Las Máquinas de Vapor en la Revolución Industrial

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Robert Marcks (2007:68), así mismo nos habla sobre el avance decisivo que tuvo la máquina de vapor en la revolución industrial y fue mediante la construcción del primer ferrocarril con máquina de vapor. Además de tener que buscar el carbón a una profundidad cada vez mayor, los mineros también tenían que alejarse cada vez más de Londres para encontrar nuevos depósitos, lo que suponía un costo más elevado del transporte por tierra. Si bien ya se utilizaban motores de vapor para extraer el carbón de las minas y para impulsar tranvías a corta distancia, fue en la mina de Durham, en el norte de Inglaterra, donde se hizo realidad en 1825 la idea de poner una máquina de vapor en el vagón de un tranvía y moverlo sobre rieles de hierro en una línea de 12 kilómetros que unía la línea directamente con la costa, así nació el primer ferrocarril. Mientras que en 1830 no había más que unas cuantas docenas de kilómetro de vía en Inglaterra, en 1840 ya había más de siete mil y en 1850 más de treinta seis mil. El prodigio de la mina de carbón fue que el ferrocarril estimulara la demanda de más carbón., más motores de vapor y más hierro y acero, y por lo tanto, hubo un mayor progreso en cuestión de máquinas.

En 1790 la “mula” de Garcia Colin (2003:67) se adaptó a la máquina de vapor y se obtuvo así una producción de hilo cien veces mayor que la obtenida por un trabajador con una torna de hilar manual. Era tanto el hilo que se producía que los tejedores no se daban abasto. Tan grande fue la industria textil británica que en la década de 1820 ya casi no quedaban tejedores manuales la mayoría estaba empleados en las fábricas textiles.

Le llamaron así principalmente por la invención e introducción de la máquina de vapor, de forma que lo que hacía el hombre, hasta ese momento de forma manual, ahora lo hacía la máquina. Hubo una transformación de una economía basada en el trabajo manual y artesanal por otra dominada por la Industria y la mecanización de las tareas.

Luis Villoro “El destino del hombre es transformar con su práctica el mundo entorno, el resultado de su acción no es un mundo natural, sino histórico” (Villoro, 2002: 34).

Comparación del siglo XVIII y el actual

Comparando el siglo XVIII con el siglo actual encontramos muchas diferencias y similitudes en las organizaciones sociales, políticas y económicas.

La primera de ellas es en lo social, nuestra forma de vida es un tanto similar al del siglo XVIII ya que las familias tenían la misión de ser la base de la sociedad, además hay que destacar que muchas de las familias tenían que trabajar largas jornadas de trabajo y el trabajo era igual de pesado para todos. Las familias siguen conformadas de igual manera y al igual que en siglo XVIII en algunos hogares las madres salen a trabajar para el sustento de la casa.

Cabe mencionar que en el siglo XVIII había muchos niños de la calle que trabajaban por un sueldo muy bajo y debido a las jornadas largas de trabajo y la mala alimentación no llegaba a vivir mucho. En la actualidad hay una gran cantidad de niños en la calle que al igual que en el siglo XVIII buscan el cómo sobrevivir día a día.

La manera de recibir una educación en el siglo XVIII era completamente religiosa, donde a los niños que tenían el privilegio de estudiar sólo se les enseñaban: lectura, escritura, aritmética y por supuesto la religión, la educación era privada por lo cual sólo pocos son los que tenían acceso a ella. A diferencia del siglo actual, en donde todos tenemos derecho a una educación, por supuesto sigue habiendo escuelas privadas pero también públicas, ya es decisión de cada persona la cual quiera tomar, ya que también tenemos el poder de elegir en donde estudiar.

En lo económico podemos encontrar una gran similitud, la cual es: la fábrica que gracias a la creación de máquinas en el siglo XVIII dio pie a la creación de ésta, que era una combinación de elementos tanto mecánicos como humanos. Las fábricas en el siglo XVIII fueron las principales fuentes de ingresos a las familias, a pesar de no ser bien pagadas era la única opción, porque en otros lugares sustituían a las personas por solo maquinas, ya que las maquinas no se cansaban, eran más rápidas y no tenían que pagarles un sueldo. En la actualidad aún hay fábricas que reclutan personas para el manejo de las maquinas, el sueldo es el que ofrezca la misma, la capacidad que tenga cada individuo y de la máquina que te pongan a manejar, a diferencia del siglo XVIII.

Podemos ver que una de las razones para un vasto crecimiento económico en el siglo XVIII, fue la creación de las máquinas, ya que gracias a ellas se producían con mayor rapidez todas las actividades y obtenían mucho mayor producto el cual usaban para el comercio y que en la actualidad se sigue usando el mismo método con ayuda de máquinas.

Podemos decir que por causa de la creación de las máquinas se vino una gran división entre la sociedad, los burgueses y el proletariado, los primeros con todas las ganancias ya que la mayoría era dueños de fábricas y los segundos siendo empleados de éstas. En la actualidad hay esta misma división de sociedades la clase alta con todos los lujos, media con lo necesario para vivir y baja que vive sólo para subsistir.

El comercio en el siglo XVIII fue una de las mayores competencias, ya que con la creación de las máquinas se crearon los barcos y locomotoras las cuales llevaban toda clase de producto de lugar a otro obteniendo mucho mayores ganancias y beneficios. A diferencia en la actualidad el comercio sigue siendo competitivo pero con más y mejores métodos de transporte, haciendo posible que los productos lleguen a países cada vez más lejanos y así obtener una mayor cobertura de venta y de ganancias

Las personas que no se dedicaban al trabajo en fábricas eran muy pocas como los campesinos los cuales cultivaban tierras que no les pertenecían y lo poco cultivado se tenía que dividir en tres: la primera parte para el gobierno, la segunda como diezmos los cuales se le entregaba a la iglesia y la tercera parte se lo quedan ellos para subsistir. A diferencia en la actualidad sigue habiendo campesinos, pero los cuales trabajan sus propias tierras y ganado, así ellos manejan su propia mercancía y tienen sus propias ganancias.

Otra característica del siglo XVIII fue su forma de gobernar ya que era absolutamente monárquico, y sólo se pasaba el poder de gobernar de generación en generación perteneciéndole siempre a la misma familia, a pesar de que los intentos de la burguesía para movilizar y quitar ese régimen