Alejandro VI parece ser que compró con dinero el papado.

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- Obispos, cabildos, clero secular y regular: Hay un excesivo número de clérigos, en Florencia aproximadamente había 5000 presbíteros y clérigos, más que por vocación eran clérigos por las prebendas. Había muy poco cuidado y selección a la hora de elegir los candidatos al sacerdocio. Se producía la acumulación de varias prebendas en una sola mano, el que tenía muchas prebendas se dedicaba a disfrutar de ellas. El trabajo pastoral era realizado por un sustituto parado, había un subproletariado clerical. Las órdenes religiosas andaban por el mismo camino el número de monjes era insano, el dinero, los privilegios, las exenciones…hicieron que las abadías fueran acaparadas por la nobleza. Los conventos urbanos eran un lugar estupendo para vivir de las rentas sin preocupaciones. Las cosas llegaban a tal extremo que monjes y curas se revelaban contra los intentos de reforma impulsados por algunos señores feudales. Don Gil de Albornoz instó a sus curas a cumplir el celibato y esto se manifestaron y se rebelaron contra él. En la mayoría de conventos parece que tampoco se dieron grandes excesos, el problema es que los dirigentes provenientes de la nobleza solo querían una buena vida. Hay órdenes que resisten a la decadencia como las órdenes Cartujas “nunca reformados porque nunca deformados”, desde la Cartuja de Colonia y al calor de su Cartuja manan obras como “la vida de Cristo”.

- Religiosidad popular: la religiosidad se ha descubierto en el siglo XX, es difícil aproximarse a aquella época. El pueblo veía en el clero a los representantes de Dios, sin embargo en muchos lugares se llegaba a relaciones tensas, especialmente cuando el obispo era el príncipe como pasó en Alemania, cuando el arzobispo fue arrojado al Rin. O el monasterio de Sahagún, que era el monasterio benedictino más grande de España y fue prendido fuego por la gente del pueblo. Hubo frecuentes luchas entre los obispos y los ciudadanos. La idea del obispo medieval espiritual y temporal a la vez entró en cuestión, de ahí vienen los brotes de anticlericalismo.