Filosofía de la Educación Corriente Filosófica el Esencialismo

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lo que se equipara a la teoría de Husserl.

● Xavier Zubiri ha identificado los aspectos necesarios para que la doctrina de Husserl (fenomenología de las ciencias eidéticas puras) sea satisfactoria según el esencialismo.

Por otra parte, el humanismo clásico concibe al ser humano como esencialista, es decir, cree en “una naturaleza humana eterna e inalterable” (Acuña, 2017, párr.19).

Como se observa, estos adjetivos concuerdan con los expuestos en el apartado de ‘Características de la esencia’, por lo que lo podemos afirma que el humanismo clásico homologa la naturaleza humana con la esencia.

Aristóteles

La historia intelectual de Occidente posee una gran influencia del filósofo, científico y lógico Aristóteles.

Dentro de la herencia aristotélica está la conceptualización de la esencia como aquello que tiene en común las cosas de una categoría y sin lo cual no pueden ser miembro de esa clasificación. Es desde Aristóteles que se considera como esencia “el qué de una cosa”.

Al ser uno de los primeros filósofos en definir la esencia, históricamente se le ha otorgado el título de “máximo exponente [del esencialismo], hasta tal punto que la palabra “esencialismo” quedó definitivamente asociada al nombre del estagirita” (Acuña, 2017, párr.33).

Para Aristóteles, y como lo sería también para Platón, el rol más importante de un filósofo era buscar definiciones de los objetos. Dentro de este proceso de búsqueda era necesario determinar el género y su especie “porque de ellos dependen las cualidades o atributos necesarios y suficientes para que algo sea una cosa del tipo o clase a la que pertenece, o sea que de ellos depende su esencia” (Pérez, 1998, p.20)

Según lo expuesto por este filósofo, al conocer la esencia de un objeto podemos deducir sus propiedades específicas y estas, a pesar de pertenecer al objeto, no lograrán nunca revelar su esencia. A estos dos aspectos los denominó hyle (materia) y morphe (forma); la materia es el componente individual de cada individuo mientras que la forma es lo que le da un orden y una estructura.

Platón

Platón fue un filósofo griego maestro de Aristóteles y seguidor de Sócrates. Es considerado uno de los primeros exponentes esencialistas.

Él creía en la perfección del universo y aseguraba que sus visibles imperfecciones sucedían debido a la percepción limitada que tiene el hombre.

De esta forma, plantea la existencia de “dos realidades: lo ‘esencial’ y lo ‘percibido’” (Acuña, 2017, párr.27). Platón, determina la esencia como una característica humana permanente, inalterable y eterna, lo esencial es lo ideal.

Esta teoría se conoce como el idealismo platónico, en la cual se desarrolla el concepto de formas ideales y se afirma que la esencia proyecta un objeto como formas o ideas.

El esencialismo y el existencialismo

La corriente esencialista es contraria al existencialismo, la diferencia básica entre ambas doctrinas es que en la primera, la esencia precede a la existencia; mientras que la segunda propone que la existencia precede a la esencia.

Para el existencialismo, no existe una esencia que define los objetos y la naturaleza humana, sino “es la misma existencia, la suma de nuestros actos, lo que, en última instancia, nos define” (Bermúdez, 2014, párr.2).

Es por lo anterior, que esta corriente desarrolla dos conceptos fundamentales: el de la libertad y el de la responsabilidad. Ambos apoyan que el ser humano de manera individual es capaz de darle un sentido y una razón a su existencia.

Otro aspecto que dista entre ambas doctrinas, es que para el esencialismo la esencia no es visible, mientras que para los existencialistas promulgan un mundo creado a partir de las formas que se obtienen mediante los sentidos humanos.

El esencialismo en la educación

El esencialismo se ha desarrollado en distintas áreas y una de ellas es la educación. Esta doctrina le proporciona al docente todo lo necesario para lograr un cambio en los estudiantes, promoviendo los conocimientos y las destrezas como parte integradora de la educación.

Este enfoque tiene como propósito “entrenar la mente, promover el razonamiento y garantizar una cultura común” (Canox, Castañaza, Contreras y Soto, 2014, p.8). Se desarrolla dentro de la educación con la idea de desarrollar un aprendizaje progresivo y esencial, en donde los estudiantes adquieran conocimientos básicos de acuerdo a su nivel.

Dentro de este enfoque, el docente juega un rol sumamente importante, ya que se convierte en un referente y ejemplo a seguir para los estudiantes, por lo que se pretende que el docente muestre virtudes que merezcan ser replicadas. El docente se considera un ente sagrado, por lo que no se cuestiona sus decisiones.

La filosofía esencialista en la educación también tiene un aspecto religioso relacionado con la esencia divina. Su objetivo principal es lograr personas plenas, educadores y estudiantes que sean mejores personas dentro de la sociedad con base en los principios y valores religiosos.

En general, la aplicación del enfoque en el área educativa se proyecta como un aprendizaje básico, en donde sólo se enseñan los elementos esenciales que permite que el individuo se desarrolle socialmente. Por esto excluye varias materias de la malla curricular, como por ejemplo la deportiva y la artística.

Sin embargo, incorpora la enseñanza religiosa como medio para potenciar la esencia divina y la esencia humana, ambas invitan al estudiante a pensar de una manera conjunta y aceptada por la sociedad.

Conclusión

El esencialismo es una doctrina que no sólo ha servido de base para el surgimiento de otras teorías filosóficas, sino que también ha colaborado en el desarrollo de distintas áreas.

Esta teoría fundamenta su existencia a partir de la esencia, que se entiende como aquella fuerza vital, permanente, invariable que constituye la naturaleza de los objetos y seres.

Al brindar ese aspecto único, le confiere al ser un poder innato y perfecto que deberá potencializar las habilidades de los individuos, por lo tanto, el esencialismo visto desde una perspectiva humanista colabora a la formación de ciudadanos capaces de su propio desarrollo debido a la perfección de su esencia.

Tanto Aristóteles como Platón observan que además de la esencia hay elementos que rodean