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LA COLONIZACIÓN PORTUGUESA DEL BRASIL

Enviado por   •  1 de Enero de 2019  •  2.425 Palabras (10 Páginas)  •  645 Visitas

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Durante los años de intervención real en la explotación (1506-1534), la corona portuguesa continúo ajustándose al modelo que había funcionado en África durante el siglo XV, manteniendo factorías en puntos estratégicos.

- Se hicieron concesiones a un grupo de doce principales propietarios que iban desde soldados de fortuna que se habían probado así mismo en Oriente, hasta un cierto número de burócratas incluyendo un historiador humanista de alta distinción intelectual. Los 12 concesionarios recibieron 14 puestos de capitanía en 15 lotes por «donación» real —de ahí los términos «capitán donatario» y «capitanía donataria». Consistía fundamentalmente en la concesión hereditaria de una gran parte de la jurisdicción real sobre un territorio concreto y sus habitantes a un señor que actuaría, en adelante, como un locum tenens del rey hasta donde alcanzara lo que se expresaba en la donación. Estructuralmente, estas donaciones no se distinguían de similares concesiones de la autoridad real que se hacían en Portugal, así como en las islas atlánticas a finales del período medieval, y deben considerarse como adaptaciones de éstas. Sólo diez capitanías se habían establecido en el siglo XVI. Más importante que el carácter del donatario, era la capacidad para atraer a los colonos y el capital necesario para conseguir el éxito y someter a los indios locales. Sin embargo, los mayores desafíos no provenían de los problemas de adaptación de los europeos a una tierra virgen, sino sobre todo de la hostilidad de los indios costeros de habla tupí y, en menor medida, de la población india de habla ge. Durante el «período de las factorías» (1502-1534) las relaciones portuguesas con los indios habían sido generalmente amistosas. La colonización, sin embargo, creó una situación diferente. Dado el propósito de casi todos los capitanes para cultivar plantaciones de azúcar, los derechos de los indios sobre sus tierras fueron necesariamente infringidos. Aún más importante era que las plantaciones y los molinos de azúcar requerían un enorme y creciente potencial de mano de obra que los colonos no tenían capacidad de proporcionar aunque lo hubieran deseado, lo cual no era así. Entonces, el único recurso era la mano de obra india.

Dada la tenaz resistencia de la fuerza de trabajo, los colonos portugueses pronto se vieron empujados a esclavizar a los indios para que trabajaran en el creciente número de plantaciones y molinos.

Los indios estaban siempre en desventaja en su lucha contra los portugueses. Mientras los invasores disponían de arcabuces, espadas y a veces cañones, los indios tenían que responder con arcos y flechas, hachas de madera, así como cualquier astucia o sorpresa que pudieran añadir en el ataque. Antes de que la enfermedad se cobrara sus víctimas, la mayor fuerza de los indios residía en su número. Finalmente, además del fuego y la pólvora, los portugueses tenían el arma del soborno: los indios, que tras ser derrotados se sometían, eran recompensados con artefactos europeos, tales como anzuelos, guadañas y hachas de metal. La incapacidad delos indios para superar las rivalidades intertribales, hizo posible que los portugueses los dividieran y los dominaran fácilmente; hacer una alianza con una tribu en contra de una segunda y deponer a los antiguos aliados más tarde era una táctica que los portugueses empleaban normalmente.

- La decisión de la corona al enviar un gobernador real a Brasil era para recuperar parte de la autoridad que tan generosamente había concedido, en un tiempo en que los recursos reales se agotaron y se buscaba un rápido fomento de éstos. El gobernador estaba encargado de defender las capitanías más débiles de posibles ataques y revitalizar las que estaban fallando. Un provedor-mor de la Tesorería, servía para vigilar la recaudación de las rentas de la corona; y un capitán mayor de la costa, para dejar sentada la política del litoral. Bahía fue designada como plaza del gobernador. Si el incremento del poder militar era una parte de la solución del problema indio, el otro aspecto consistía en la elaboración de una política india eficaz. El rey eligió a los jesuitas como sus agentes para convertir y pacificar a los indios, la orden misionera que había sido fundada tan sólo hacía nueve años (1540). El objetivo de los jesuitas fue la conversión, pacificación y aculturación: la respuesta de los indios, después de una curiosidad y aceptación inicial, fue la evasión, hostilidad y reincidencia. Con el nuevo gobernador, Mem de Sá (1557-1572), y un nuevo obispo, Dom Pedro Leitáo, la consolidación real portuguesa en Brasil entró en una nueva fase. Dos acontecimientos interrumpieron esta expansión. En primer lugar, en1562 Mem de Sá declaró una «guerra justa» contra los caeté, que habían martirizado al obispo Sardinha 6 años antes, declarando abierta la temporada en toda la nación india.

En la zozobra de esta guerra incontrolable sobrevino otra crisis que flageló a la colonia: la enfermedad. Llegó en dos oleadas: la primera llegó en 1562 y atacó a los indios en la zona entorno a Bahía; la segunda, en 1563, fue más extendida. La cultura tradicional india se fue desintegrando en las zonas coloniales de la costa. El resto se había transformado en un nuevo proletariado de «mamelucos» mestizos, o bien se habían refugiado en el interior, el único lugar donde abrigaba la esperanza de preservar su identidad cultural.

A finales del siglo, las primeras «entradas» ocasionales hacia el interior fueron adquiriendo poco a poco el carácter de expediciones organizadas en busca de esclavos, que más tarde iban a destacar como uno de los temas predominantes de la historia brasileña del siglo siguiente.

Los franceses, la otra amenaza a la permanencia portuguesa en Brasil, no presentaban ninguna de las complicaciones religiosas y morales asociadas con los indios. Sin embargo, los franceses no habían abandonado la idea de fundar una colonia, y su atención creciente se dirigió a un emplazamiento extraordinariamente atractivo. Para contrarrestar esta amenaza, el gobernador Mem de Sá, tan pronto como pudo restablecer el orden en Bahía, volvió su atención hacia Río. Tras recibir ayuda naval de Portugal, reunió una fuerza de aliados indios y partió hacia la bahía de Guanabara a principios de 1560. Como se lo temían, una vez que los portugueses se marcharon, los supervivientes franceses volvieron a instalarse en las islas de la bahía, necesitándose una segunda expedición para desalojarlos de allí.

- Con el final del heroico gobierno de Mem de Sá (1572) terminan los años de in-certidumbre para Brasil. Habiendo sobrevivido a 2 retos permanentemente existentes la «conquista» portuguesa de América

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