Cristiandad e infieles
Enviado por klimbo3445 • 25 de Diciembre de 2018 • 1.636 Palabras (7 Páginas) • 324 Visitas
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En 1510, los evangelizadores de la nueva España, trabajaron en tratador y cartas en donde dejaron huella de la importancia que para ellos se consideraba la libertad de los indígenas e incluso para que pudieran adoptar el sistema de creencias cristiano, como parte de una conquista a nivel intelectual; así se desarrolló una de las campañas ideologícas y progresistas de la época.
En 1514, fray Bernardo de Mesa, argumentaba que la incapacidad que se atribuía a los hombres de las índias contradecía la bondad y potencia de su hacedor, al expresar: “así será la falta de dios haber hecho hombres sin capacidad bastante para recibir fe, y para salvarse”. Así trata de yuxtaponer y culpar a dios por no haber pensado en que estos hombres (los indios), no serían capaces de cumplir con sus obligaciones espirituales porque no eran lo suficientemente inteligentes para recibir la fé cristiana, así como la virtud que se espera de todos, razón suficiente para poder mantenerlos como servidumbre, disponer de ellos y de esta manera poder enseñarles las virtudes del Dios cristiano. De Mesa, pensaba también que las causas geográficas son suficiente motivo para desconocer tanto las gracias de dios, como las de los hombres de razón es por eso que debería de considerar como falto de dignidad humana racional, bajo la percepción aristotélica de que es necesaria la servidumbre para el correcto funcionamiento de la sociedad, quienes debían de servir en la casa del amo, en donde se pondrían a su disposición para llenarse de su conocimiento y ser cobijados por él.
En la misma época, Fray Bartolomé de las Casas, tenía un posicionamiento más progresista con respecto a los indígenas, en donde expresaba en defensa de los indios que no eran irracionales ni barbaros como suponen quienes los llaman siervos por naturaleza, y más aún, consideraba ignorantes a quienes lo refiriesen de esa forma, más aun, exaltaba las virtudes y beneficios de su conocimiento mecánico, organización política y moral, inclusive hablaba de que su sistema de castas no era muy diferente a la organización social que se vivía en Europa, y que aún es posible que pudieran dominar con la razón natural.
Sin embargo, la difundida practica de los sacrificios humanos, complicaba la idealización de una teoría civilizadora de los indios, a lo que el filosofo pensaba: "Las naciones que a sus dioses ofrecían en sacrificio hombres, por la misma razón mejor concepto formaron y más noble y digna estimación tuvieron de la excelencia y deidad y merecimiento (puesto que idólatras engañados) de sus dioses, y por consiguiente, mejor consideración naturalmente y más cierto discurso, y juicio de razón, y mejor usaron de los actos del entendimiento que todas las otras, y a todas las dichas hicieron ventaja, como más religiosas, y sobre todos los del mundo se aventajaron los que por bien de sus pueblos ofrecieron en sacrificio sus propios hijos". Y por este motivo algunos contemporáneos suyos lo consideraban un hereje, puesto que consideraba a los sacrificios humanos desde al perspectiva de ordenanzas dogmático-religiosas, y de esta manera un sacrificio mismo algunos otros actos de los que disponía el mundo civilizado, considerando de esta manera el ingreso a la milicia, e inclusive a las órdenes eclesiásticas.
Como defensor de los derechos, Fray Bartolomé de las Casas, también abogó por los derechos de los negros, quienes eran apresados en el continente africano y se les trasladaba al continente europeo para ser explotados brutamente, incluso a algunos se les trasladaba a América, en donde si sobrevivían el viaje, eran utilizados en construcción y servidumbre.
Hasta el siglo XVIII, se pudo ver establecida la tradición libertaria de los derechos humanos y se hizo oficial mediante la circular del 15 de agosto de 1789, sobre la educación, trato y ocupación de los esclavos en Indias. En ese sentido, fue un esfuerzo titánico para la sociedad del siglo XVIII el reconocer los derechos de los esclavos e indígenas, puesto que había una tradición de desconocimiento de los mismos en las demás naciones. Zavala llama a este pensamiento “Lla doctrina liberal que sirvió de inspiración al estatuto adoptado por España para gobernar”, pero que evitó los extremos de opresión en que se habría caído “en caso de faltar ese cristianismo liberal que dentro de la época representaba el anhelo de libertad que siempre acompaña al hombre”. Una vez más se juega con los conceptos al hablar de libertad cristiana y cristianismo liberal. Y, después de algunas reflexiones sobre la influencia en el trato de los negros, de las ideas que se tenían sobre los indios, dice que, si bien el impulso cristiano no bastó para detener la esclavitud de los negros, sirvió para hacerla menos rigurosa.
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