Revisión del “Cogito ergo sum”

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La realidad es observable

Ahora bien, la única forma racionalmente aceptable que hasta ahora conocemos de identificar la interpretación verdadera de la realidad es a través de la presentación de evidencias observables, reproducibles y refutables según los principios del método científico. Sin embargo, pueden existir interpretaciones verdaderas de la realidad que sean difícilmente comprobables según el rigor del método científico debido a limitaciones técnicas o tecnológicas. Para dichos casos, el ser humano se encuentra dotado de una herramienta que lo ha puesto por encima de todas las demás especies vivientes: la razón. Ésta es el proceso de pensamiento que se rige por los principios lógicos que son:

- Principio de identidad: Todo objeto es idéntico a sí mismo.

- Principio de no contradicción: El ser es y no puede a la vez no ser.

- Principio de exclusión del término medio: No existe término medio entre el “ser” y el “no ser”.

A través del pensamiento lógico podemos aceptar o rechazar diferentes proposiciones o teorías que pretendan explicar la realidad, sin dejar de buscar los métodos y las herramientas para probarlas. Para poder aceptar una proposición o teoría como racionalmente válida, no puede haber contradicciones en sí misma ni contradecir otras que hayan sido probadas con rigor científico. Si una proposición o teoría es indemostrable por definición, más allá de las limitaciones técnicas y tecnológicas, entonces es una falacia. No existen realidades inobservables. Todas las entidades y fenómenos reales interactúan con alguna otra entidad, dicha interacción implica cambio, es decir movimiento, y todo movimiento es observable y medible en por lo menos una de sus características, si bien no en todas de manera exacta, como lo establece el principio de incertidumbre. Es decir, que toda realidad es conocible o por lo menos, racionalmente estimable.

La realidad es objetiva

Diferentes personas pueden interpretar de forma diferente un mismo hecho real, pero eso no significa que todas las interpretaciones de ese hecho sean correctas. No es racionalmente aceptable pensar que toda interpretación de un mismo suceso sea verdadera, como sostienen los relativistas, eso nos llevaría a una ignorancia eterna y caótica de la realidad, a un sin-sentido gnoseológico. La única forma no contradictoria de entenderlo, es que la realidad es objetiva, es decir, que existe independientemente del sesgo de quien la observa, que está sujeta al cambio, que ese cambio también es una realidad objetiva en sí mismo, que puede ser interpretada y medida subjetivamente, que cada interpretación o medida subjetiva es en sí una realidad objetiva, que es compleja y que en consecuencia, llegar a su conocimiento absoluto resulta ser una tarea titánica pero posible por definición.

Entonces, si existe solo una realidad objetiva y múltiples interpretaciones de un mismo hecho, y dichas interpretaciones son excluyentes entre sí, a lo sumo una interpretación podrá ser considerada como verdadera y todas las demás serán falsas. De no ser excluyentes entre sí, serán interpretaciones complementarias pero no necesariamente verdaderas.

Como conclusión, podemos decir que nuestras facultades de pensar y de hacer nos otorgan la certeza de nuestra existencia y de la existencia de una realidad más allá de nosotros mismos; que dicha realidad es un sistema cerrado en el que todas las entidades interactúan entre sí; que dichas interacciones implican cambios, es decir, movimientos; que estos movimientos son observables y que esa realidad existe de forma objetiva, o dicho de otra manera, existe independientemente de los sesgos del observador.

La Realidad - Zona Razona - 10/02/2014

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