Exterminio yaqui en el Porfiriato

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eran deportados a Yucatán; mientras tanto cerca de 5 mil yaquis continuaban la lucha por sus tierras y se situaban en montañas inaccesibles para el ejército, por lo que los soldados en su existente persecución, asechaban a los yaquis y les disparaban. A ese grupo de yaquis se les llamaba “renegados” ya que se negaban a rendirse por temor a ser ejecutados o deportados a Yucatán, a pesar de que el gobierno celebraba conferencias de paz. Gracias a ese grupo el gobierno tenía la única excusa para arrestar y deportar sin razón a muchas familias.

La deportación de yaquis a Yucatán era bajo un régimen esclavista, mismo que comenzó a crecer en 1905, que después de tres años hasta se llegó a publicar en periódicos una orden de Presidente Díaz en donde declaraba “donde quiera que se encontrasen los yaquis fueran hombres, mujeres o niños, deberían de ser apresados por la Secretaría de Guerra y deportarlos a Yucatán”. A partir de ahí se capturaban yaquis diariamente en todos lados, en minas, ferrocarriles, escuelas, campos; ya apresados eran enviados a la tierra del henequén (Yucatán) y todo lo que abandonaban (tierras, casas, ganado, etc.) pasaba a ser propiedad privada de autoridades del Estado de Sonora.

En su viaje primeramente los hacían llegar al puerto de Guaymas, de ahí abordaban un barco del gobierno hasta llegar al puerto de San Blas, después de 5 días, desembarcaban, y eran obligados a atravesar las sierras a pie desde Tepic hasta San Marcos (160 km) lo que duraba de 15 a 20 días de viaje, llegando a uno de los campos de concentración, donde seguían la ruta por ferrocarril hasta llegar a Veracruz, y de ahí de 2 a 3 días de embarcación finalmente llegaban a puerto Progreso en Yucatán. Al ser trasladados del 10 al 20% de los yaquis morían en el viaje.

Llegando a la tierra del henequén eran esclavizados junto con chinos y mayas en donde se les obligaba a trabajar desde las 3:45 am hasta el anochecer, muchas veces a quienes desobedecían se les azotaba hasta morir; por lo regular los hombres eran encerrados y a muchas mujeres se les obligaba a casarse con chinos, para que los chinos estuvieran satisfechos y no desearan escaparse, y así, si llegaban a tener hijos se podrían vender de $500 hasta $1000. La cuota regular a cada esclavo les exigía cortar 2 mil pencas diarias, todo esto provocando la muerte de dos terceras partes del número de yaquis en el primer año.

A partir de 1911 comienza de manera constante su regreso a Sonora, la deportación no logro su cometido de desarraigo, al contrario, fortaleció más a los yaquis como pueblo y como cultura propia. Muchos migraron a Arizona, otros más regresaban a Sonora y unos cuantos se quedaban en Yucatán. Después en épocas de la Revolución Mexicana se les prometió que si participaban se les devolvería sus tierras, cosa que no se cumplió, así que se dieron nuevos levantamientos en 1929, finalmente al llegar la presidencia de Lázaro Cárdenas se hizo un acuerdo con el Estado Mexicano y se les concedió el dominio de sus tierras, incorporándolo al Sistema Nacional de Ejidos y reconociendo la legitimidad de sus autoridades tradicionales