Nociones sobre la Historia del Diseño Gráfico

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En 1939 comienza la 2da. Guerra Mundial, y con ello los diseñadores encaminan su trabajo a motivar las emociones del público por su país. Nace el concepto de cartel político o propaganda.

El Cartel Bélico se realiza con tres bases u objetivos: Animar a las personas al reclutamiento, solicitar recursos y apoyo a la causa, y desprestigiar al bando enemigo.

Posiblemente el punto más importante trabajado en estos carteles es que se enfocaron en las carencias o necesidades del pueblo (mayormente analfabeta), para trabajar el mensaje en una forma que fuera visualmente comprensible.

En las siguientes décadas, se han de enfrentar corrientes a favor y en contra de la expresión personal en el diseño y la asimetría. La configuración de la retícula asciende y decae, según el pensar de cada quien. Se trabaja una simplificación o abstracción de las formas hasta conseguir un símbolo.

Se desarrolla una ideología y cultura juvenil, con sus propios valores y música; una nueva estética encontrada en la caligrafía psicodélica, las formas simples y el uso del color. A esta tendencia se le conoce como Expresionismo Gráfico.

Es en la 'Era Digital' donde la tecnología da un salto para facilitar y brindar nuevas herramientas a los diseñadores, otorgándoles un nuevo control sobre los procesos prácticos. La difusión de Internet le supone la globalización de la información y las corrientes de pensamiento en este nuevo mundo; una sociedad de consumo donde el diseño gráfico logra por fin empezar a colocarse en la mente colectiva y la vida cotidiana de las personas, haciendo sus apariciones en créditos de series, programas, películas y videoclips; en la cara y desarrollo de los sitios web que los usuarios recorren, e incluso en la imagen de las corporaciones e instituciones.

Conclusión

El abordar la interesante y cambiante historia del Diseño, le permite a las personas que buscan involucrarse en su labor, entenderle de forma más integra; conocer el alza y detrimento, la lucha por una tendencia o la opuesta, de cada idea que se ha formado y aplicado en la disciplina, nos puede otorgar la capacidad de ampliar nuestra perspectiva y creatividad para el trabajo. La cantidad de trabajos, temáticas e ideales que ya se han creado y expuesto, es tan inmensa que es imposible no abrumarse con la pregunta: ¿estoy haciendo algo nuevo o no? ¿Cómo puedo crear lo nuevo, lo inexistente? Si anexamos las pautas que la mercadotecnia nos extiende: ¿es necesario crear algo nuevo para mi público? ¿Cómo puedo medir esta necesidad?

Y con el surgimiento de internet, y con ello su desenfrenada velocidad para esparcir las novedades, nos puede enredar más estas cuestiones: ¿de qué forma presento algo posiblemente nuevo y cuido de no ser oscurecido de mis logros?