La historia de un caballero oscuro
Enviado por Antonio • 22 de Marzo de 2018 • 1.663 Palabras (7 Páginas) • 299 Visitas
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Dentro del portal, el cielo era rojo y había un montón de escaleras. A los lados de cada grupo de escaleras, veía orcos, humanos e incluso una que otras bases. Khaddar se quedó quieto y con la mano en su martillo, por si acaso le intentaban atacar.
-Lok´tar Ogar, hermano. Soy el comandante saurfang de la horda, el padre de Libramorte Saurfang, un héroe orco muerto en la puerta de cólera. ¿Qué se te ha perdido en Terrallende, Joven elfo?
-Vengo de ser desterrado de Ventormenta por el Rey Varían Wrynn.
-Jaja, ese maldito humano… siempre está dando problemas.
Te doy la oportunidad de unirte a la horda y llegar a lo más alto.
-Así sea, comandante.
Un grupo de humanos se acercó y saco sus armas.
Los orcos también sacaron sus armas.
-Vamos, chico, saca tu martillo y matemos a esos humanos.
Khaddar estaba seguro que este era el inicio de su venganza hacia Varían.
Saco su martillo y salto hacia los humanos.
Con una tormenta divina, mato a tres humanos que le estaban atacando.
Los orcos atacaron también y tres de ellos murieron.
Khaddar mato al último soldado humano, y se giró.
Vio cómo su espada del comandante humano entraba en el estómago del comandante orco.
Khaddar grito de la rabia y tiro sus armas al suelo.
Agarro del cuello al comandante humano y lo estranguló.
Cuando le humano cayó muerto, Khaddar corrió hacia el comandante orco, y le cerró los ojos.
Los orcos que sobrevivieron se arrodillaron ante Khaddar, y se convirtió en el líder del grupo.
Khaddar y los orcos fueron hacia Kalimdor desde un barco. Cabalgo hacia Ogrimar, y llego a la sala del trono del jefe de guerra Thrall. Cuando Thrall vio llegar al grupo de orcos con el elfo y sin Saurfang, pregunto:
-¿Dónde está Saurfang?
Al elfo le salto una lágrima y respondió tristemente:
-Ha muerto…
Thrall agarro su martillo con rabia y coloco su cabeza sobre él. Durante 10 segundos, estuvo silencio. Volvió a guardar su martillo. Y pregunto:
-¿Cómo te llamas, joven elfo?
-Khaddar, mi señor.
-Elfo de sangre Khaddar, como sucesor de Saurfang, te nombro comandante de la horda. ¡Vengaremos a Saurfang y mataremos a esa escoria de humanos!
Pasaron las semanas y Khaddar comando a la horda en muchas batallas. Siempre saliendo ganador. En el momento de invadir Ventormenta, la ciudad oficial de la Alianza dirigida por Varían, llevo tan solo diez orcos.
Una ciudad tan grande debía ser asediada con la mayor discreción posible.
Khaddar entro solo por la puerta, mientras cinco orcos entraron por el puerto, disfrazados de humanos y otro cinco vigilaron la muralla para que entrasen los demás ejércitos cuando el rey estuviese muerto.
Khaddar fue matando a todos los humanos hasta llegar a la catedral. Cuando vio a los sacerdotes, no fue capaz de matarlos, así que les convenció para unirse a la horda. Llego al trono de Ventormenta donde todos los guardias, esperando a que llegase.
Sorprendido, corrió hacia el rey usando tormentas divinas y matando a todos los guardias sin piedad. Cuando llego al rey, salto sobre él y con su martillo, golpeo al rey, el que evadió el ataque sin problema.
Khaddar cayó al suelo, y de un salto, se volvió a levantar. De pronto, se oyeron gritos de orcos. El ejército de Thrall había llegado. Varían empujo a Khaddar y salió corriendo del trono. Llego a la puerta de un túnel secreto que conducía a Forjaz, el reino de los enanos. Khaddar le estuvo siguiendo.
La fortaleza era tan grande que lo acabo perdiendo.
Cuando se quiso dar cuenta, estaba rodeado por un montón de enanos y humanos.
Levanto su martillo y de él salieron un monto de puños luminosos que poco a poco se fueron convirtiendo en rayos. Todos acabaron muertos y Khaddar regreso a Ventormenta por el túnel. Mientras veía entrar a los ejércitos orcos entrando por el túnel. Thrall se dirigió hacia él.
-Comandante Khaddar, eres el único que ha conseguido en toda la vida de la horda conquistar Ventormenta. Te nombro mi sucesor cuando yo muera. Toda la horda será tuya. Ahora no es momento de hablar. ¡Forjaz sigue en poder de la Alianza! ¡Deprisa!
Los dos regresaron por el túnel y avanzaron hacia Forjas. Era un día de gloria.
Días después, Khaddar estaba en Northdren una vez más. El bastión que ataco al Rey Examine cuando el viajo a Ventormenta estaba cubierto de soldados muertos vivientes y todo destruido. Khaddar camino lentamente, y todos miraron como su espada estaba rebosante de luz. Aterrorizados, se dieron a la fuga, y Khaddar entro a la sala de control del bastión. Allí unos cuantos muertos vivientes le atacaron, y solo sobrevivieron él y un nigromante que estaba sentado y viéndolo todo. Sin moverse, levantó la mano y decenas de esqueleto salieron del suelo. Agarraron de los pies, de los brazos y de la cabeza a Khaddar, y el nigromante puso su mano en su cabeza. Los ojos de Khaddar se convirtieron una vez más como los del Rey Examine, y su armadura fue destruida.
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