La historia económica de dieciséis páginas del mundo
Enviado por Christopher • 20 de Junio de 2018 • 12.644 Palabras (51 Páginas) • 407 Visitas
...
En la economía malthusiana antes de 1800 la política económica se volvió en su cabeza: el vicio ahora era la virtud entonces, y el vicio de la virtud. Los flagelos de los estados modernos fallidos-guerra, violencia, desorden, fracasos de cosechas, infraestructuras públicas colapsadas, malas condiciones sanitarias- eran amigos de la humanidad antes de 1800. Redujeron las presiones demográficas y aumentaron el nivel de vida material. Por el contrario, las políticas hoy bien amadas del Banco Mundial y de las Naciones Unidas -la paz, la estabilidad, el orden, la salud pública, las transferencias a los pobres- eran enemigas de la prosperidad. Generaron el crecimiento de la población que empobreció a las sociedades.
A primera vista, la afirmación de ningún avance material antes de 1800 parece absurda. La Figura 1.2 muestra a los cazadores-recolectores Nukak de la moderna selva amazónica, desnudos, con una sencillez de posesiones. En contraste, la figura 1.3 muestra una familia inglesa de clase alta, los Braddylls, pintada con todo su finery por Sir Joshua Reynolds en 1789. ¿Cómo es posible afirmar que las condiciones materiales de vida eran en promedio las mismas en todas estas sociedades?
Pero la lógica del modelo malthusiano coincide con la evidencia empírica para el mundo preindustrial. Mientras que mucho antes de la Revolución Industrial las pequeñas élites tenían un estilo de vida opulento, la persona promedio en 1800 no estaba mejor que sus antepasados del Paleolítico o Neolítico.
La lógica malthusiana desarrollada en este libro también revela la importancia crucial del control de la fertilidad a las condiciones materiales antes de 1800. Todas las sociedades preindustriales para las cuales tenemos registros suficientes para revelar niveles de fertilidad experimentaron alguna limitación en la fertilidad, aunque los mecanismos variaron ampliamente. La mayoría de las sociedades antes de 1800 vivían por consiguiente muy por encima del límite de subsistencia. Es por eso que ha habido mucho espacio para que los niveles de vida africanos caigan en los años transcurridos desde la Revolución Industrial.
Las condiciones de mortalidad también importaban, y aquí los europeos tuvieron la suerte de ser una gente sucia que se agachó felizmente por encima de sus propias heces, almacenadas en fosas sótano, en ciudades como Londres. La mala higiene, combinada con altas tasas de urbanización con sus correspondientes problemas de salud, significaba que los ingresos debían ser altos para mantener a la población en la Inglaterra del siglo XVIII y en los Países Bajos. Los japoneses, con una sensación de limpieza más desarrollada, podían mantener el nivel de población en niveles miserables de comodidades materiales y, por consiguiente, estaban condenados a subsistir con ingresos mucho más limitados.
Puesto que las leyes económicas que gobiernan la sociedad humana eran las que gobiernan todas las sociedades animales, la humanidad fue sometida a la selección natural a lo largo de la era malthusiana, incluso después de la llegada de sociedades agrarias establecidas con la Revolución Neolítica de 8000 a. La lucha darwiniana que moldeó la naturaleza humana no terminó con la Revolución Neolítica, sino que continuó hasta la Revolución Industrial.
Para Inglaterra veremos pruebas convincentes de supervivencia diferencial de tipos en los años 1250-1800. En particular, el éxito económico se tradujo poderosamente en el éxito reproductivo. Los hombres más ricos tenían el doble de niños sobrevivientes en la muerte como los más pobres. Los individuos más pobres de la Inglaterra malthusiana tenían tan pocos hijos sobrevivientes que sus familias estaban muriendo. La Inglaterra preindustrial era, pues, un mundo de constante movilidad descendente. Dada la naturaleza estática de la economía malthusiana, los hijos superabundantes de los ricos tuvieron que bajar, por término medio, la jerarquía social para encontrar trabajo. Los hijos de los artesanos se convirtieron en obreros, los hijos de los comerciantes pequeños comerciantes, los hijos de los grandes terratenientes los pequeños propietarios. Los atributos que garantizarían el dinamismo económico posterior -la paciencia, el trabajo duro, el ingenio, la innovación, la educación- se extenderían biológicamente por toda la población.
Así como la gente estaba moldeando las economías, la economía de la era preindustrial estaba moldeando a la gente, al menos culturalmente y tal vez también genéticamente. La Revolución Neolítica creó sociedades agrarias que eran tan intensivas en capital como el mundo moderno. Al menos en Inglaterra, la aparición de un sistema económico institucionalmente estable y de capital intensivo creó una sociedad que recompensaba los valores de clase media con éxito reproductivo, generación tras generación. Este proceso de selección fue acompañado por cambios en las características de la economía preindustrial, debido en gran medida a la adopción de más preferencias de clase media por parte de la población. Las tasas de interés bajaron, las tasas de homicidios disminuyeron, las horas de trabajo aumentaron, el gusto por la violencia disminuyó y la aritmética y la alfabetización se extendieron incluso a los sectores más bajos de la sociedad.
La revolución industrial
La inmovilidad del mundo preindustrial, que ocupó la mayor parte de la historia de la humanidad, fue destrozada por dos acontecimientos aparentemente sin precedentes en la sociedad europea en los años 1760-1900. La primera fue la Revolución Industrial, la aparición por primera vez de un rápido crecimiento económico impulsado por el aumento de la eficiencia de la producción posibilitado por los avances en el conocimiento. La segunda fue la transición demográfica, una disminución de la fecundidad que comenzó con las clases altas y que gradualmente abarcó a toda la sociedad. La transición demográfica permitió que el avance de la eficiencia de la Revolución Industrial no se tradujera en un suministro interminable de personas empobrecidas, sino en el asombroso aumento del ingreso por persona que hemos visto desde 1800. El segundo tercio del libro examina estos cambios.
La Revolución Industrial y la transición demográfica asociada constituyen las grandes cuestiones de la historia económica. ¿Por qué el avance tecnológico fue tan lento en todas las sociedades preindustriales? ¿Por qué la tasa de avance aumentó tanto después de 1800? ¿Por qué un subproducto de este avance tecnológico ha disminuido la fertilidad? Y, por último, ¿por qué todas las sociedades no han podido compartir los amplios frutos de la Revolución Industrial?
Sólo
...