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Filosofía Actividad Metacognición. Etapa # 1

Enviado por   •  7 de Junio de 2018  •  2.208 Palabras (9 Páginas)  •  802 Visitas

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Existen diferentes tipos de virtudes, las virtudes son una cualidad estable de las personas, ya sea natural o adquirida, ya que todas las personas las tienen. Existen varios tipos de estas virtudes: intelectuales que se relacionan con la inteligencia de ella y las Morales relacionadas con todo bien.

Mito de la caverna

Este mito es del filósofo Platón, explica cómo ve el mundo y como un hombre será capaz de superar las ideas que se tienen en esa época para alcanzar la idea del bien, en resumen este mito nos habla de hombres que desde niños fueron encadenados para vivir en una cueva, dando la espalda a la entrada de dicha cueva. Nos pide Platón imaginar que nosotros somos como unos prisioneros que habitan una caverna subterránea. Estos prisioneros desde niños están encadenados e inmóviles de tal modo que sólo pueden mirar y ver el fondo de la estancia. Detrás de ellos y en un plano más elevado hay un fuego que la ilumina; entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto al borde del cual se encuentra una pared o tabique, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima de él, los muñecos. Por el camino desfilan unos individuos, algunos de los cuales hablan, portando unas esculturas que representan distintos objetos: unos figuras de animales, otros de árboles y objetos artificiales, etc. Dado que entre los individuos que pasean por el camino y los prisioneros se encuentra la pared, sobre el fondo sólo se proyectan las sombras de los objetos portados por dichos individuos. En esta situación los prisioneros creerían que las sombras que veían y el eco de las voces que oyen son la realidad. Si a la fuerza se le arrastrara hacia el exterior sentiría dolor y, acostumbrado a la oscuridad, no podría percibir nada. En el mundo exterior le sería más fácil mirar primero las sombras, después los reflejos de los hombres y de los objetos en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación contemplaría de noche lo que hay en el cielo y la luz de los astros y la luna. Finalmente percibiría el sol, pero no en imágenes sino en sí y por sí. Después de esto concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las estaciones y los años, que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto. Al recordar su antigua morada, la sabiduría allí existente y a sus compañeros de cautiverio, se sentiría feliz y los compadecería. En el mundo subterráneo los prisioneros se dan honores y elogios unos a otros, y recompensas a aquel que percibe con más agudeza las sombras, al que mejor recuerda el orden en la sucesión de la sombras y al que es capaz de adivinar las que van a pasar. Esa vida le parecería insoportable. Supongamos, dice Platón, que a uno de los prisioneros, “de acuerdo con su naturaleza” le liberásemos y obligásemos a levantarse, volver hacia la luz y mirar hacia el otro lado de la caverna. El prisionero sería incapaz de ver las cosas cuyas sombras había visto antes. Se encontraría confuso y creería que las sombras que antes percibía son más verdaderas o reales que las cosas que ahora ve. Si se le forzara a mirar hacia la luz misma le dolerían los ojos y trataría de volver su mirada hacia los objetos antes percibidos. Sus habitantes no saben que han tomado las sombras por objetos reales; creen conocer la realidad, aunque de hecho están viviendo en la oscuridad, tanto en sentido figurado como en el literal. Para el pensador griego, VIVIR significa ir en busca de aquello en lo que uno cree y enfrentarse a preguntas fundamentales. Para él, no es vida la que se vive en “piloto automático”, una vida sin opinión propia, repitiendo las ideas y opiniones sostenidas por los padres, los maestros y los amigos. Ciertamente, puede tratarse de una forma de existencia, pero no es una vida. Platón aborda este en el cual, además de muchas de las ideas platónicas esenciales, explora cómo debería ser una sociedad ideal. Al igual que Sócrates, Platón creía que la mayoría de las personas viven en la ignorancia la mayor parte del tiempo; lo peor de tal situación es que no saben siquiera que son ignorantes. Será fácil comprender por qué aquellos que han visto las cosas como realmente son, usando plenamente los poderes intelectuales, no estarán dispuestos a volver al mundo profano de los intercambios humanos. Alguien así podría parecer tonto entre las sombras de las cortes legales y la hipocresía de la vida cotidiana. Pero haríamos bien en recordar que aquellos que creemos desorientados podrían en realidad estar moviéndose de las tinieblas a la luz y no de la luz a las tinieblas. La justificación de Platón para dar las riendas del gobierno a los filósofos se encuentra en un pormenorizado estudio en torno de la verdad y el conocimiento, y en este contexto es donde interviene la alegoría de la caverna. A medida que desarrolla la alegoría, Platón nos pide que imaginemos que alguien entra en la caverna, quita los grilletes a un prisionero y lo conduce al exterior, a la luz del Sol, cuál ¿crees que será la reacción del prisionero liberado? un poco anonadado por el brillo del Sol, probablemente lo primero que hará será correr hacia la seguridad de la caverna. Necesitará tiempo y paciencia antes de que sus ojos se acostumbren a la luz y a ver las cosas tal como realmente son. Sin embargo, una vez que lo haya conseguido, el prisionero comprenderá con claridad que lo que había tomado por conocimiento no era más que puras sombras, esta alegoría que nos presenta Platón representa la vida humana, la caverna representa el mundo en el que vivimos, en el que estamos acostumbrados y confiamos indudablemente, las sombras que confundimos con la realidad, la salida de la cueva representa el Bien, el ascenso del alma o la vida intelectual, utilizando estas herramientas es como llegaremos finalmente a la idea del Bien que es la fuente de todo lo correcto y es en lo único que podemos confiar para la conducta moral, nos deja como enseñanza que no siempre sabemos todo, por ejemplo cuando nos burlamos de alguien por lo que dice sin siquiera conocer de lo que nos estamos burlando, la ignorancia puede ser esas cadenas con las que estaban sujetos los prisioneros.

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