Resumen capitulo 4 marichal.
Enviado por John0099 • 8 de Enero de 2018 • 7.046 Palabras (29 Páginas) • 734 Visitas
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Como consecuencia, la mayor economía del mundo tendió a exportar sus problemas monetarios y fiscales a otros países con los que tenía importantes relaciones comerciales y financieras. Así, desde 1971, la Reserva federal y el Tesoro de Estados Unidos han aprovechado, una y otra vez, la prerrogativa de emitir mas y mas dólares y de utilizarlos para cubrir el déficit público y la balanza de pagos de esa nación, sin asumir la adecuada responsabilidad por el incremento de la circulación de su moneda a escala global y sin asegurar el respaldo equivalente en metálico u en otras divisas fuertes. Las autoridades financieras estadounidenses no enfrentan las mismas restricciones que sus pares en otras economías abiertas: disfrutan de enormes ventajas por disponer de una hegemonía monetaria que se asienta, en parte importante, en su poderío político y militar.
Los efectos de la inflación estadounidense a lo largo de los años 70 pueden observarse en la tendencia que experimento la bolsa de Nueva York, donde se registraron cotizaciones que descendieron abruptamente a partir del primer choque petrolero en 1973 y que luego se mantuvieron estancadas hasta mediados de los años 80. En el mercado de viviendas de Estados Unidos, que es el sector mas importante para evaluar la riqueza promedio de la mayoría de los ciudadanos, la tendencia de los precios reales de las casas fue de estancamiento. De hecho, esta tendencia no se revertiría sino hasta mediados de la década del 80, cuando ya se habían producido cambios dramáticos en las políticas crediticias y monetarias de la Reserva Federal.
Otro elemento que agudizaron la recesión fue el aumento repentino de los precios de los productos agrícolas que se produjo entre 1973 y 1974 como consecuencia de una serie de cosechas fallidas a escala internacional. Pero sin duda fue decisivo el ya mencionado incremento del precio del petróleo a raíz de la guerra árabe-israelí. La fecha clave fue el 16 de octubre de 1973, cuando los miembros árabes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) acordaron forzar un incremento del precio del oro negro. Estos incrementos cambiaron la historia económica mundial durante un decenio, ya que se tradujeron en un enorme aumento de los costos de energéticos para muchas industrias en los países del centro y de la periferia. El efecto financiero fue fulminante: la bolsa de Nueva York perdió 97 mil millones de dólares en seis semanas.
Las respuestas de los grandes países consumidores de petróleo fueron variadas. Estados Unidos dependía menos que Japón o Europa de las importaciones de petróleo, pero la amenaza de la OPEP era suficiente para llevar al gobierno a congelar los precios domésticos del petróleo y, además, anunciar el lanzamiento de una serie de programas que mejorarían la administración de los energéticos. En Europa, se adoptaron medidas drásticas para reducir el consumo de petróleo y se iniciaron programas de desarrollo de energías alternativas. El alza de los precios también produjo reacciones defensivas en América Latina, en particular Brasil, donde se pudieron en marcha programas de producción de etanol, un energético derivado del alcohol de azúcar.
En contraste, los países miembros de la OPEP se beneficiaron enormemente de las nuevas políticas: puede estimarse que, en conjunto, recaudaron mas de 800 millones de dólares adicionales en ingresos fiscales entre 1974 y 1982 a raíz de las acciones del cartel petrolero. Una parte importante de estos fondos sirvieron para aumentar el gasto público en los países árabes pero, por desgracia, un alto porcentaje fue destinado a la compra de equipo militar, sobre todo de empresas de estados Unidos y la Unión Soviética, peor también de Francia y GB. Los negocios vinculados con la venta de armas representaron una de las ventanas de oportunidades mas lucrativas para un grupo selecto de las mayores corporaciones multinacionales existenciales durante este periodo de recesión mundial.
Los mayores bancos de estos países, también aprovecharon al máximo esos nuevos negocios internacionales, lo que les permitió revertir en parte la baja en ganancias que estaban sufriendo en los mercados financieros. La Unión Soviética, por su parte, venido aún mas armas, sobre todo tanques y aviones, a países como Irak, Siria y Libia.
Otro negocio financiero que surgió del enorme superávit acumulado por los países exportadores fue el reciclaje de miles de millones de ¨petrodólares¨. Buena parte de los gobiernos árabes depositaban sus reservas en cuentas a corto plazo en bancos globales de Estados Unidos o Europa. Estos, a su vez, tenían necesidades de invertir los fondos a tasas rentables pero encontraban dificultades para realizarlo en los países industriales por la recesión económica y el estancamiento de las bolsas. Una alternativa consistió en canaliza estos dineros hacia prestamos para numerosos países en vías de desarrollo, ya que pagaban tasas de intereses relativamente altas. Entre los nuevos deudores se contaron tanto los países exportadores como los importadores de petróleo.
El precio del oro negro siguió aumentando hasta 1979. Los beneficiados con los aumentos del precio del petróleo no fueron solo los miembros de la OPEP, sino también algunos países que estaban afuera de esta organización, como México. Los ingresos tan altos derivados del oro negro, sin embargo, producían distorsiones en las economías de diversos países exportadores. Algunos economistas a los efectos lo llamaron ¨enfermedad holandesa¨, metáfora aplicable a situaciones en las que los enormes beneficios derivados de recursos naturales pueden generar incentivos para aumentar el consumo de bienes importados y reducir la inversión en la industria doméstica, dificultando un desarrollo mas equilibrado.
El incremento en el precio de los energéticos tuvo un agudo impacto en las economías industriales, ya que eran las que mas consumían petróleo, en especial Europa y Japón. Hay otros factores que contribuyeron a la caída de la actividad económica en estos países y en Estados Unidos. De particular importancia fue el agotamiento paulatino del modelo industrializador de la posguerra, que había durado casi un cuarto de siglo y que luego de 1970 comenzaba a debilitarse.
La tasa de ganancia de muchos de los principales sectores industriales en Estados Unidos, Alemania, y Japón fue deslizándose a lo largo de casi veinte años. En tanto bajaban los beneficios corporativos, es lógico pensar que se reduciría el afán de los empresarios y ahorristas de reinvertir en los sectores manufactureros.
La recesión, sin embargo, no estuvo tan limitada a las naciones capitalistas. Hay pruebas contundentes de que la caída industrial
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