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LA RELACIÓN ENTRE LA URSS Y EUROPA DEL ESTE

Enviado por   •  27 de Septiembre de 2018  •  2.266 Palabras (10 Páginas)  •  272 Visitas

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de conservar el poder del PCUS eliminando el terror, reintroduciendo el debate público y la libre circulación de ideas, siempre y cuando fortalecieran al socialismo. Se trataba de cambiar un sistema en donde la política había estado por encima de la legalidad. Gorbachov insistió en el tema internacional afirmando que debía basarse en la promoción de valores comunes a toda la humanidad. La perestroika incluía una rectificación de la política de nacionalidades al interior de la Unión Soviética, hasta entonces rusos habían predominado en todas las esferas, la forma habitual de gobernar consistía en incorporar a integrantes de las nacionalidades regionales al Partido Comunista. El mismo Gorbachov utilizaba el término “ruso soviético”. Así, la perestroika buscaba explicar el pasado para fundamentar su apuesta política.

LAS PRIMERAS ELECCIONES EN LA URSS

Era indudable que Gorbachov había recuperado para la URSS una buena imagen a nivel internacional, mostrando una política pacifista. En esa dirección, a mediados de 1988, el líder soviético decidió modificar el sistema constitucional soviético. Logró que el Soviet Supremo apruebe una reforma constitucional, instituyendo un nuevo órgano, el Congreso de los Diputados del Pueblo, compuesto por 2250 congresistas, de los cuales 1500 serían electos y los restantes nombrados por las instituciones tutelares del Estado, incluyendo al PCUS.

Los debates de este congreso fueron transmitidos por primera vez por televisión y ese hecho marcó la aparición de opinión pública en la URSS. Gorbachov mostró su talento de conductor que sabía escuchar y demostrar maniobras de sus adversarios sin necesidad de oponerse de forma autoritaria.

Por su parte, Yeltsin volvió a causarle problemas a Gorbachov, constituyendo una plataforma denominada Grupo interregional, esta oposición aumentaba conforme la crisis económica de profundizaba y las medidas de Gorbachov se mostraban insuficientes.

SITUACIÓN ECONÓMICA DE LA URSS

Gorbachov pensaba que para remontar la crisis bastaba con una combinación eficiente de nuevas tecnologías y la introducción limitada del mercado, siempre vigilado por el plan central, a esto debía sumarse nuevas fuentes de capital y una mayor dosis de disciplina laboral. Esa combinación lograría la reestructuración que ambicionaba Gorbachov. Gorvachov no era muy original, puesto que algo muy parecido había sido planteado a mediados de los años sesenta por Kosygin, así, la burocracia ya había engullido los mismos cargos que, apenas retocados, fueron presentados como novedades de Gorbachov.

El problema radicaba en que la producción seguía retrocediendo, por su parte, los mayores niveles de libertad para el mercado se tradujeron en un aumento brusco de la corrupción. Por otro lado, en esa mima época se concluyeron antiguos contratos vinculados al COMECOM. La relación con Europa del Este se tornó menos regimentada y el mercado comenzó a dominar los intercambios. Se suponía que este arreglo era beneficioso para la URSS: pero, por lo pronto, introdujo desorden y desorientación.

A medida que el tiempo iba pasando, los objetivos de la reforma económica se mostraban irreales. En ese contexto, la economía soviética se mantuvo cuesta abajo y contribuyó al clima de la intranquilidad social, mientras que la crisis de las nacionalidades terminó con la URSS.

LA REVUELTA DE LAS NACIONALIDADES

En los años de perestroika, los movimientos nacionalistas reaparecieron de manera espectacular en la URSS, de forma brusca y con perfil elevado. Por lo menos, desde la era de Stalin, esa era la postura oficial del PCUS y, como vimos, era compartida incluso por Gorbachov. Ese renacer nacionalista fue acompañado por el despertar religioso y el rechazo a la cultura rusa. Tanto el islam como la iglesia ortodoxa. El ateísmo oficial comunista era retado en forma cotidiana.

Los conflictos fueron muy agudos y finalmente derribaron todo el edificio soviético. En un comienzo, se focalizaron en tres regiones distintas, mas el problema principal se presentó en las tres repúblicas bálticas: Letonia, Lituania y Estonia.

El segundo foco de problemas nacionales se hallaba en el Cáucaso, se trataba de colisiones entre repúblicas, donde la contradicción era la clásica oposición entre el centro, Moscú y la periferia, los países bálticos.

Como vimos, toda Asia Central estaba atravesada por sentimientos muy hostiles contra los eslavos y, específicamente, contra la Unión Soviética; por ello, los musulmanes soviéticos presionaron por la desintegración de la URSS cuando tuvieron oportunidad. Gorbachov no supo cómo reaccionar, aceptó un mecanismo para normar su separación pacífica de la URSS; pero a la hora de promulgar la ley respectiva, endureció a tal grado que era imposible separarse en forma amigable y legal. No avanzaba en ninguna dirección y su vacilación contribuyó a su caída.

En ese momento pareció que Gorbachov obtenía fuerza en el momento postrero para mantener a la Unión Soviética y producir una reforma. Aún faltaba el golpe fallido de los duros y conservadores para separar a Gorbachov del poder y propiciar la desintegración de la URSS; pero, mientras tanto, los acontecimientos se trasladaron a Europa del Este, cuya crisis contribuyó al desrame de todo edificio soviético.

EUROPA FRENTE A LA CRISIS SOVIÉTICA

En su última fase, la perestroika permitió incluso la apertura de la Unión Soviética a programas de ayuda económica financiados por organismos multilaterales de crédito. Gorbachov se acercó a la Unión Europea proponiendo la formación “casa común”. En cierto sentido, la presión europea occidental fue fundamental para la inacción comunista en Europa del Este, por todo ello, un manejjo poco atento de una seria crisis política en Europa provocó el derrumbe del Muro de Berlín, la disolución del Pacto de Varsovia y de la COMECOM.

Gorbachov pensaba que para la economía soviética sería un beneficio liberarse de la responsabilidad de mantener dirigencias comunistas en Europa del Este. Por ello, el PCUS otorgó su autorización a las negociaciones que se estaban desarrollando en Polonia entre la oposición y los comunistas. El PCUS se negó a respaldar el uso de la fuerza para suprimir manifestaciones populares en la República Democrática Alemana (RDA). Estos dos movimientos iban en sentido contrario y finalmente colisionaron. Así en 1989 no solo se derrumbó el Muro de Berlín, sino que toda Europa del Este contempló la caída del comunismo y el fin del ordenamiento geopolítico proveniente de la Segunda Guerra Mundial.

A continuación,

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