Cárdenas (Recuperado).

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Cárdenas no respondió a las provocaciones de los callistas y gradualmente aplicó ciertas reformas económicas y sociales que le permitieron ganarse el apoyo del pueblo. Los cardenistas procuraron a los grupos católicos haciéndoles evidente que la “educación socialista” que proponía el presidente no se centraba en luchar contra el clero, si no en ser objetiva y neutral. Evidenciaron el anticlericalismo de los callistas y de esa manera se frustro el intento de éstos por desatar el caos y resurgir otra guerra religiosa.

Los callistas al darse cuenta que no funcionó tomaron medidas directas contra Cárdenas provocando una agitación más peligrosa.

Agitación laboral

Al inicio del periodo cardenista, el viejo colaborador de Calles Luis N. Morones y sus trabajadores buscaron el enfrentamiento con los grupos que dirigía Vicente Lombardo toledano, haciendo más conflictiva la lucha obrera. Se intensificaron huelgas, en cantidad y agresividad.

Este conflicto se llevó al congreso entre los diputados cardenistas que eran la minoría que estaban a favor de los derechos de los trabajadores y los aun ligados a Calles como mayoría que se declaraban en contra de las huelgas.

Crisis de junio de 1935

Para el 12 de junio de 1935 se publicaron las llamadas “declaraciones patrióticas” de Calles ante un reportero, donde llamaba al gobierno a reprimir el movimiento obrero, atacaba a los cardenistas de querer controlar el Congreso, advirtió que estaba ocurriendo lo mismo que con Ortiz Rubio cuando se decían ortizrubistas y callistas. Esto en medio del problema de la lucha obrera desencadenaría una crisis política. Numerosos sindicatos de obreros expresaron que defenderían sus derechos con todos los medios a su alcance.

El 14 de junio el presidente Cárdenas respondió a las declaraciones de calles expresando que no permitiría excesos de ninguna especie, justifico las huelgas y manifestó su entera confianza en las organizaciones obreras y campesinas.

Tomando acciones hizo renunciar a miembros de su gabinete y destituyo a los jefes militares que tuvieran relaciones con Calles, los diputados callistas fueron desaforados, en las entidades federativas se cambiaron gobernadores incluso se anularon elecciones.

Existieron callistas que ante estas acciones criticaron el Maximato y ofrecieron su colaboración al nuevo régimen. Cabe mencionar que es la primera vez en 25 años que una crisis política se resuelve sin necesidad de violencia.

Cárdenas formo un nuevo gabinete el 17 de junio procurando que estos nuevos funcionarios dieran confianza y calma a los católicos y trabajadores.

Gracias al apoyo y defensa que brindo el presidente obtuvo el apoyo de diversas organizaciones laborales, que acordaron respetarse mutuamente, muchos trabajadores rurales y urbanos, estudiantes universitarios e intelectuales manifestaron su adhesión al presidente. Con esto las provocaciones de Calles fueron las mismas que llevaron al Maximato a su fin, para el 16 de junio Calles acepto su derrota y anunció que se retiraba de la política y viajo a Estados Unidos. Días después los “camisas rojas” de Garrido Canabal intentaron causar problemas al gobierno, pero esta vez en el estado de Tabasco contra un grupo de jóvenes que se oponían a Garrido. Hecho que disgusto a Cárdenas y expulso a Garrido del país.

Para seguir afianzando lazos con los católicos, se moderaron los reglamentos de la ley de cultos en todo el país, Cárdenas declaro que la verdadera forma de alejar a los pueblos del fanatismo era la educación, por lo cual decidió fomentar la educación socialista. En respuesta algunos sacerdotes y fieles hostilizaron en contra de profesores, sobre todo a los rurales.

Regreso y expulsión de Calles

En diciembre de 1935 Calles regreso a México, quería encabezar una oposición al gobierno de Cárdenas junto con los callistas que se proponían recuperar fuerza política. Antes de que pudieran hacerlo el gobierno tomo medidas contra de ellos, los elementos del callismo que aun ocupaban puestos públicos o en el ejército.

El movimiento obrero se manifestó exigiendo la expulsión de Calles, gracias a la inconformidad causada por declaraciones hechas por Calles a la prensa estadounidense, donde acusaba al gobierno de Lázaro Cárdenas de empujar al país al comunismo.

El presidente se mostró tolerante, declaro que Calles y sus allegados no representaban problema para el gobierno ni para las clases trabajadoras. Calles tomo esto como debilidad y se levantó en contra del cardenismo; los callistas insistían con provocar una nueva lucha cristera y a la rebeldía contra el gobierno.

El ala izquierda del Senado declaró traidor a Calles y se dictaron órdenes de aprehensión contra él, Morones, Luis L. León y Melchor Ortega estos últimos líderes callistas. Fue en la noche del 9 de abril de 1936 que Calles fue aprehendido, informándole que debía abandonar el país como orden directa del gobierno de Cárdenas.

Sin hacer uso de las armas Lázaro Cárdenas logro poner fin al Maximato y consolidar el presidencialismo en su sexenio.

Unificaciones obrera y campesina

Política de masas

Al irse logrando el desarrollo nacional, se iba alcanzando un mejor nivel de vida. Para conseguir la organización de los trabajadores, Cárdenas proponía “moralizar, unificar y dignificar el movimiento social, poniendo fin a las rencillas que provocaban las divisiones; a la deshonestidad que causa el desprestigio y a la admisión de individuos que persiguen fines exclusivamente personalistas.”[1]

Cárdenas de sustentaba en el socialismo, pero no en la ideología marxista; lo que pretendía era la conciliación de clases, el justo equilibrio entre trabajadores y empresarios para el bien de ambos sectores

Posición cardenista sobre el capital y el trabajo

El 1 de febrero los obreros de la Vidriera Monterrey, Nuevo León, paralizaron sus labores reclamando el reconocimiento de su sindicato. La Junta Patronal promovió un paro general de las fábricas y con apoyo de comerciantes, empleados y obrero organizó una manifestación en protesta, anunciando que suspendería el pago de impuestos. Los empresarios y las clases medias de Monterrey estaban en contra de la política cardenista debido a su inclinación socialista y su apoyo a los trabajadores.

El día 8 el presidente