ARGUMENTACIÓN E INTREPRETACIÓN JURÍDICA.

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Nuestra oralidad al momento de una audiencia, debe ser como si estuviéramos ante una persona que conocemos y que estamos comentando una

situación, de tal manera que nos entienda porque tenemos la razón, considerando que debe ser ameno y concreto y despertar el interés por sacar a la luz nuestra situación; modular frases es imprescindible además de no pretender que sabemos más que el propio Juez, sin nunca olvidar aquellos fundamentos de derecho que le darán valor a nuestra elocuencia.

Nos menciona que la imparcialidad del juez tendrá que ver con los abogados que sean elocuentes y astutos, “excelente abogado” mientras que el charlatán y enredador, siendo pésimo abogado fallará en su contra.

Hablando de la litigiosidad, en ese sentido comenta que las leyes civiles son aplicables a las personas honradas, para las otras están las leyes penales; cuando existe un conflicto de intereses recomienda tener serenidad y fe en el Estado, tratar de Postergar en la medida de lo posible, con el fin de volver a pensar, no comprometerse, diferir resolución, tener pie en dos estribos para con ello obtener un doble juego, el tiempo remedia todo, debemos tomarlo con calma, máxime que no siempre resulta en la solución deseada.

Del sentimiento y lógica en las sentencias, tomando como base que sentencia viene de “sentir” así de lo importante que resulta la redacción de la motivación que considera el juzgador para dictarla, según Calamandrei es donde podemos destacar las posibles “fallas” y con ello

si es que no nos favorece recurrir las sentencias, esto en cuanto a lo que resuelve el juez, quien a su vez también es en la motivación donde debe poner especial atención al momento de estudiar y utilizar su lógica jurídica para dictarla su sentencia.

En algunas ocasiones El silogismo como forma de razonamiento deductivo que desde sus dos proposiciones como premisas y otra como conclusión, siendo la última una inferencia, resulta ser también una manera que consideran los juzgadores al momento de dictar su sentencia, es por ello que considera sentimiento y lógica.

Esa comparación paralela, que a su parecer y lo cual comparto, entre los rituales religiosos y judiciales, donde a pesar de que acudamos a cualquiera de los dos recintos la indiferencia que nos provoca porque en ambos se ha perdido la fé.

Cito un enunciado del libro que dice lo siguiente:

“No olviden que brevedad y claridad son las dos condiciones que más aprecia el juez en el discurso del abogado”.

“- - Y si no consigo ser al mismo tiempo breve y claro, ¿cuál de las

dos condiciones debo sacrificar a fin de molestar menos al juez?”

“- - Inútil la claridad si el juez, vencido por la prolijidad, se duerme; decídete, más bien por la brevedad, aunque sea oscura…”

C O N C L U S I Ó N

Definitivamente el libro aporta a nosotros los estudiosos del derecho pero más aun a los que estamos inmersos en el ámbito procesal ya que día con día:

Esta obra es una aportación importante a la ciencia jurídica, como ya he mencionado su pulcra redacción y contenido son armoniosos al lector, es un ensamble perfecto entre experiencia, conocimiento y respeto al trabajo de los que tienen en sus manos la solicitud de protección a un derecho tutelado y la decisión de otorgar o no dicha petición.

Así mismo, las vivencias narradas por Calamandrei son espectaculares porque nos permite analizar el problema, visualizar como es que él resuelve (con una especie de nuevo raciocinio) dicho conflicto tomando posturas de los que en el se ven involucrados, también ubicarnos en cuanto a si lo que pretendemos al aceptar llevar un caso, atendiendo a nuestra ética.

Lo importante es saber que la fe en la justicia no es una ilusión, la Fe en la justicia desemboca en conocimiento, sabiduría, respeto y responsabilidad.

Estoy cierto de que Piero Calamandrei, fue un brillante filósofo jurista.