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Huelga de Río Blanco

Enviado por   •  7 de Agosto de 2018  •  1.053 Palabras (5 Páginas)  •  572 Visitas

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Las campanas de las fábricas sonaban llamando la vuelta al trabajo, será mi primer recuerdo del día ... los animales corrían despavoridos sabiendo la masacre que se avecinaba y las aves observaban desde el cielo alejándose de todo contacto humano... ese día el cielo dejo de vernos.

Corrí lo más rápido que podía mi padre debía estar en algún lado. Habían cerrado la fábrica y no había modo de entrar así que muchos se dirigieron a la tienda de raya y yo los seguí. Mi padre debe de estar buscándome, yo lo sé. Habían mantas con frases que no comprendía del todo, habían gritos que se alzaban pero no me interesaban. De pronto un sonido salió de la tienda de raya tan fuerte y despavorido que por un momento mi mundo daba vueltas: la gente corría y el humo empezó a apoderarse del lugar “ mi padre, mi padre” mis piernas no paraban, necesitaba a papá ya! Y de pronto la ráfaga de balas y muertos comenzaron a salir. Yo estaba corriendo desde hace minutos y mi padre no estaba por ningún lado de pronto sentí unas manos huesudas que tomaban mi hombro era Filomena Pliego una mujer fuerte y muy muy bella que hace años había enviudado tras un accidente en una mina.

Sangre, eso es lo que decoraba las calles y banquetas y muros de la ciudad. Filomena no dejaba de tomar mi mano para llevarme a un lugar seguro, creo que ella esperaba a la muerte desde el año en que enviudó, y ese día por fin se encontraron. “ papá dónde estás?”

Esa madrugada el tren que se dirigía hacia San Juan de Ulua llevaba entre 400 y 800 cuerpos de gente trabajadora que tuvo un sueño. La muerte de inocentes a manos del batallón de infantería llevo a firmar un convenio que se leyó en el teatro Goroztiza; el reglamento para el trabajador nos dio todo lo que pedíamos aunque a cambio dimos mucho más.

Lucrecia Toriz- morí por tu jornada de ocho horas.

Ángel Aquino- morí por un salario justo

Fermín Castro- morí para que los niños menores de 7 años no trabajen

Margarita y Mariana Martínez- morimos por un trato humano

Juana Castillo- morí por que los niños fueran a la escuela

José Neira- morí para que el trabajador no sea pisoteado

Filomena Pliego- morí para que tu trabajo sea realmente reconocido

Mi padre fue Eliseo Zamora y murió para que todos los trabajadores tengamos una mejor condición de vida como alguna vez soñamos juntos.

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