Ofrendas entregadas por los mayordomos en la feria de Santiago de Anaya
Enviado por Ninoka • 6 de Diciembre de 2018 • 2.775 Palabras (12 Páginas) • 360 Visitas
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Igualmente realice una investigación sobre el proceso de evangelización y de cristianización en la región y como dentro de este proceso se incluye el establecimiento de Santiago Apóstol como santo patrono de la región y el establecimiento de la fiesta patronal.
La ofrenda de mayordomos se realizó durante cuatro días a las 10 de la mañana.
La ofrenda consiste en cinco panes, seis arreglos florales pequeños, 5 arreglos florales grandes y de 2 a 3 canastas de romeros para elaborar las reliquias. Se organizan entre 3 familias para entregarla, a cada familia le tocan 2 coronas y 1 o 2 panes y a la familia que solo le toca un pan, le toca los romeros.
Esta actividad inicia con el desayuno que ofrecen en la casa de los mayordomos a la banda que es contratada para que toque en el atrio de la iglesia y acompañe a la imagen en las procesiones que se realicen. El desayuno comienza a las 8 de la mañana.
Alrededor de las 10 los mayordomos se visten con sus trajes de manta y sacan los arreglos florales y el pan que van a ofrendar para dar inicio a la procesión.
Hasta enfrente de la procesión va la banda que durante todo el camino van tocando, después van 2 mujeres, una que lleva una imagen pequeñita del Sr. Santiago y otra que va arrojando pétalos de cempoalxochitl, después van las mujeres que llevan el pan, atrás unos niño que llevan unos arreglos florales pequeños, atrás van los señores cargando los arreglos grandes y finalmente los feligreses que llevan flores rojas y blancas. Igualmente durante todo el camino van echando cuetes.
En el transcurso de la procesión se van uniendo las otras dos familias para llegar juntas a la iglesia. Al momento en que se encuentran las dos familias, los hombres que cargan las coronas de ambas familias las inclinan hacia adelante en forma de reverencia mutua, después los jefes de cada familia pasan a sahumar las coronas de la otra familia haciendo la señal de la cruz, terminado este acto continúan la procesión juntas.
Llegan a la iglesia y se detienen en la entrada del templo. Sale el padre a recibirlos, da las gracias a las familias de los mayordomos por la entrega de la ofrenda, mencionándolas una por una, y les da la bendición arrojándoles agua bendita y les invita a que pasen a la iglesia. Ya adentro, todos se hincan frente al altar y el padre hace una oración donde nuevamente da gracias a las familias y le dedica la ofrenda al señor Santiago. Ya hecha la oración, los mayordomos pueden pasar a dejar la ofrenda.
La ofrenda se va entregando en el siguiente orden: Primero se colocan los arreglos florales. Los primeros en ponerse son los grandes, éstos se amarran en la barandilla que marca el límite del altar con un listón blanco, después se ponen los arreglos pequeños enfrente de los grandes, esto es para que puedan ser observados, igualmente son amarrados en la barandilla con listón blanco. Esto lo hacen los hombres.
A continuación se pone el pan. En esta actividad también sólo participan los hombres. Los cinco panes se reparten de la siguiente manera: a la imagen del altar se le ponen 3, a la imagen que normalmente sale a las procesiones se le pone 1 y a la pequeña que está en la urna también se le pone uno. En el caso de las imágenes grandes los panes se ponen a los pies del caballo, uno acostado y los otros dos parados, estos últimos se amarran a las patas del caballo con un listón rojo o blanco. En el caso de la imagen pequeña, el pan se pone arriba de la urna o a un costado.
Después se le ponen los “rosarios” hechos de cempoalxochitl. Estos no únicamente se le ponen a las tres imágenes del Señor Santiago, sino también a las imágenes de la Virgen María y San José. Al Señor Santiago y a San José únicamente los hombres le pueden ponen sus rosarios, a la virgen las mujeres. A cada imagen se le ponen de 2 a 3 rosarios, dependiendo de la cantidad que se hayan elaborado.
Ya puesta la ofrenda los mayordomos pasan a que les hagan su limpia y les den sus “frijolitos”[6]. Los frijolitos consisten en que con un pequeño látigo de cuero les den cuatro azotes en la espalda, que representan las 4 caídas de Jesucristo en el viacrucis. Aunque cada persona puede pedir más o menos golpes y la fuerza con lo que se los den. La razón por la que les llamen “frijolitos” es para disfrazar la situación y que la personas no se sientan intimadas ni les produzca miedo. La finalidad de la limpia y los “frijolitos” es alejar las malas vibras[7] y expiar las culpas o pecados cometidos.
Es mismo día en la tarde o al día siguiente temprano se retiran las ofrendas, y los diversos materiales y elementos son utilizados. Los arreglos florales se desarman y las flores son utilizadas para hacer las reliquias junto con el romero. Estas son elaboradas por mujeres que se ofrecen voluntariamente y se les acondiciona un espacio al lado de la iglesia para que puedan elaboraras y los panes son repartido entre ellas y otros voluntarios del comité de la iglesia.
El origen de este ritual se puede encontrar en la época prehispánica, pero la acción de ofrendar a los dioses o deidades es mucho más antigua y se remonta hasta los orígenes de la misma humanidad.
El ser humano siempre ha tenido la necesidad de controlar todo lo que acontece a su alrededor, para sentirse seguro, y esto incluye a la naturaleza, con todos sus fenómenos y elementos como el sol, la luna, la lluvia, el aire, etc. Al no poder establecer un control directo y real sobre la naturaleza, el hombre recure a los dioses, pues en ese momento se creía que ellos eran los únicos que podían controlarla, de ahí que surge la necesidad de establecer una relación estrecha y mantener una constante comunicación con ellos.[8]
Las ofrendas han sido el mejor mecanismo para establecer esta comunicación con los dioses. Mediante el acto de ofrendar, se establece una relación contractual de reciprocidad, en la que el hombre se ve obligado a entregar a los dioses lo que necesita o exigen a manera de ofrenda, y los dioses en recompensa le otorgan su protección y cuidado. Cuando se llega a fallar o incumplir con este contrato los dioses pueden llegar a castigar al hombre desatando su furia y provocando calamidades.[9]
Dentro de la concepción mesoamericana, los seres humanos entregaban su bien más preciado, y con el acto ritual pretendían establecer un vínculo que obligaba a los dioses a reciprocar magnánimamente el bien recibido. Se trata de una relación compleja en la que destacan dos concepciones: la necesidad que tiene los dioses de la colaboración de los hombres y la posibilidad de estos de alcanzar la comunicación con el otro mundo a través
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