LA RELIGIÓN, Y LOS DERECHOS HUMANOS?

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El documental continuó con Jessop, quien fue criada por dos madres junto a 27 hermanos, y confesó en su libro Nueva Iglesia de Mentiras: “Fui adoctrinada para creer que el mundo exterior era perverso y que estaba destinada a casarme con un hombre elegido para mí por el profeta, y que debería servir a mi futuro marido en esta vida y hasta la eternidad”.

De esta comunidad, sonó mucho el caso de esta joven, pues ella “logró escapar luego de ser sometida a torturas y abusos físicos y verbales por los miembros de la IFSUD” Y efectivamente, salir es un asunto muy difícil, pues quienes lo desean, “temerán abandonar la comunidad IFSUD por las posibles represalias del grupo de seguridad de la iglesia (también conocido como el Escuadrón de Dios) hacia ellos y hacia la familia que deberán dejar atrás”.

Ahora bien, estos 2 ejemplos anteriores nos son los únicos donde la religión juega un papel fundamental en acciones que no van acorde a los derechos humanos. Podríamos mencionar infinidad de casos que van de mayor o menor levedad en muchas religiones.

En mi propia experiencia, puedo compartir que crecí en un ambiente donde la religión siempre fue lo principal y el modo de vida que ello implicaba, no se debía cuestionar. No me atrevo a declararlo tajantemente malo, pues es muy cierto esto que se dice de que la religión brinda esperanza y razón a la existencia humana, incluso valores muy importantes han quedado muy arraigados en mi persona. Pero debo admitir que cuando llegó el momento de cuestionarme si quería que la religión siguiera influyendo en mis decisiones (estudiar una carrera universitaria o no, por ejemplo), fue sumamente difícil enfrentar a familia y conocidos de la misma religión que me cuestionaban negativamente. Por otra parte, también el constante miedo de llevar una vida libre, a costa de la expulsión de la comunidad y sus implicaciones.

Es cierto que aunque mi caso tal vez no es considerado extremo, puedo entender de cierta forma a personas que sí pasan por situaciones de tensión debido a esta. Y es que la religión ha desempeñado un papel tan importante en la sociedad, que muchos nos preguntamos hasta qué grado está relacionada con las guerras, con el sufrimiento o por qué tantas personas han matado o recibido la muerte en el nombre de ella.

Lo que es cierto, es que la religión y los derechos humanos se necesitan recíprocamente. Aunque es posible que la universalidad de los derechos humanos necesite una exposición laica, la verdadera potencia del movimiento de los derechos humanos proviene de sus dimensiones inherentes religiosas, tal es el caso de Gandhi, por ejemplo.

El poder religioso no se puede negar, por eso son necesarios los derechos humanos que protejan su poder y también que sean capaces de defender ante su abuso. Pero que además ayuden a los creyentes a identificar esas fallas conforme a los derechos humanos. Tal vez así, la sociedad tome un camino más pacífico, que por hoy, tristemente parece alejarse cada vez más.

Paula Andrea Gómez Sánchez

Derechos Humanos y Gestión de paz. 1er cutrimestre