Una obra: Un largo Viaje

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Diario en la preparatoria sigo siendo desconocido es como si no tuviera rumbo, doy unas caminatas largas por toda la preparatoria, y para la mayoría soy invisible y eso está bien, no quisiera que me vean y digan, miren aquel es muy raro, eso sí que estaría mal, no es tan malo estar solo, tengo mucho tiempo para pensar en mí, como ya lo escribí hace unos días, aunque suene egoísta, pero no es así, no quiero ser una carga para los demás, no quiero que alguien se compadezca, o me dé lastima, no necesito eso, pero que necesito un amigo eso si es verdad.

No me va mal en clases, soy bueno en eso de estudiar, así que cuando mis padres reciban las notas dejaran de preocuparse, creo que las cosas no van tan mal como pensé.

Ya casi paso una semana y las cosas siguen igual para mí, la misma rutina, ir a la preparatoria y ver que la chica linda se hace cada vez más popular, ver como los demás tienen esa sencillez de conversar y socializar, porque mierda yo no puedo hacerlo, esta frustración cada vez se convierte más en ira, lo único que me tranquiliza es dibujar, pensar en aquella chica que no conozco, me hace sentir tranquilo y bien, ¿hay alguna razón? No lose, solo sé que me puedo sobrevivir y eso es sumamente bueno.

Diario hoy es viernes y la verdad hoy no me fue tan mal, creo que me fue muy bien, en fin. Me desperté temprano, pero me fui sin desayuno, no tenía ganas de comer, tuve que esperar al autobús un buen rato porque estaba muy temprano, en el autobús no conozco a nadie ninguno tiene clases en mi salón, estuve esperando un buen rato, hasta que por fin llego y me senté casi al último, cuando entro nunca miro a nadie solo miro al piso, me siento y miro por la ventana, todo era casi igual que el día anterior, entre a mi salón, la chica linda estaba sentada al frente, me miro y me sonrió, yo solo voltee la mirada como siempre, senté al lado de la ventana como siempre, voltee para ver quien había ocupado el lugar de la chica linda, lo que vi primero fue una playera de The Strokes, y después vi que era una chica, tenía el cabello oscuro y ojos marrones, ella también estaba con los audífonos puestos, era muy bonita, no digo que me enamora de ella, pero sentí algo muy raro, creo que eso no es natural, bueno en mí no, yo voltee la mirada, ella seguía mirándome, yo la miraba de reojo y volteaba la mirada cuando sonreía, entonces decidí mirarla, ella me miraba fijamente, era claro que era un concurso de miradas, ella dio un pequeña sonrisa y volteo la mirada

¿cómo te llamas? – pregunto

Nick… Nick Darrell – respondí

Yo me llamo Nayeli Teylord – dijo ella

Mucho gusto, me gusta la playera que tienes – dije

Ella dio una pequeña sonrisa y dijo - lose, sé que te gusto –

Yo me sonroje, de pronto me puse nervioso, -no, no, no claro que no- dije

Ella dio carcajadas – ¿entonces no te gusto? Eso es lo que me acabas de decir –dijo con sarcasmo

Y el profesor entro a clases, Nayeli me miro y medio un guiño, yo en verdad estaba muy sonrojado, no sabía que decir, es como aquellas veces donde no sabes que responder, por qué no sabes si lo que dirás está bien o mal, si aquella respuesta que darás lo arruinara todo, en verdad no sabía que decir, que tal si le decía que sí, que sí me gustaba, y ella respondía que como es posible que te guste si apenas me conoces, y la verdad si me gusta, no estaba enamorado pero me gusta, me gusta su cabello negro intenso, sus ojos marrones casi negros. Tenía que dar una respuesta y debía ser la correcta, vi que rompió una hoja de su cuaderno y arrugo el papel, lo lanzo hacia mi carpeta, tenía un mensaje, el mensaje decía “ya lo pensaste ¿te gusto o no?”, la mire, como diciendo “¡¿enserio?!”, ella me miro y levanto una ceja, como insinuando si es muy enserio ¡¡ya responde!!, di unas carcajadas y ella con la ceja levantada, miraba al papel, insinuando que responda rápido, agarre un lápiz, empecé hacer un dibujo, un dibujo de ella, con esa playera, esa hermosa playera, me quedo muy bien el dibujo, además le puse un mensaje “eres perfecta”, devolví la hoja, ella no tardó en responder, su repuesta fue, “nadie es perfecto ¿lo sabias?”, eres perfecta en mi definición de perfección, eres perfecta en mi mundo, respondí yo, ella no tardó en responder, “así que soy perfecta en tu mundo, tu mundo tiene poco sentido y tu definición carece de conocimientos ”, devolvió el papel, no sabía que escribir, estuve toda la clase pensando mi respuesta, se acababa la clase y aun no tenía una respuesta, de pronto se me ocurrió algo, no sé si está bien, no sé si era lo correcto pero es lo que en verdad pensaba y sentía, fui muy sincero, le devolví el papel al salir de la clase, lo puse en su carpeta y no le dije nada, ella lo abrió lo empezó a leer, yo ya está casi en la puerta, voltee a verla y me sonrío, creo que la respuesta que le di le gustó mucho, la repuesta decía, “las cosas no necesitan tener sentido para ser perfectas, no es necesario tener mucho conocimiento para poder catalogar algo como perfecto, solo necesitas saber que lo que estás viendo no lo quieres dejar de ver, no quieres dejar de sonreírle, no quieres dejar de háblale, sentirlo, asociarlo a cualquier cosa, y si, si me gustas”.

En verdad eso es lo que pienso de ella, después voltee la mirada y salí del salón, de pronto sentí que me cogían de la mano, era Nayeli, me estaba jalando diciendo, ven vamos a comer tengo ¡¡hambre!! y yo me reía, Nayeli es muy divertida, tengo que recalcar su hermosa y perfecta sonrisa, cada vez que yo decía algo gracioso ahí estaba esa hermosa sonrisa, nunca pensé que la hora del almuerzo fuese tan divertida, yo siempre la pasaba leyendo libros, no era malo pero estar con Nayeli es mejor, nos reíamos de todo, era tan genial estar con ella, que yo no me di cuenta de la hora y de mi entorno, hasta que el de la limpieza nos dijo – que no tienes clases-, y nosotros que puta hora es, y ya estábamos retrasados como 30 minutos, nos miramos, y fuimos corriendo.

Nayeli se paró, me dijo –mira la puerta está abierta-, era la puerta de la preparatoria, yo le dije –si estaba abierta, porque después todos sales ya no hay clases después de esta hora-, y ella dijo – ¿Por qué no salimos?-, es que ya se van acabar las clases por hoy, ven vamos saliendo- me agarro de la mano y salimos, yo le pregunte – ¿adónde quieres ir?-. – ¿No sé?, adonde sea- respondió ella, corrimos de la mano, hasta llegar a un depósito