Las finanzas publicas en la tutela de los Derechos Humanos

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Me parece que el desarrollo económico se debe de llevar a cabo por el Estado, desde los diferentes ámbitos estatales. Las finanzas públicas no son la excepción, dado que juegan un importante papel en el desarrollo del crecimiento democrático. Como se ha dicho antes, se debe de gastar más, pero mejor. Es decir, se debe recortar el presupuesto a todo lo que no tenga como propósito la salvaguarda de los derechos humanos. En cambio, el gasto debe de ser aumentado en educación, salud, procuración y administración de justicia, vivienda y desarrollo ecológico.

También, me parece importante precisar que en las lecturas realizadas en esta semana, particularmente, con la de Tello, quien con toda oportunidad manifiesta que el Estado debe de ser el detonante para el crecimiento mediante las finanzas públicas, queda sesgado el análisis que realiza porque no expresa un factor clave para que “las cosas funcionen”. La participación ciudadana es muy importante. Ya en la exigencia de cuentas como en el compromiso de no llevar a cabo actividades que lesionen las finanzas del Estado. Por lo que debe de existir un binomio entre Estado-Ciudadania, englobando a esta última a los empresarios, todas las clases sociales y asociaciones civiles.

Uno de los principales argumentos de la corriente neoliberal es que los sistemas de seguridad social no son sostenibles por el (mal) uso que se hace de ellos. Muchas veces la responsabilidad ciudadana, entendida en su aspecto negativo, se dice políticamente incorrecta, porque entonces se deja de lado la responsabilidad que tiene el Estado por sus omisiones o políticas públicas incorrectas. Pero para dejar sin argumentos a esta corriente, como ciudadanos, vamos comprometiéndonos con el correcto funcionamiento de las finanzas públicas y vamos haciendo que el Estado cumpla con sus obligaciones.

Armando G. Velázquez Castro

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