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Cultura maya museo de antropologia.

Enviado por   •  22 de Marzo de 2018  •  3.634 Palabras (15 Páginas)  •  478 Visitas

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Al no ser a veces posible el encontrar textos o elementos que prueben lo sucedido del inicio de la cultura maya o de la época Clásica de la parte que más podemos saber sobre los mayas es de la etapa Posclásica debido a que en esta ya hay una interacción entre maya y español por eso es de la forma política que hablamos más específicamente.

Economía y sociedad.

Decidí integrar en un solo título estos dos temas debido a que puede entender que al igual que todas las culturas antiguas alrededor del mundo, ya que dependía mucho de la posición social de uno el poder económico de cada persona, haciendo a estos 2 temas estar íntimamente relacionados ya que también las tareas de cada uno eran dependiendo de su grupo social.

La actividad económica más importante de la sociedad maya era el comercio ya que así a cambio de la gran cantidad de productos que comerciaban recibían una cantidad igual de materiales que no poseían o materia prima que fue importante para su producción de diferentes manualidades y objetos indispensables para el desarrollo de los mayas.

Los mayas comerciaban cacao, cera, miel, algodón, copal, sal, plumas de ánade y de quetzal; en cambio conseguían objetos de metal, vasos de alabastro, cerámica, jade, alabastro, conchas, cristal de roca, obsidiana, cobre, pirita, turquesa, etc. El sistema más común fue el trueque aunque hubo materiales que fueron usados como moneda.

Los mayas estaban divididos en clases sociales. Los nobles o almehenoob estaban organizados en linajes y monopolizaban los oficios de batab y halachuinic. Los linajes gobernantes se constituyeron en una burocracia cerrada y reservada que a través del Lenguaje Zuyuá o conocimiento adivinatorio controlaban el acceso a dichos cargos. Ellos transmitían este conocimiento y su significado de padre a hijo por lo que dichos cargos eran patrimoniales. En el uso de este mecanismo y sustentados en sus tradiciones históricas ancestrales, ellos controlaron el poder; excepto cuando ante la falta de sucesor, hijo o tío paterno, los sacerdotes y los principales realizaban un proceso electivo. Los linajes nobles no sustentaron su poder en la propiedad territorial, pues en la concepción maya del universo la tierra es la dadora de la vida porque hace crecer al monte, sustento de los animales y del hombre; razón por la cual no era objeto susceptible de ser privatizada, ni mucho objeto de compra-venta. Más aún, los linajes gobernantes no controlaron el acceso al monte, era una prerrogativa de una deidad llamada Yumbalam permitir al agricultor sacrificar al jabín y a los cedros para hacer la milpa. El monte renace en la milpa, y cuando el suelo se agota, el milpero se retira, para posibilitar al monte cumplir los compromisos de su ciclo. El maya no pensaba en ser propietario de un pedazo de tierra; éste era un concepto desconocido para ellos .La nobleza maya dirigía los ejércitos y sus miembros eran los mercaderes y agricultores más ricos. Para los nobles era motivo de orgullo descender de alguno de los grupos que desde el Altiplano Central habían llegado a Yucatán a fines del siglo X o de alguna familia de Mayapán. Landa decía que tenían “mucha cuenta con el saber el origen de sus linajes, especialmente si vienen de alguna casa de Mayapán;... y jáctense mucho de los varones señalados que ha habido en sus linajes”. La prerrogativa económica más importante del batab y del halachuinic fue el uso de la fuerza de trabajo del yalbauinic o macegual, término náhuatl con que los españoles caracterizaron a esta otra clase social, la más numerosa. Esta hacía y reparaba las casas y las milpas de dichos personajes y servía en la guerra. Además tributaba maíz, gallinas miel y tejidos de algodón. Sus miembros eran los agricultores, artesanos, pescadores, etc. No se tienen evidencias de que tuvieran acceso a los cargos u oficios políticos y religiosos.

Los esclavos eran, por lo general, los capturados en la guerra. A los nobles apresados se les sacrificaba. Según Landa, a los ladrones, aunque el hurto fuese de escasa cuantía eran hechos esclavos. Asimismo, lo eran quienes se casaban con una esclava o embarazaban a una de ellas. Se dedicaban a las actividades agrícolas más fatigosas, eran pescadores, trabajaban en las salinas y eran los cargadores de los mercaderes.

Los mayas, con una tradición cultural construida a lo largo de varios milenios en un medio ambiente no favorable, al decir de innumerables investigadores, se convirtieron en verdaderos expertos de las características del suelo peninsular y de las variedades del maíz. En torno a estos conocimientos organizaron su sistema de milpa. Primero seleccionaban el terreno, lo desmontaban con hachas de pedernal, quemaban para posteriormente proceder a la siembra. Realizadas estas tareas, dividían la superficie de acuerdo al tipo de suelo. Una la destinaban al maíz, chile, frijol y calabaza, y la otra al algodón. En mayo sembraban el maíz y un mes después el algodón. Los milperos cargaban un taleguillo en el hombro en donde estaba la simiente, y con la ayuda del xul, un palo puntiagudo, hacían un hoyo en la tierra y depositaban la semilla. Sembraban hasta tres milpas. Complementaron la producción de la milpa con la del tancabal o huerto familiar, en donde sembraban árboles frutales, achiote, henequén y el balché de cuya corteza fabricaban su vino. Tenían gallos y gallinas, palomas, tórtolas y patos de los que, al decir de Landa, “se aprovechan de su pluma para tejer en sus vestidos, y también los comen, y es buena comida”.

Efectuada la cosecha, el maíz, el chile, el frijol y la calabaza se almacenaban, y durante el transcurso del año se iba consumiendo. El algodón seguía un proceso distinto en manos de las indias. Le quitaban las pepitas y la basura, lo aplanaban hasta dejarlo como una tortilla sobre un petate para golpearlo con dos palos lisos para evitar que se deshiciese o se enredase. Después lo cortaban en tiras, lo hilaban y remojaban en agua. Seco el algodón era teñido con productos naturales. Concluidas estas tareas, la mujer procedía a la confección del tejido en un telar denominado de “cintura”, empleado en toda Mesoamérica. Utilizaban pelo de conejo y plumas de pato, quetzal y otros plumajes multicolores para dar vistosidad y elegancia a sus tejidos, los cuales se destinaban de manera generalizada a la vestimenta. También tuvieron una función ritual, pues un tipo de mantillas eran utilizadas para envolver a sus ídolos. Asimismo, la ropa de algodón se comerciaba en Ulúa y Tabasco, y con las mantas, eran productos tributados a la élite gobernante. Los recursos marinos de la península de Yucatán fueron ampliamente aprovechados por los mayas. Pescaban con anzuelos de concha o de cobre,

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