El tema principal a tratar es sobre fragmento del dialogo “Gorgias de Platón
Enviado por Sandra75 • 15 de Febrero de 2018 • 1.486 Palabras (6 Páginas) • 730 Visitas
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Sócrates hace ver a Polo la verdad por medio de cuestiones, esto según Sócrates, ya que para él, lo que él decía era la verdad.
Polo no del todo convencido acepta la ideología de Sócrates. Las conclusiones anteriores han sacado de quicio a Calicles, fiero defensor del derecho del más fuerte: Asombrado por las insólitas afirmaciones que acaba de oír, sólo puede suponer que Sócrates ha hablado en broma. Calicles no lo acepta del todo y pregunta a Querofonte si eso era verdad lo que escuchaba decir a Sócrates o ciertamente solo eran bromas, por lo cual Querofonte al no saber la verdad le recomienda que mejor acuda a Sócrates a preguntar si lo que escucha es verdad.
Calicles expone su famosa teoría, proclamada también por otros sofistas. Según él, hay que distinguir entre naturaleza y ley; por naturaleza es más feo sufrir injusticia; por ley, en cambio, cometerla. Las leyes están establecidas por los débiles a fin de contener y atemorizar a los fuertes; por tanto, éstos deben despreciarlas y pisotearlas.
Calicles no opinaba lo mismo que Sócrates, de tal forma que el planteo un ejemplo, en el cual proponía a Sócrates acusado de un delito que no cometió, es decir, una injusticia, marcando y dejando en claro que, de ser así, Sócrates quedaría aturdido e indefenso sin saber que decir, y para cuando ya lo supiese sería demasiado tarde.
Pese a los argumento fundados por Calicles, Sócrates no abandono su postura pues desde su punto de vista, él tenía la razón y lo que decía era verídico, sin lugar a dudas.
La opinión mantenida por Sócrates nos hace pensar en que considera justa aquella forma de gobierno en la que el principal protagonista y gobernante sea el propio pueblo, esto es, la democracia. Así, convence a Calicles de su error al afirmar que sí, basándonos en la teoría de los más fuertes, la multitud es más fuerte y poderosa que un solo hombre, entonces aquellas leyes y aquel gobierno que emane del pueblo, de la multitud, será más recto y justo que el que Calicles predica.
Conclusión
Sócrates consigue en cada diálogo que sus “oponentes” se contradigan con sus propias ideas, lo que les hace perder la palabra y sin la palabra el hombre no es nada (y menos el retórico, puesto que según ellos la retórica es el arte de la persuasión mediante el discurso, cuya actividad y valoración se debe a las palabras).
Gorgias, Polo y Calicles son sofistas cuya habilidad según Sócrates (cuyo arte según ellos) es la retórica, mientras que Sócrates defiende lo científico y moral. Platón, a través de Sócrates, plantea la crítica de la retórica basándose en que la misma es la apariencia del saber, que se basa en la creencia (no en el conocimiento), el mismo Platón considera que el verdadero político y jurista debe apelar a la parte racional de los ciudadanos, esto es, que el buen político y jurista debe apelar a la razón.
A lo largo de todo este diálogo se abordan distintos problemas que afectan al derecho, más propiamente a la razón del derecho (que es lo que llamamos filosofía del derecho). Los principales temas que se tratan aquí son la retórica, la justicia y la conducta correcta en la vida del hombre.
Podemos observar en el texto que Platón propone un estilo de vida en búsqueda de la virtud, de la justicia, con base en el orden y la ley. No debemos dejarnos llevar en ningún momento por el mundo de lo natural, pues sólo nos llevará a cometer injusticias en base al descontrol y al placer.
En lo personal puedo llegar a la conclusión de que la forma más eficaz de convencer y hacer ver la verdad, es por el método socrático, en el cual se cuestiona el punto de vista de una persona, acerca de un tema, en el cual las respuestas no son por un conocimiento aprendido, solo es analizar nuestro pensamiento y en base a ello poder dar respuesta a nuestras inquietudes.
La conclusión del diálogo es que debemos precavernos más de cometer injusticia que de recibirla, que si hacemos algo malo debemos ser castigados, y que se debe hacer uso justo tanto de la retórica como de cualquier otra actividad o habilidad.
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