. El vestir es una necesidad básica a la que nunca le faltará mercado. En Venezuela falta apertura legal y comercial para que la creatividad pueda dedicarse a impulsar piezas y productos innovadores, funcionales, de excelente calidad, para volver a tener una industria estable, generadora de empleos, capaz de desempeñar un papel importante en la economía nacional e internacional. Mientras tanto, los diseñadores venezolanos ganan experiencia y renombre en mercados vecinos.

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