LA NECESIDAD DEL HOMBRE DE BUSCAR SU ORIGEN Y SU IDENTIDAD A TRAVES DE LA HISTORIA

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Con estas teorías evolutivas puestas sobre la mesa, las cuales demostraban las similitudes que tenía la especie humana con algunos animales; surgieron múltiples incógnitas, que si bien es cierto fueron moldeando el surgimiento del hombre como especie, desencadenaron la aparición de múltiples enfoques que ampliaron aún más el abanico de posibilidades.

Con el transcurrir de los años, y el perfeccionamiento de las ciencias y los avances tecnológicos, la humanidad ha escudriñado más en los orígenes del hombre, especialmente en las reacciones, cambios y evoluciones moleculares, que investigan a la humanidad a partir de comparaciones genéticas con especies anteriores al hombre que existieron hace muchos millones de años.

Con este trasegar, el hombre finalmente tiene algunas bases para definir de una forma más consciente su responsabilidad y papel principal en el universo, un universo que hasta el momento es solo nuestro, a pesar de que cueste trabajo creerlo y aceptarlo, dada la inmensidad del espacio que nos contiene.

Así pues el hombre continúa en una búsqueda imparable de continuar indagando acerca de su origen, y su verdadera identidad en su hogar ¨la tierra¨, y continuará con la referencia que hace al pasado, el cual ya fue dado y se encuentra retenido en su historia; y al futuro, el cual es pretendido y aún se encuentra inerte. Así pues entendiendo un poco más del origen físico, también nos incursionamos en un aspecto más teológico y difícil de explicar, y es el del género, partiendo de una diversidad interna de creencias, experiencias, pensamientos y sentimientos, que van moldeando el ¨ser¨, ese que trasciende de lo material que podemos ver y apreciar, y trasciende al interior o área espiritual, desconociendo esto último que pueda significar en la temporalidad del hombre.

En mi concepto personal, lo que hace que el hombre se interese tanto por descubrir su existencia, es la necesidad imperante de no aceptar que tanta perfección, belleza y poder se resuma a un simple proceso evolutivo, el cual llegará a su fin cuando cumplamos nuestro ciclo material en el Universo, y que todas esas sensaciones de la vida que resultan en un sentimiento de divinidad queden anuladas como una luz que se apaga para siempre.

Creo que esa parte llamada alma, para quienes somos creyentes es la que permite reencarnar en otras vidas para continuar viendo el ciclo evolutivo de la perfección, y para quienes simplemente creen en el momento, el alma se reducirá a las experiencias transmitidas de generación en generación, que continúan contribuyendo con el descubrimiento de nuevos secretos de la naturaleza.