Plato y Aristoteles - Vida politica
Enviado por Mikki • 13 de Septiembre de 2018 • 4.566 Palabras (19 Páginas) • 281 Visitas
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La dialéctica que es posible seguirá dependiendo de la experiencia.
La LEY y la LIBERTAD>> son fenómenos carecteristicamente políticos
Asi mismo dice que hay régimen político de tres clases: EL gobierno de UNO, de unos cuantos y de muchos. Pero que una de estas esta dividida en dos partes, pensando en la diferencia entre la violencia y la volutrariedad o entre la legalidad y la ilegalidad ; de este modo , la monarquia se distingue la tiranía , la aristocracia de la oligarquía mientras que el nombre de democracia se aplica al gobierno de la multitud sin que importe si la multitud de los pobres gobierna a los ricos con consentimientos de los ricos y con estricta obediencia a las leyes o con violencia.
La democracia que se atiene a la ley es inferior al gobierno de los pocos que se atienen a la ley ( aristocracia) y al gobierno de uno que se atiene a la ley ( monarquia) pero la democracia sin la ley es superior al gobierno sin ley de unos cuantos (oligarquía) y al gobierno sin ley de uno ( tiranía).
El anhelo de conocimiento propiamente es FILOSOFIA. Es esforzarse por el conocimiento del todo, por la contemplación del todo. La filosofía es la elevada actividad humana.
LAS LEYES:
La cuidad tendrá que tranformarse si desea mantener su pretensión de supremacía en cuestiones de filosofía. Pero la cuidad es incapaz de pasar por esta transformación.
La republica muestra que la cuidad ordinaria ( la que no es comunista y que es la sociedad de los padres y no artesanos) es la única cuidad posible.
El político muestra la necesidad del imperio de las leyes.
La virtud del hombre es básicamente la actitud apropiada hacia los placeres y los dolores o el debido dominio de los placeres y dolores , el dominio apropiado es el dominio efectuado por el razonamiento recto.
La ley es el dictado del recto razonamiento con respecto a los placeres y los dolores.
EL REGIMEN VIABLE DEBE SER MIXTO. Entre monarquía y democracia ( sabiduría y libertad, consentimiento , del imperio de las leyes).
Un progreso infinito en mejorar las leyes en interés del continuo mejoramiento del orden político asi como contrarrestar la decadencia de las leyes.
La virtud pretende ser una y sin embrago es muchas. Hay cuatro y dos de ellas es la sabiduría y el valor.
LIBRO III
TEORÍA GENERAL DE LAS CONSTITUCIONES A PARTIR DE UN ANÁLISIS DE LOS CONCEPTOS DE CIUDAD Y CIUDADANO
Definición de ciudadano
En un primer tiento, Aristóteles afirma que el rasgo que mejor define al ciudadano es el de ser partícipe de las funciones judiciales y del gobierno. Y referido a las magistraturas, que clasifica en limitadas en su duración e indefinidas, el ciudadano es aquel que participa de las últimas.
El ciudadano no puede ser clasificado de forma universal, sino atendiendo al régimen político en que desarrolla su actividad, siendo uno anterior (perfecto) y otro posterior ( degenerados). El ciudadano, forzosamente distinto en cada régimen.
Ante este problema impuesto por la realidad, Aristóteles añade una corrección a su definición ( en correspondencia con la calidad de las magistraturas). Y define al ciudadano: a quien tiene la posibilidad de participar en la función deliberativa o judicial de su respectiva ciudad. Y llama ciudad al conjunto de tales ciudadanos suficientes para vivir con autarquía.
Definición de la ciudadanía: el criterio del nacimiento.
En el campo práctico se define al ciudadano como el nacido de dos padres ciudadanos y uno de uno solo (padre o madre). Remontándose el criterio del nacimiento: ciudadanos fueron los fundadores o primeros habitantes de la ciudad.
También repasa Aristóteles la posibilidad de adquirir la ciudadanía mediante una revolución ( la de Clístenes con los metecos en Atenas). Aplicando el criterio de lo justo e injusto, y puesto que se ha de considerar que existen gobiernos injustos, y que aunque injustamente están gobernados, concluye que hay que denominar a estos productos de revolución como ciudadanos.
Definición de la ciudad – estado. Su perennidad.
Una ciudad es una, no atendiendo al tamaño ni al hecho de encontrarse amurallada, sino cuando se desarrolla en ella una cierta comunidad de ciudadanos en un régimen; la ciudad es a misma, una, atendiendo a su régimen, y es posible llamarla con nombre distinto o el mismo ya sean los que la habitan los mismos hombres, ya otros completamente distintos.
La virtud del buen ciudadano y la virtud del hombre de bien
La virtud del ciudadano está relacionada forzosamente con el régimen, habiendo varias formas de régimen, no puede haber una única virtud perfecta del bien ciudadano. En esto se diferencia el hombre de bien, que lo es conforme con una virtud perfecta[1]. Por lo que concluye que se puede ser buen ciudadano sin poseer la virtud por la cual el hombre es bueno.
Pero como el interés de Aristóteles es intentar casar ambos conceptos de manera que el hombre ético se acerque lo más posible al hombre político, aborda el problema enfocándolo desde la perspectiva del régimen mejor, llegando a la conclusión de que no son las mismas virtudes las que siendo ciudadanos deben ejercer los gobernantes y los gobernados. Deja para los primeros la consideración del hombre ético: cuya virtud peculiar es la prudencia, lo cual permite conocer el gobierno de los hombres libres bajo dos aspectos a la vez. Las demás virtudes analizadas en la ética son compartidastanto por gobernantes como por gobernados, y deja para los gobernadosexclusivamente la opinión verdadera.
La ciudadanía de los artesanos
Se pregunta Aristóteles si a los artesanos, como trabajadores manuales se les puede considerar ciudadanos y toma como punto de partida una enrevesada declaración: no hay que considerar ciudadanos a todos aquellos sin los cuales no podría existir la ciudad. La ciudad más perfecta no hará ciudadano al trabajador. ¿Por qué? Porque el ciudadano ha de estar exento de trabajos necesarios para poder deliberar en magistraturas políticas y judiciales. Pasando revista a varios regímenes,
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