Como se da la Globalizacion y libre comercio

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Por ejemplo, si se abriera el comercio entre dos naciones con salarios iguales pero con grandes disparidades en tecnología, la teoría de los costos comparativos diría que aun cuando una nación fuera absolutamente más eficiente en la producción de todos los bienes, terminaría con menores costos internacionales únicamente en aquellos bienes en los que era relativamente (comparativamente) más avanzada. A la inversa, la nación menos eficiente, terminaría con menores costos en aquellos bienes en los que era comparativamente menos atrasada. Por tanto, la eficiencia comparativa y no la absoluta es la que determinaría el libre comercio.

El modelo de Samuelson de ventajas comparativas da por descontado el principio de los costos comparativos, así como la noción de que en ambas naciones se obtiene el pleno empleo. Luego se derivan las diferencias de costos comparativos nacionales de las diferencias de las dotaciones nacionales de factores, con supuestos de competencia perfecta, identidad internacional de las funciones y los factores de la producción, no reversibilidad de la intensidad de los factores, similitud internacional de preferencias y rendimientos constantes a escala.

De ahí surgen dos conclusiones: la primera dentro de un sistema de libre comercio, las naciones con dotaciones del factor intensivo en capital tiene menores costos comparativos en los bienes intensivos de capital. Por ende, tienen ventaja comparativa en la producción de esos bienes y tienden a especializarse en ellos. Segunda, que el comercio internacional, sin necesidad de flujos de trabajo y capital, tiende a igualar los salarios reales y las tasas de ganancia entre países (el teorema de igualación del precio de los factores).

En síntesis para el cuerpo de la teoría ortodoxa del comercio son esenciales tres proposiciones: los términos de intercambio disminuyen cuando una nación contrae déficit comercial; la balanza comercial mejora cuando los términos de intercambio disminuyen, y no hay pérdida total de empleo a causa de ninguno de estos ajustes.

Estas tres pretensiones son criticadas por sus deficiencias, la proposición de que el pleno empleo es consecuencia natural de los mercados comparativos. La OIT (organización internacional del trabajo) informa que al menos la tercera parte de la fuerza laboral del planeta, está desempleada o subempleada.

La proposición de que una disminución de los términos de intercambio mejora la balanza comercial, esta proposición es el origen del problema de las elasticidades.

En la hipótesis de que los términos de intercambio se modifican automáticamente para eliminar desequilibrios comerciales, se requiere que los términos de intercambio sigan disminuyendo cuando se enfrenta un déficit comercial, y que sigan aumentando frente a un superávit, hasta que el comercio se equilibre de manera que el valor de las exportaciones sea igual al de las importaciones. Significa que esta tasa de cambio real se ajustara para que todas las naciones sean igualmente competitivas, sin importar las diferencias en sus niveles de desarrollo o de tecnología.

El problema es que esta proposición nunca ha sido empíricamente verdadera: los desequilibrios persistentes son el sine qua non (sin la cual no (expresión en latín)) del comercio internacional. Por ejemplo durante la mayor parte del periodo de la postguerra, EUA han mantenido déficit comercial y Japón superávit.