Tabaré Ramón y el TISA.

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La soberanía se redefinió luego de que la globalización llegara para quedarse, la globalización es el mundo y el Uruguay no puede quedarse fuera de la misma porque de ser así, se queda fuera del mundo. El gobierno prefirió jugar de manera segura a que sus legisladores votaran si hacer demasiadas modificaciones a su presupuesto a quedarse en el TISA y ver en que se podía beneficiar la economía del país, como por ejemplo hay once grandes grupos de servicios: los prestados a las empresas, las comunicaciones, la construcción y servicios de ingeniería conexos, la distribución, la enseñanza, los vinculados al medio ambiente, los financieros, los sociales y de salud, los de turismo, los de esparcimiento y los de transporte. Según Uruguay XXI, las exportaciones de servicios de nuestro país llegaron en 2014 a US$ 4.400 millones, de los cuales US$ 1.230 millones correspondieron a los servicios denominados "globales". Estos son los servicios que brindan desde Uruguay empresas internacionales que tienen aquí, por ejemplo, Centros de Servicios Compartidos o Centros de Distribución Regional. Al menos 16.000 personas trabajan en este sector.

Para concluir, el gobierno solo hizo caso a sus intereses políticos y dejó de lado un posible mejoramiento de la economía nacional, para favorecer y fortalecer a costa de esto al presupuesto de la administración Vázquez, que aun habiendo hecho todo para conformar a sus correligionarios para mantener un presupuesto intacto, no lo pudo hacer ya que algunos de los “buques insignia” de su presupuesto fueron modificados como lo es el Sistema Nacional de Cuidados, donde la bancada del FA redujo el dinero que se destinaria a ese programa. Es decir el Presidente prefirió trabajar y fomentar programas que son micro en vez de trabajar con programas macro, como los el TISA, que favorecerían a toda la estructura de la macro-economía, por lo tanto van a intentar trabajar de lo micro a mol macro y no de macro a lo micro. Si el TISA se consolidaba pudiera ser que no beneficiara, si lo hacía nos iba a beneficiar a toda la sociedad en conjunto ya que si al país le va bien a la sociedad también. Alguien debe despertar a Tabaré Ramón, si no lo hace alguien; lo va a despertar la chicharra social que sonará cuando sus “buques” se hundan, la realidad lo despertará.

El Uruguay se bajó de un tren que iba a comenzar a marchar, ahora lo ve a lo lejos. Pero el Presidente cuenta con la seguridad de que cumplirá con alguno de los puntos de su administración, a costa de cerrar y excluir al país de este gran tratado de servicios.

Nuevamente nos cerramos, nos asilamos, nos quedamos fuera de la globalización, por ende, el Uruguay se atrasa, si esto ocurre; en definitiva perdemos todos. Pero conociendo al amigo Tabaré, un tipo astuto, habrá de salir de nuevo con el tema, con esa palabra, con el TISA en un tiempo, queda la puerta entornada. Él sabe que nuestra economía necesita un shock, pero priorizó lo político sobre lo económicamente esencial.

Lucas Joaquín Conde González.