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Que es La Sociedad del Cansancio

Enviado por   •  15 de Mayo de 2018  •  2.016 Palabras (9 Páginas)  •  356 Visitas

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Sin reacción inmunológica el organismo no crea anticuerpos. El enemigo ya no es bacterial ni tampoco viral, refutando Han a Baudrillard, pues un enemigo vírico responde a ese esquema. La positivización del mundo ofrece en su sistema una violencia inmanente –e invisible- a él. El individuo sufre pero no tiene enemigo que combatir; sufre así un infarto psíquico: depresión, síndrome del desgaste ocupacional, trastorno límite de la personalidad, déficit de atención, enfermedades que realmente, no atacan al individuo desde fuera, sino que brotan de él mismo. El sistema no se presenta como el enemigo, pues es un sistema positivo, sin restricciones, del ‘’háztelo tú mismo’’ y ‘’todo es posible’’; la ‘’culpa’’ es del individuo, que se agota.

Las conclusiones que se obtienen no son muy esperanzadoras. El estado actual es fruto de un triunfo cultural del neoliberalismo: la conciencia del poder hacer más es inmanente a los individuos. Se da un empoderamiento de uno mismo y desaparece un ‘’nosotros’’. Si uno fracasa es porque no se ha llegado a la altura. El explotado ya no critica, ya no se revoluciona; se deprime. Ya no se recurre al sistema para ver si algo funciona mal, sino que se recurre al psicólogo. Que un individuo sienta que ‘’nada es posible’’ solo cabe en la sociedad del ‘’nada es imposible’’. La sociedad se convierte en una sociedad suicida, obsesa por el perfeccionamiento, rendimiento y progreso sin límite, que se acerca poco a poco a ser una sociedad del dopaje.

‘’El cansancio de la sociedad de rendimiento es un cansancio a solas (alleinmüdigkeit) que aísla y divide’’.(Han, 2010, p.72) La violencia se hace patente al comprobar que aísla a la comunidad, destruye el verdadero ‘’nosotros’’ y se sustituye por el gregarismo. Es un cansancio que separa y atormenta. Han hace referencia al ‘’Ensayo sobre el cansancio’’ de P. Handke, el cansancio que permita que uno pare, reflexione, descanse, que abra un entre; un ‘’cansancio del nosotros’’, un cansancio que inspire al cansancio de la potencia negativa y sustituya al agotamiento de la potencia positiva, un cansancio activo que nos devuelva al mundo; las esperanzas quedan puestas en evolucionar a una sociedad del cansancio.

Opinión personal

Para ser sincera, me ha llamado mucho la atención este ensayo, porque me ha hecho reflexionar bastante muy personalmente y poder ver desde otra perspectiva cómo he llevado las cosas. Y es que durante Bachillerato fui un terrible sujeto de rendimiento.

El último año me lo tomé todo muy en serio y llevé al límite el estudio. Cada vez salía menos con mis amigos, no leía nada que no tuviera que ver con mis asignaturas, no veía la tele ni películas, no hacía casi nunca ejercicio, no reservaba apenas tiempo para mí misma. Mi único tiempo de descanso era lo que yo me permitía dormir. Perdí cinco kilos por el estrés y no celebré ni mi cumpleaños porque tenía un examen la semana siguiente. Cada vez entendía menos qué era lo que estaba haciendo; me levantaba de la cama como si fuera por inercia. Yo no tenía ganas de seguir haciendo nada pero mi cuerpo parecía estar atravesado por un hierro que me obligaba a erguirme y rendir más y más y más. Perdí el horizonte de mis límites. A medida que pasaban los meses se iba agravando, por miedo a derrumbar lo que había ido construyendo y que todo hubiera sido en vano.

Sin embargo, nadie me había obligado a hacer aquello. En casa nadie me dijo que tuviera que sacar una media alta. Tenía interiorizado un: tú puedes hacer más, tú puedes ser más. Cuando me quedaba rezagada resonaba: podrías estar haciendo más. Si decidía que ese día no iba a madrugar, volvía a oír: si aprovecharas este tiempo podrías rendir más. Si una nota no era tan alta como esperaba, me comía el sentimiento de culpa, como de vergüenza, porque podría ser mejor. Hasta acepté injusticias de profesores sin pensármelo mucho: si no podía con ello era mi culpa y yo debía adaptarme y dar la talla; no iba a perder el tiempo en quejarme. Mi descanso no se basaba en un descanso de la potencia negativa, si no de la positiva: puro agotamiento. Bien es cierto que segundo de bachillerato es un año especialmente estresante para un estudiante, pero yo lo llevé al extremo, por el mero hecho de que antepuse el trabajo a todo. Desequilibré demasiado mi vida.

Cuando terminé el curso, saqué una media de diez. Y no sentí satisfacción, ni euforia, ni nada. Me quedé como autocomplacida pero con una sensación extraña, como si estuviera viviendo un sueño borroso. No me sentía especialmente orgullosa de mí. Había estado tanto tiempo casi sin vida que al llegar a la meta estaba completamente desorientada, aturdida. ¿Al final qué sentido había tenido realmente todo?

Hoy aún siento a veces que debería estar haciendo siempre algo ‘’productivo’’. Creo que se debe cuidar la inquietud y capacidad para esforzarme, pero siempre guardando un equilibrio.

Esto no ha sido una opinión crítica, porque me he basado en algo puramente personal, pero no he podido evitar hablar de cómo creo que, lo que considero que ha sido un sujeto de rendimiento, se ha sentido.

Mi conclusión, aunque parezca evidente, me llevó un año y una ‘’Sociedad del cansancio’’ para darme cuenta: la filosofía del esfuerzo y el trabajo siempre debe cohabitar con el ocio y el disfrute, con el descanso y la meditación con uno mismo, porque si no acabamos por perder el sentido de lo que hacemos.

Permitámonos un respiro.

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