Nombre de la nueva union.
Enviado por tomas • 28 de Mayo de 2018 • 1.752 Palabras (8 Páginas) • 307 Visitas
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A base del primer texto al inicio del trabajo: Un borrador fue enviado al soviet supremo de la URSS el 23 de noviembre de 1990. Un comité para su estudio empezó a trabajar sobre el texto el 11 de enero de 1991 seis de las 15 repúblicas soviéticas, sin embargo no participaron en el borrador del tratado estonio, letonia, Lituania, Moldavia, Georgia y armenia. La propuesta fue aprobada por el soviet de la unión el 6 de marzo y enviado al soviet de las nacionalidades para su aprobación. No pudo alcanzarse el acuerdo de distribución de poder entre la unión y las repúblicas y la propuesta no fue aprobada. Como elemento restrictivo adicional algunas repúblicas autónomas expresaron su deseo de elevar su estatus y formar parte del nuevo tratado soviético. El presidente Gorbachov trato de ganarse el apoyo popular con la propuesta. El 17 de marzo de 1991 se realizó un referéndum en nueve republicas Rusia, ucrania, Bielorrusia, Azerbaiyán, Uzbekistán, Kirguistán, Turkmenistán, y Tayikistán. Que participaron en la elaboración del proyecto de tratado en el referéndum un 76% de los votantes apoyo el mantenimiento del sistema federal de la unión soviética, incluyendo una mayoría de tosas las repúblicas. La oposición fue grande en las grandes ciudades como Moscú y Leningrado. El referéndum fue boicoteado en las otras repúblicas que inclinaban por la independencia.
Un acuerdo entre el gobierno central soviético y las nueve republicas el autodenominado 9+1 fue firmado finalmente en Novo-ogariovo el 23 de abril. El nuevo gratado de la unión convertiría a la unión soviética en una federación de repúblicas independientes con un presidente político exterior y militar común. En agosto ocho las nueve republicas excepto ucrania aprobaron el borrador del nuevo tratado con algunas condiciones previéndose la firma del mismo para el 20 de agosto. Ucrania no estuvo de acuerdo con los términos del tratado. En el referéndum del 17 de marzo, la mayoría de los residentes en Rusia apoyaron a la unión en los términos de la declaración de soberanía estatal de Rusia mientras la mayoría de los residentes en ucrania apoyaron la unión en los términos de la declaración de soberanía estatal de ucrania.
A pesar de que el tratado fue un intento de salvar la unión, la línea dura término que haría envalentonarse a algunas pequeñas republicas seguir el ejemplo de Lituania y presionar por una completa independencia. Con este fin se llevó acabo un intento de golpe de estado en la unión soviética los días 18-21 de agosto de 1991 en el que un grupo de miembros del gobierno de la unión soviética y de la KGB depusieron brevemente al presidente de la unión soviética Mijaíl Gorbachov e intentar tomar el control del país. Los líderes del golpe de estado miembros del partido comunista de la unión soviética de la línea dura. Después de la disolución de la unión soviética en diciembre los líderes de las repúblicas organizaron la comunidad de estados independientes, una alianza de 12 nuevos estados independientes.
Entre sus acciones de la nueva unión se considera la entrada de coca cola y McDonald’s:
A Un cuarto de siglo después de que el conservador Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) intentara hacerse con el poder para frenar las reformas aperturistas, tan sólo un tercio de los rusos condenan aquel golpe de Estado, según un reciente estudio del prestigioso centro de sondeos Levada.
Hace diez años, eran casi dos tercios los ciudadanos que se expresaban en contra de las acciones emprendidas por el autodenominado Comité Estatal de Emergencia, que incomunicó al entonces líder soviético Mijaíl Gorbachov en su dacha (casa de campo) de Crimea y ordenó la entrada de tropas acorazadas en Moscú.
Cuando cayó el telón de acero y una renovada Rusia salió del aislamiento en el que había vivido durante décadas, la kilométrica cola al restaurante de comida rápida McDonald’s, recién inaugurado en Moscú, simbolizó el ansia de los rusos por las bondades occidentales.
Pero desde hace unos años, el tradicional “kvas” ruso (refresco de centeno fermentado) le gana terreno a la Coca Cola, al tiempo que las empresas de alimentación presumen de antiguos estándares de calidad soviéticos para vender mejor sus productos, ahora que madres y abuelas no se cansan de repetir que entonces la comida era mejor.
Otro tanto sucede con la elite política, alentada por las palabras del presidente ruso, Vladímir Putin, que ha calificado la desintegración de la Unión Soviética como la “mayor catástrofe geopolítica del siglo XX”.
Expertos y políticos de todos los colores, empezando por aquellos que dirigen hoy Rusia, coinciden en una visión negativa de la desaparición de la Unión Soviética, desde una perspectiva que si bien condena a los golpistas, no lo hace por su “loable” intención de evitar la desintegración del imperio, sino precisamente por acelerar ese hecho pese a pretender lo contrario. “El 25 aniversario del golpe es una fecha amarga. El país tuvo la oportunidad de tomar la senda en la que está ahora China, con reformas democráticas y distintas formas de la propiedad privada, pero con la conservación de un estado unido”, escribió hoy Vladímir Komoyédov, jefe del comité de Defensa en la Duma o cámara baja del Parlamento ruso.
Lamenta el almirante que los entonces dirigentes del PCUS, con Gorbachov a la cabeza, no tomaran medidas más drásticas para evitar la desaparición de la URSS. “Muchos políticos de entonces tratan de justificar su blandura con el argumento de que no derramaron la sangre, pero evitan decir que como resultado de su indecisión política y cobardía corrió la sangre en Chechenia, la gente moría en la miseria y en atentados terroristas sin sentido”, afirmó el parlamentario ruso.
La revolución prooccidental que vivió Ucrania en febrero de 2014 dio alas a los nostálgicos de la URSS, que ante la irremediable pérdida de influencia sobre “la más hermana de las antiguas repúblicas soviéticas”, achacaron enseguida este hecho al desastre de 1991.
La anexión de Crimea, una desesperada aunque exitosa operación para recuperar el más añorado de los territorios rusos perdidos hace 25 años, dio inicio a una nueva etapa política que se ha propuesto como objetivo restituir la grandeza de Rusia en oposición al decadente Occidente.
“Vivimos en el país del triunfo del golpe. Porque los golpistas querían más o menos lo mismo que hace en estos momentos Rusia”, escribió esta semana el periodista opositor Semion Novoprudski. Revertir la historia, lamentó Novoprudski en su columna en el diario digital Gazeta.ru, “ha
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