La evolución de las cantinas meridanas.

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Tal pareciera que todos estos cambios son recientes, que de la nada hubo un “boom” de este tipo de lugares, pero todo es parte de una minuciosa planificación de hace dos años por parte de empresarios yucatecos con el fin de fomentar el turismo en la capital yucateca, turismo tanto nacional como extranjero, pero sin duda los yucatecos lo hemos aprovechado bastante bien, tan bien, que existe el “tour cantinero MID” que se realiza cada sábado de 3 PM – 10 PM y para los turistas los guías de turismo ofrecen un tour semejante por 39 USD. Este tour consiste en conocer estos espacios y su historia además que se realizan concursos.

El chiste es ir a pasar un rato agradable con los amigos bebiendo unas “cervecitas” y comiendo las famosas botanas que tanto caracterizan a estos lugares o los famosos “cubetazos” la cual es una promoción para compartir, consiste en cubos que contiene entre 5 y 10 cervezas junto con un snack ya sea papas fritas o alitas de pollo entre otros. Las cervezas en un lugar como este pueden costar entre 18 y 20 pesos, los refrescos $16, y a cambio se ofrecen diversos y pequeños platos de botana a base de papa con cebolla y cilantro, kibis, polkanes, tsikilpak, papadzules, tamales, cotdzitos con tomate y queso blanco, hígado con recado colorado (higadillo), mollejas adobadas, ceviche de pescado, frijol refrito, tostadas, jícama con chile en polvo, oreja a la vinagreta y además es posible que con un poco más de consumo lleguen los tacos de relleno negro, relleno blanco y escabeche oriental, y como se mencionó al principio se ofrecen las ordenes de comida para la tarde que en algunos casos, si se llega a consumir un gran número de rondas de bebidas, se ofrece sin costo alguno. Una ración del menú del día puede ser: frijol con puerco, poc-chuc, costillas alcaparradas, acompañándose estos platos con tortillas. Algo que hace bastante atractivo estos lugares es: la música, la música alegre y muchas veces en vivo que resulta de un gran atractivo para formular un ambiente festivo.

Hasta ahora todo parece indicar que son excelentes lugares para pasar el rato con los amigos, sin duda, una nueva distracción en la capital yucateca pero todo esto a costa de un vicio, desearía que esto no fuera así, que el modo de distracción de los jóvenes no se basara en una droga, pero esto ya está, es la situación actual y no podemos hacer nada para detenerla simplemente educar, enseñarle a las nuevas generaciones a no sobrepasar el límite de la moderación, por que como bien dicen los anuncios alusivos a este tipo de prácticas: todo en exceso es malo. No es agradable ver a jóvenes tambaleándose de lo borrachos que están y saber que podrían ser alcohólicos en potencia o ver que los grupos de amigos que llegan terminen en disputas. Ahora si, como dicen mis papás “no es malo beber, lo malo es no conocer tus límites y sobrepasarte”, estos ambientes son para pasar el rato, no para “vivir” ahí, son para relajarte, no para solucionar o evadir los problemas, así que… todo con medida y a disfrutar.