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El objetivo de este trabajo es relacionar dos obras literarias que siguen, cada una a su modo, el modelo original de la historia de Buda, pero muy alejadas cronoló-gicamente: la leyenda medieval de Barlaam e Josafat (siglo XV) y la novela Siddhartha del

Enviado por   •  26 de Junio de 2018  •  2.608 Palabras (11 Páginas)  •  597 Visitas

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Comparación entre Barlaam e Josafat y Siddhartha de Hermann Hesse

Siddhartha es una novela alegórica escrita por Hermann Hesse en 1922 tras la primera guerra mundial. Es una obra sobre sabiduría oriental escrita por un occidental. Es una novela espiritual que relata la búsqueda que realiza Siddhartha para alcanzar la sabiduría, la Unidad, a través de la meditación y la renuncia a lo material. La obra está basada en la historia de Buda. Para conseguir la perfección, el Om, escoge la vía de la paciencia, la meditación y el saber escuchar.

Siddhartha es hijo de un brahmán que le transmitió su sabiduría y creencias, pero se siente vacío e insatisfecho con las doctrinas heredadas y también consigo mis-mo. Un día aparecen unos samanas[2] en su ciudad y piensa que la solución es unirse a ellos. Su padre no lo acepta en un primer momento, pero, tras la insistencia de su hijo, lo deja marchar a su pesar. Govinda, el mejor amigo de Siddhartha, lo acompaña en su viaje espiritual y personal. Con los samanas aprenden el arte de la abstracción, la con-tención de la respiración y la insensibilización contra el dolor y el hambre. Un día escu-chan hablar de Gotama, el Buda, cuya doctrina tiene cada vez más seguidores y consis-te en la liberación del sufrimiento. Al contrario que Siddhartha, quien no quiere seguir una doctrina, pues pretende hacer su propio camino y ser fiel a sí mismo, Govinda sigue la doctrina de Gotama, porque cree que la sabiduría puede explicarse, y renuncia así a su voluntad. Gotama no convence a Siddhartha precisamente por querer convén-cerlo con sus teorías. A partir de ese momento Siddhartha quedará vitalmente solo. Si-ddhartha conoce a Kamala, una cortesana, quien le enseña el arte del amor, aunque se da cuenta de que no es capaz de amar. Pasan los años y Siddhartha se acomoda en el mundo de los negocios, disfrutando de los lujos y los placeres materiales. Se olvida de todos sus principios, pero al cabo de veinte años se siente tan hastiado de esa existen-cia superficial que la abandona. Se marcha sin despedirse de Kamala, que estaba em-barazada. Siddhartha se reencuentra con el barquero Vasudeva, quien años atrás lo ayudó a pasar el río y le pide aprender de él. Pasan los años y la noticia de que Gota-ma, el Sublime, había enfermado e iba a morir atrae a muchos de sus seguidores, sien-do una de ellas Kamala. Pero, desafortunadamente, muere en la cabaña del barquero, al haber sido envenenada por la mordedura de una serpiente. Llevaba consigo a su hijo, el hijo de Siddhartha. El padre conoce entonces al hijo y siente un profundo amor paternal hacia él. Pero su hijo no será fuente de alegría, sino de infinitas penalidades. Su desamor, sus caprichos, su malevolencia, lo destrozan y aun cuando quiere trans-formarlo con su amor de progenitor, no puede lograrlo. El joven no quiere aprender. Son muy distintos para que una convivencia sea posible. Al cabo de un largo tiempo el niño huye. Tras años de sufrimiento, Siddhartha comprende que cada uno debía llevar su camino y acepta esa ruptura y soledad. Vasudeva y Siddhartha comparten lo mejor de sí mismos y de las experiencias que a ambos les sugiere “escuchar” al río. Porque, para ellos, el río es espiritual y con su murmullo les comunica soluciones para los pro-blemas que a ambos les afligen. El río es algo vivo, que habla, que enseña… Siddhartha aprenderá mucho del noble y sabio anciano (símbolo de experiencia), incluso cuando está inmerso en sus profundos silencios. Siddhartha se reencuentra con Govinda y este se da cuenta de que amigo obtuvo lo que quería: encontrarse a sí mismo, llegar al nir-vana y convertirse en un ser perfecto.

Con la frase «quiero aprender de mí mismo, ser mi propio discípulo, conocerme y penetrar en ese enigma llamado Siddhartha[3]» aparece reflejado el antagonismo en-tre la autonomía que tiene el Siddhartha de Hermann Hesse (al igual que el de la leyen-da búdica), que busca su propio camino y no renuncia a su autenticidad al seguir una doctrina ajena, frente al Josafat de la leyenda medieval, quien se siente vacío respecto a las creencias que le transmite su padre, pero al descubrir el cristianismo (otra doctri-na) acepta sus dogmas y sacramentos, siguiendo un camino ya trazado de antemano. El Siddhartha de Hesse desconfía de las doctrinas y los maestros, ya que piensa que lo único que transmiten es el saber, pero no la sabiduría, pues esta es algo que se tiene que vivir y experimentar. Otra gran diferencia entre las obras de Hesse y Barlaam e Josafat es la aparición de Kamala, una mujer determinante para la vida de Siddhartha. En la versión cristianizada de la historia de Buda el príncipe no conoce ninguna mujer.

Otra gran diferencia es la relación que mantienen Vasudeva y Siddhartha y, a su vez, Barlaam y Josafat. En la novela de Hermann Hesse el sabio Vasudeva no tiene conocimientos sapienciales (saber) como tal, pero sí tiene sabiduría, que logra transmi-tirle a Siddhartha a través de sus actos (no de sus palabras). Esto muestra que la santi-dad no necesita formación religiosa. Mediante su silencio, su contemplación del río y su identificación con él logra comprender Siddhartha esa dimensión anímica y vital del mundo. El río es el todo. En cambio, Barlaam predica la doctrina cristiana y convierte a Josafat mediante palabras (proverbios, parábolas, cuentos didácticos y moralizantes extraídos de La Biblia…).

Una semejanza tanto en la versión cristiana de la leyenda de Buda y en la bio-grafía novelada de Hesse es que ambos protagonistas renuncian al disfrute de los pla-ceres corporales y optan por la vía del ascetismo, pero el proceso es bien distinto. Josafat se cría rodeado de placer, pero al ver que esto no consuela su alma y, tras descubrir el cristianismo, opta por la vía de la renuncia por el dogma de la fe. Josafat es un anacoreta, en cambio, Siddhartha es un samana que no tiene ninguna pretensión de transmitir ninguna doctrina ni de seguirla. Siddhartha descubre el mundo de los placeres cuando se hace comerciante, pero se aleja de esta vía para dedicarse a buscar su propio yo. Así, se nos presenta a un hombre que, siendo al principio un modelo in-maculado, ahora aparece sujeto a todas las ordinarias debilidades humanas. Por otra parte, en Barlaam e Josafat el padre también lo deja salir del palacio para evitar que se sienta triste. Además, el padre también le inculcaba un saber y religión impuestos, que a Josafat, al igual que Siddhartha, nunca los llenó.

Conclusiones

La moral y concepción del mundo que Hesse trasmite en su obra Siddhartha tie-ne poco que ver con la moral cristiana. El amor carnal, la riqueza y el negocio son solo modos en que Siddhartha se busca a sí mismo;

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