Temas Nacionales y Regionales Actuales I “El Porfiriato”

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*Los científicos

Comienza la explotación de recursos naturales, tanto de parte de Díaz como de los extranjeros. Las relaciones con capitalistas externos ayudaron a la inauguración del Ferrocarril Interoceánico.

Por otra parte, el despojo de tierras pertenecientes a los indígenas y campesinos se convirtió en una actividad usual y legal. Naturalmente, esto provocó gran descontento. En esos momentos surgen los opositores a la nueva reelección de Díaz, la cual fue organizada por “Los Científicos”.

El cuarto periodo (1892-1896) señaló el momento en que el principio de “No reelección” desapareció. También se establece que el Ejecutivo podría elegir a su sustituto si faltaba temporalmente, en el caso de la renuncia del Presidente el Secretario de Relaciones Exteriores ocuparía su lugar.

Este periodo sufrió varios percances, entre estos una grave crisis económica, provocada por la depreciación de la plata y las sequías, que agravaron la deuda externa.[pic 4]

Para solucionar este conflicto, llega el Ministro de Hacienda José Ives Limantour Marquét. Se encargó de tomar las decisiones que pudieran salvar la economía del país, por ejemplo: reducir sueldos, acabar con las sinecuras (empleos o cargos retribuidos que ocasionan poco o ningún trabajo), aligerar el ejército, entre otras. Al tercer año, había alcanzado un equilibrio en la economía que atrajo inversiones extranjeras a México.

Durante el quinto periodo (1896-1900), México aún celebra el triunfo económico que había experimentado, sin embargo, el pueblo comienza a exigir una cosa respecto a las reelecciones de Díaz: justicia.

Llega el sexto periodo (1900-1904) y Díaz le sugiere a Limantour que sea él su sucesor, le recomienda hablar con el General Bernardo Reyes con quien llega a un acuerdo: Limantour sería candidato presidencial y Reyes se convertiría en Ministro de Guerra.

Durante un viaje de Limantour a Europa, los asesores de Díaz le aconsejan que retire su apoyo del Ministro ya que éste no cumplía con los requisitos establecidos para la presidencia dado su origen extranjero, por consiguiente, el apoyo hacia Limantour desaparece. Esto crea conflictos entre Reyes y el Ministro.

Para evitar conflictos, Díaz decide volver a anunciar que no se presentaría para las elecciones de 1904 y que Limantour contaba nuevamente con su apoyo. El pueblo consideraba al Ministro como agitador y no estaban dispuestos a darle su apoyo a pesar de los intentos por parte de Limantour para demostrar que el agitador era Bernardo Reyes. Finalmente, Díaz decidió darle el cargo de Gobernador de Nuevo León.

Para el séptimo periodo (1904-1910), ya existían bastantes conflictos políticos por la obsesión de Díaz con ocupar el poder. Él se excusaba mencionando los avances y orden que habían surgido en el país durante su gobierno.

No sólo es Díaz quien se reelige, en esta ocasión lo acompaña el Vicepresidente (nombrado por Díaz); Ramón Corral.

A pesar de los avances que el país pudo haber experimentado, la situación del pueblo era distinta. Las condiciones del trabajo eras inhumanas, esto provoca que inicie una serie de huelgas con resultados funestos, por ejemplo; las huelgas de Cananea (Sonora, 1906) y las de Río Blanco (Veracruz, 1907).

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*Huelga de Cananea

Ya en el octavo periodo –y último– (1910-1916), Porfirio Díaz Mori tenía 76 años. Todo comenzaba a desplomarse. Después de la entrevista Díaz-Creelman, surgió la inconformidad en el gobierno porfirista. Aparecieron candidatos de oposición, como el General Bernardo Reyes.

Las elecciones para ese periodo habían sido programadas para el 26 de junio de 1910. Díaz y Corral estaban postulados nuevamente. Sin embargo, llega el único candidato de oposición que representa al Partido Antirreleccionista: Francisco I. Madero. Como era de esperarse, Díaz y Corral reciben resultados favorables –aunque su sexenio no será culminado–.[pic 6]

El porfiriato trajo consigo grandes avances. El país estuvo en orden y tanto la economía, la sociedad y la política habían encontrado un balance. Sin embargo el costo del progreso para el país fue que se volvía cada vez más dependiente de los extranjeros, económica y políticamente, al concentrarse la riqueza y sólo beneficiar a unos cuantos.

Al final del gobierno de Díaz, el 95% de la población no poseía tierras y las condiciones de la mayoría eran prácticamente de la esclavitud, lo que finalmente provocaría el estallido del gran movimiento armado de México: la Revolución.