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LA REVOLUCIÓN CUBANA: Los detonantes y la llegada de Castro al poder

Enviado por   •  14 de Enero de 2018  •  3.756 Palabras (16 Páginas)  •  406 Visitas

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Cuba era el centro de todas las perturbaciones, y no quedó aventurero profesional que no viniese aquí a vivir de la renta de la Lotería y a perjudicar a Cuba en las relaciones con sus países hermanos. (Diario de la Marina, 20 de marzo de 1952)

El porvenir de Cuba estaba en manos de una nueva generación de estudiantes, obreros, patriotas y campesinos, ante ellos estaba la histórica misión de una transformación social.

Las crisis habían abierto una profunda grieta en la relación del pueblo con su sistema, el descontento era cada vez mayor, mientras que la tiranía de las respuestas de Batista no hacía más alimentar el odio de aquellos que desde un principio no lo querían en el poder y de los que con el tiempo concluyeron en lo mismo como lo hizo la burguesía cubana; pronto cada movimiento opositor y cualquier intento por liberar al país era visto con buenos ojos y apoyado por las masas, pero hacía falta algo, algo que pudiera aglutinar las diferentes ideologías y corrientes políticas en algo concreto, algo que pudiera guiar a todos como un conjunto y no como intentos separados que eran sofocados después por el régimen, hacía falta organización revolucionaria, como dijo el Che más adelante: “El pueblo tenía conciencia de necesidad de un cambio, faltaba la certeza de su posibilidad, crearla era la tarea…” (Baran, La revolución cubana, op. cit., p.342) pero ningún movimiento daba la talla, el estudiantil no era lo bastante popular y el Partido Ortodoxo era más burgués que carismático. En ese momento, Fidel Castro se encontraba en un movimiento obrero revolucionario fuerte, con experiencia en el combate incluso, pero no enfocado en el enfrentamiento con la dictadura. Los campesinos eran terriblemente aterrorizados por la guardia rural y los demás seguidores pertenecían a la clase media, por lo tanto carecían de un apoyo popular a pesar de estar dispuestos a pelear y morir por la causa. Chocaban con el enorme muro de represión.

Fidel se dio cuenta de que aquel era un momento revolucionario y comprendió la necesidad liderando el movimiento que pronto toma cuerpo, e influenciado por la situación en América Latina y el surgimiento de la URSS como una nueva potencia de primer orden después de la Guerra Mundial, salpica la visión de sus integrantes con ideas y concepciones del marxismo leninismo

Así, este proceso se fue integrando al complejo entrelazamiento de las instancias estructurales e institucionales de la crisis. Se fue intensificando bajo las mismas presiones y agresiones norteamericanas; con movimiento dialéctico, fue adaptándose a fases sucesivas, desde aquellas reformas democráticas burguesas, correspondientes a la lucha antidictatorial amplia y patriótica, hasta la acción revolucionaria contra el régimen económico-social y la instrumentalización de un proyecto socialista.

(Pierre-Charles G. (1976). Génesis de la Revolución Cubana. México, D.F: Siglo Veintiuno Editores.)

Fidel comenzó entonces con la magna acción revolucionara el 26 de Julio de 1953 con el ataque al cuartel Moncada, y si bien la operación resultó en una derrota militar, fue políticamente una victoria que alcanza a verse por su repercusión desde un punto de vista histórico, pues se inició la primera fase revolucionaria a la que su carismático e inteligente líder llamó “La rebelión”, conduciendo a Cuba hacía el gran cambio.

El Movimiento del 26 de Julio: asalto al cuartel de Moncada y sus consecuencias en la lucha castrista por la independencia de Cuba.

“Compañeros, podrán vencer mañana o ser vencidos, pero de todas maneras este movimiento triunfará. Si vencen mañana será lo que aspiró Martí; si no, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba” — Fidel Castro, 1953.

A partir de 1953, frente a la dictadura de Fulgencio Batista, se desarrolló “la increíble epopeya castrista” (cit. Vaysièrre, 1991). El cuartel Moncada, era en esa época el edificio militar número dos en Cuba y el regimiento número uno de la “Antonio Maceo”. Era ocupado por alrededor de mil hombres, debido a su posición estratégica dentro del régimen militar de Batista, cuya represión era brutal para el pueblo cubano.

El 26 de julio de 1953, en la provincia cubana de Oriente, alrededor de ciento cincuenta guerrilleros1 con la convicción revolucionaria palpitandoo en sus venas, se lanzaban a combate. Entre ellos se encontraban Aidé Santamaría, Melba Hernández, Boris de la Colama y decenas más de cubanos; divididos en tres columnas, comandadas por Fidel Castro, su hermano Raúl y Abel Santamaría: su misión, tomar por asalto los cuarteles militares Moncada y Carlos Manuel Céspedes.

El grupo dirigido por Abel Santamaría debía tomar el hospital Saturmino Lora y el encabezado por Raúl Castro, intentaba tomar el Palacio de Justicia de la región oriental del país. Todos estos puntos clave en el gobierno de Batista.

Fidel había comunicado con anterioridad que independientemente de la victoria o el fracaso del ataque de finales de julio del 53', ganarían. El ataque al edificio militar, ubicado en Santiago de Cuba, fue a ojos ajenos a la lucha un rotundo fracaso, pero para Fidel Castro (que había sido detenido y enviado a la cárcel) la revolución cubana apenas iniciaba. Habían muerto la mitad de los jóvenes y hombres combatientes, pero era él fue el principio de la “hazaña final” que derrocaría al dictador Fulgencio Batista.

Notas de pie. No. 1: Varía dependiendo de la fuente de información consultada. Algunas veces se habla de ciento treinta y cinco combatientes y otras de ciento sesenta; por lo que ciento cincuenta es una mera aproximación.

“Nosotros pensábamos que todo el mundo se iba a unir para luchar contra Batista. Parecía lógico, parecía elemental.” (cit. Fidel Castro, 2000). Sin embargo, a corto plazo el ataque de Castro y sus seguidores, y su rotundo fracaso, había traído una terrible y feroz represión de allanamientos y detenciones de carácter arbitrario.

Fidel sabía que era imposible derrotar al gobierno dictatorial de Fulgencio Batista con un puñado de hombres. La intención detrás del ataque fallido (que había manifestado a sus hombres) era, como se ha mencionado anteriormente, una llamada al pueblo cubano y a su unión contra la dictadura. Castro estaba consciente de que el único ejército capaz de derrotar a Batista era el mismo pueblo cubano.

El día domingo 26 de julio del año 1953 no se había conseguido el triunfo de las tropas de Castro, pero se había emprendido el camino que llevaría al triunfo de la revolución del pueblo cubano, oprimido

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