Friedrich Nietzsche. Su nombre proviene del rey Federico Guillermo IV de Prusia
Enviado por John0099 • 21 de Abril de 2018 • 2.874 Palabras (12 Páginas) • 417 Visitas
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Nietzsche critica que se le da más importancia a lo apolíneo que a lo dionisiaco, ya que considera que es lo segundo lo verdadero de la vida. Según Nietzsche, Dionisio es el camino para alcanzar la grandeza humana.
Transformaciones del espíritu del hombre:
El camello, el león y el niño. En este recorrido, Nietzsche nos muestra el camino que deben pasar los hombres de forma metafórica para poder llegar a cambiar su antigua moral por nuevos valores propios. Debemos por lo tanto entender estas tres figuras como los momentos que atraviesa el espíritu del hombre en dicho camino. El camello, el león y el niño.
El camello simboliza a los que se contentan con obedecer ciegamente, sólo tienen que arrodillarse y recibir la carga, soportar las obligaciones sociales, obedecer sin más a los valores que se presentan como creencias.
El camello que quiere ser más se transforma en león, el león no tolera que nadie le toque ni se inclina ante nadie para ser cargado. Simboliza por tanto al ser humano liberado de las cargas morales y sociales. Representa el gran negador, el nihilista que rechaza todos los valores tradicionales. Su poder se consuma y agota en el esfuerzo por la rebelión: en sí mismo aún hay mucha resistencia y rigidez, no hay verdadera soltura del querer creador, no ha llegado a sí mismo, a su propia riqueza de vida.
Pero también el león tiene necesidad de transformarse en niño, superar su autosuficiencia para poder vivir libre de prejuicios y crear una nueva tabla de valores. El niño es inocente y es juego, pero también es creador. Sólo el niño consigue la espontaneidad de lo vivo. Está libre de prejuicios y puede crear nuevos valores. El Juego de crear, y decir sí a la vida, a lo que le rodea y a lo que está por llegar.
Con la imagen del niño, Nietzsche está describiendo la moral del Superhombre, que se convierte en un arte de la vida. Un arte capaz de transformar la vida para ser algo digno de ser vivido y amado.
Nihilismo:
Nietzsche emplea el término nihilismo al menos con dos significaciones:
-Nihilismo activo: es también nihilista la filosofía que intenta mostrar cómo los valores dominantes son una pura nada, una invención; Nietzsche es nihilista en este sentido pues propone la destrucción completa de todos los valores vigentes y su sustitución por otros radicalmente nuevos. Este nihilismo es una fase necesaria para la aparición de un nuevo momento en la historia de la cultura, para el reencuentro con el “sentido de la tierra”, la aparición de una nueva moral y de un nuevo hombre, el superhombre. Como signo del creciente poder del espíritu.
-Nihilismo pasivo: es una de las consecuencias de la “muerte de Dios”, aparece por la consciencia del carácter radicalmente infundado de la creencia en lo sobrenatural, en el mundo del espíritu, de la creencia religiosa. Durante siglos nuestra cultura ha considerado que los valores descansan en algo trascendente y objetivo gracias al cual la existencia tiene sentido; la vida tiene un sentido porque algo exterior a ella se lo da. Con la muerte de Dios sobreviene la crisis del sentido y el convencimiento de que la existencia es absolutamente insostenible, vacía, carente de sentido. El “nihilista pasivo” no cree en ningún valor, puesto que considera que todo valor es posible sólo si Dios existe, y Dios no existe. Termina en la desesperación, la inacción, la renuncia al deseo, el suicidio. Como decadencia y retroceso del poder del espíritu.
El nihilismo se define en función de la voluntad de poder. Cuando esta voluntad disminuye o se agota, aparece el nihilismo, puesto que tal voluntad no es otra cosa que la esencia de la vida. De acuerdo al diagnóstico que realiza Nietzsche, este tipo de nihilismo está a punto de llegar porque todos los valores creados por la cultura occidental son falsos valores porque son la negación de la vida misma. Entonces, cuando esos valores ilusorios se derrumben, llegará necesariamente el nihilismo.
Contra ese nihilismo pasivo, Nietzsche reacciona con el nihilismo activo, que por un lado, es una potencia de destrucción que se origina en el creciente poder del espíritu, (los valores no caerán por sí solos sino que son destruidos directamente por la 'voluntad de poder', que los niega. Y por el otro, es condición necesaria para que la voluntad de poder cree nuevos valores.
La crítica de Nietzsche a la cultura occidental se centra en que la considera una manifestación de este nihilismo activo que intenta adelantarse al nihilismo pasivo y crear una civilización nueva antes de que la antigua sea definitivamente derrumbada.
Eterno Retorno:
Concepción del tiempo característica de la filosofía de Nietzsche. Consiste en aceptar que todos los acontecimientos del mundo, todas las situaciones pasadas, presentes y futuras se repetirán eternamente. Ésta es una de las tesis más extrañas de Nietzsche, particularmente porque parece contraria al modo dominante de interpretar la sucesión de acontecimientos: a una cosa le sigue otra, y a ésta la siguiente, y las que quedan en el pasado son irrecuperables, ya no podrán darse más; las personas que creen en la inmortalidad del alma afirman, en todo caso, que los seres queridos podrán “retornar”, que volveremos a tener una experiencia de ellos, que podremos recuperarlos. Pero nadie ha defendido que otros objetos –por ejemplo el ámbito de los objetos “insignificantes” que rodea nuestra existencia. Según la tesis del eterno retorno todo va a repetirse un número infinito de veces. Fijémonos en el alcance de esta afirmación:
- las personas que conocemos volverán a estar presentes;
- pero también el resto de los seres (animales, plantas, objetos inertes);
- volverán las mismas cosas con las mismas propiedades, en las mismas circunstancias y comportándose de la misma forma.
El Superhombre:
Es el pensamiento central de Nietzsche. El ser humano debe ser superado, ya que todos los seres evolucionan y se transforman, y el ser humano no puede ser una excepción. El ser humano no es un ser estático, sino que está dotado de una enorme fuerza creadora. Lo podemos reconocer a partir de su conducta moral:
1. Rechaza la moral de esclavos: la humildad, la mansedumbre, la prudencia que esconde cobardía, la castidad, la obediencia como sometimiento a una regla exterior, la paciencia consecuencia del sometimiento
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