La vida de Cervantes; y la filosofía alrededor del Quijote”.
Enviado por tolero • 2 de Mayo de 2018 • 2.261 Palabras (10 Páginas) • 380 Visitas
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Cervantes nos empapa de una realidad literaria fantasiosa que produce un choque con la realidad verdaderamente tangible en la que se desenvuelven las historias caballerescas de Quijote y Sancho. Para mantener la dimensión de realidad de su mundo, Don Quijote recurre al hecho del encantamiento. Así, para seguir fiel a su creencia, Alonso Quijano se vale de toda clase de novelas caballerescas que había en su biblioteca, y a partir de ellos jugar con su imaginación y darle vida al caballero Don Quijote de la Mancha.
Es así como comienza nuestra lucha también filosófica de la metafísica “¿Qué es la realidad?” En tanto que el ser, en este caso, Don Quijote, pertenece a dos mundos aparentes (real e ideal) En cuanto a la “realidad ” donde es Alonso Quijano y la realidad aparente que donde es el Caballero Don Quijote de la Mancha, que se enfrenta ante muchas aventuras, solo por perseguir un ideal. Cervantes se encarga de mostrarnos lo que la vida es y lo debe de ser. Realista e idealista.
En muchas ocasiones, puede parecer que Don Quijote no quisiera ver el mundo como es, el mundo real. Tal vez por temor a verse desengañado de su propia creencia.
“Yo sé y tengo para mí – expresa- que estoy encantado y esto me basta para la seguridad de mi conciencia; que la formularia muy grande si yo pensase que no estaba encantado y me dejase estar en esta jaula perezoso y cobarde” (Cervantes)
Toda acción es el desenvolvimiento de una idea. Pues bien, Don quijote con sus acciones, desenvuelve ideas que no son simple ideas, sino ideales. Y las desenvuelve en la realidad. Pero, ¿Qué hay de real en esta realidad inventada por Don Quijote?
Como bien sabemos, el caballero se propone recorrer las tierras en compañía de Sancho, en busca de las aventuras de caballería que se encontraban en los libros que ya anteriormente Don Quijote había leído. Una de las escenas fundamentales y de las primeras mostradas ya como un caballero, es aquella de los molinos de viento. Que el Quijote en su locura veía como gigantes, Sancho le advierte con anterioridad de que no es así, que solo son unos molinos, pero el caballero decide ignorarlo y seguir a todo galope contra ellos, al chocar con estos, una de las aspas cae, rompe la lanza del caballero y tira al suelo a rocinante; su caballo. Este pudiera ser el primer golpe, literal, de realidad contra idealismo del caballero. El valor de esta hazaña es la que se lleva todo el peso aquí.
“Los valores son cualidades que determinan las cosas. Valor es aquel estadio o modo del ser, que estriba en el sentido de la excelencia, dignidad, importancia o jerarquía que le acaece en virtud de su adecuación a la ley teleológica[3], a la causa final que permea todo el orden ontológico”.(Basave, A. Pag. 148)
Pero hay que recordar que los valores solo existen dentro de una situación concreta, es decir, que solo dentro de esta situación tienen existencia y sentido.
Para Sancho chocar contra unos molinos de viento no tuvo ningún sentido, en cambio, Don quijote, dentro de su locura, vio en ellos un ataque inminente; unos gigantes, y como caballero debía hacer algo para luchar contra ellos. Si nos ponemos a pensar, tal vez, en que los molinos no hubieran estado en ese lugar por donde el caballero iba pasando, seguramente este encuentro no habría tenido lugar, pero si no hubieran sido estos molinos, habría sido cualquier otra cosa sin sentido común, pero dentro del contexto del sentido ideal del Quijote.
Finalmente lo esencial de Don Quijote, es justamente eso: sentirse con ese valor personal, en este caso, lo caballeresco. Perseguir el ideal, el honor y luchar a través de batallas para conseguir nuestro ideal. Tal vez el propio Alonso Quijano, muy en su subconsciente no estaba cómodo ni seguro con la vida que desde hace cincuenta años llevaba. Incluso la misma descripción de Cervantes sobre Don Quijote, es de una persona no de muy buen aspecto. Por eso se decidió a optar por una salida que para él podría ser la más fácil, no dudo de la veracidad de su locura, aunque pocas personas a su alrededor solo trataban de ayudarlo con su locura y gran mentira.
Los demás solo querían hacer burla de la condición del Quijote, así fue como el final del caballero era inminente y como no había otra forma de jugar con la locura del quijote, sino que siguiéndole la corriente. Su vecino se hizo pasar disfrazado por un caballero, el caballero de la Blanca Luna que vence al Quijote y lo obliga a regresar a La Mancha y además tiene que abandonar la caballería. La moral y el honor de nuestro caballero queda destruida, además de que su ideal se viene abajo, saca con su locura y deja de creer en historias de caballerías, incluso a aborrecerlas.
El quijote menciona en un dialogo a su sobrina “Yo me siento, sobrina, a punto de muerte; querría hacerla de tal modo, que diese a entender que no había mi vida tan mala que dejase renombre de loco; que puesto que lo que he sido, no querría confirmar esta verdad en mi muerte.” Don Quijote aunque en su locura aún le quedaba un poco de sensatez al momento de sentir la muerte cerca, es de decir, que después de todo el valor que había conseguido durante su lucha, y la de mantener en alto su ideal, finalmente deseaba la muerte después de haber sido feliz aunque fuera en su realidad inventada, un poco de luz y de claridad.
Recapitulando, desde tiempos remotos a los seres humanos siempre los ha aquejado el problema de la existencia, los primeros filósofos, como Sócrates, Platón y Aristóteles nos abrieron todo un campo de precedentes sobre la existencia del ser. Sócrates con su pregunta “¿Quién soy yo?”, Platón con toda su teoría sobre las ideas, las que rigen al mundo. Y Aristóteles con la metafísica y su pregunta “¿Qué es la realidad?”
Cervantes con lo que se considera su obra maestra; “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha” nos muestra todo un panorama que incluso siendo literario se mete también con filosofía, como la de los pensadores mencionados anteriormente, con su personaje Alonso Quijano, quien a través de las lecturas que realizaba en su biblioteca de los libros de caballerías, como algunos dirían, se volvió loco. Pero no un loco cualquiera, sin ningún propósito. Don Quijote mantenía firmemente un ideal, ser un reconocido caballero, vencedor de batallas.
El ideal y la vida en realidad no mantienen una larga distancia entre ellas, incluso en la actualidad, los hombres deberíamos de guiarnos por tus nuestros ideales, sin que nos importara la vanidad e incluso el interés económico, que muchas veces y prácticamente en la actualidad es por que más nos regimos.
El libro del Quijote, además
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