La vida es sueño.

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Al principio del supuesto sueño de Segismundo, éste actúa tal y como pensaba su padre, con mucha tiranía. Pero tras meditar la situación y al pensar si estaba soñando y si era real lo que vivía o no, decidió cambiar de actitud y hacer cosas que fueran moralmente buenas. Él se inclinaba más a que era un sueño ya que aunque él no conocía la verdadera realidad, hay muchas personas que cuando están durmiendo tienen sueños tan reales que en ocasiones creen que está pasando en la realidad pero es un simple sueño. Los sueños muchas veces te hacen reflexionar y darte cuenta de que estás cometiendo algunos errores y te dan la oportunidad de corregirlos. A Segismundo le ocurrió algo parecido y se dio cuenta de que ya que estaba viviendo algo nuevo que le gustaba, debería disfrutarlo haciendo el bien a los demás sin perjudicar a nadie para conseguir algo. Esta decisión que tomó fue buena y así pudo conseguir más cosas de las que quería.

Y por último, el tema de la honra, que tiene un papel fundamental en la segunda trama de la obra. En este caso, Rosaura perdió su honra debido a un tema amoroso y trata de recuperarla por todos los medios. Ella tuvo que disfrazarse de hombre ya que durante esa época a las mujeres se les consideraba débiles y no podían matar ni vengarse de nadie. En esos tiempos, tras la pérdida de honor o de honra, la persona perjudicada trataba de vengarse por todos los medios: la mayoría de las veces era la muerte. Pero para las mujeres una de las costumbre cuando te quitaban la honra era la retirada a un convento o un casamiento con alguna persona. Rosaura intentó vengarse de Astolfo al haberla abandonado pero tras lo ocurrido, y como ellos estaban enamorados, volvieron a estar juntos y se casaron.